Charles Kimber: “Optimizar los pasos de la Cordillera de los Andes abre una gran oportunidad”
El presidente de la Cámara de Comercio Chileno Argentina analiza las ventajas para la logística que implicará trabajar en esa optimización. Interés en minería y GNL
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CÓRDOBA.- “Hay que invertir en caminos pero también en las maneras en cómo operamos, facilitar el tránsito de personas y mercaderías. Estamos duplicando esfuerzos, tenemos costos muy altos e incluso las condiciones de operación son complejas”. Quien habla es Charles Kimber, presidente y director de la Cámara de Comercio Chileno Argentina que analiza la potencialidad que implica para ambos países optimizar los pasos de la cordillera que, a los productores locales, les permitiría optimizar la salida hacia el Asia-Pacífico.
Subraya, en diálogo con LA NACION, que es una “gran oportunidad” y añade que, además de facilitar la logística al Pacífico a productores argentinos de las economías regionales, “puede aumentar el agregado de valor en la comercialización internacionalización. Chile, por ser un mercado pequeño, acumula unos 40 años de internacionalización y podría ser un brazo, un vehículo para las empresas argentinas para llegar de manera eficiente, recibir una retribución adecuada y no partir de cero”.
Kimber es gerente corporativo de Personas y Sustentabilidad en la compañía Arauco; ingeniero comercial egresado de la Pontificia Universidad Católica de Chile tiene una larga trayectoria ligada a la vida empresaria.
El ejecutivo reconoce que la Argentina ha sido uno de los países más importantes para los vínculos comerciales chilenos aunque ha decaído respecto de Brasil, Colombia y Perú no solo por los problemas macroeconómicos locales, sino por los procesos de apertura de esas economías. Confía en que se puede reiniciar un ciclo virtuoso: “Hay interés genuino de conformar bloques comerciales más grandes, ese es un punto clave. También hay que tener en cuenta la tremenda costa y la salida al océano Pacífico que ofrece Chile y que permite a mucha producción argentina usar esa vía para exportar hacia los mercados asiáticos”.
En la Argentina hay instaladas alrededor de 400 empresas chilenas que emplean a unas 125.000 personas. Los principales sectores en los que se desarrollan son el de la energía eléctrica, los servicios, la industria, las cadenas agropecuarias y la minería. Los países buscan consolidar el comercio energético.
Desde el año pasado Chile recibe petróleo liviano de tipo “medanito”, pero el incremento en la producción no convencional de Vaca Muerta genera las condiciones para exportar otros tipos de combustibles líquidos, así como naftas de bajo octanaje que puedan abastecer la demanda de sectores industriales como la petroquímica y la farmacia. Para la Argentina es de “carácter estratégico la ampliación” de las exportaciones as oportunidades de inversión en torno al Gas Natural Licuado (GNL) en las que Chile puede complementarse con el país.
También hay interés en el tema del hidrógeno, para el que se espera que la administración libertaria presente una versión actualizada de la estrategia nacional, “con el objetivo de simplificar las restricciones burocráticas y facilitar el financiamiento al sector privado como eje de las inversiones”, según se precisó en el VI Reunión de la Comisión Binacional de Comercio e Inversiones entre la Argentina y Chile de hace varias semanas.
-¿Hay interés de Chile por la Argentina, pueden crecer el comercio y las inversiones?
-La Argentina ha sido uno de los países más importantes para los vínculos comerciales chilenos aunque ha decaído respecto de Brasil, Colombia y Perú. Históricamente fue siempre el país preferido por los empresarios chilenos.
-¿Decayó por los problemas macroeconómicos argentinos?
-Sí, y también por la apertura de estas economías que le mencionaba que especialmente en el mundo del retail y de la minería han captado el interés de los chilenos.
-Si la macro argentina se estabiliza, ¿ve posibilidades de un nuevo ciclo?
-Claro que sí. Hay vínculos comerciales entre ambos países históricos; somos pueblos hermanos hemos que hemos sabido integrar y desarrollar cadenas de valor, hemos trabajado y podemos y debemos seguir haciéndolo por la complementariedad que existe entre los sectores de la producción. Hay interés genuino de conformar bloques comerciales más grandes, ese es un punto clave. También hay que tener en cuenta la tremenda costa y la salida al océano Pacífico que ofrece Chile y que permite a mucha producción argentina usar esa vía para exportar hacia los mercados asiáticos. Además, Chile cuenta con muchos tratados de libre comercio lo que permite realizar operaciones más eficientes. Es una posibilidad para promover la inversión argentina interesada en completar procesos de producción y exportación. Tenemos una mirada optimista, positiva respecto a avanzar en la innovación, en conformar una nueva economía a partir de un trabajo conjunto. La visita del presidente Javier Milei en el evento de Gas Andes muestra ese interés de ambos lados en el vínculo comercial.
-Habló de desarrollo de cadenas de valor, ¿hay casos de éxito, se está trabajando en algunos?
-Hay que ver cuáles son los ítems que se manufacturan y comercializan de parte de los dos países y ahí se detectan las oportunidades. Chile es fuerte en minería, en cobre, en sus derivados. El país ha desarrollado una minería muy intensiva, competitiva, de escala mundial, y ha logrado un encadenamiento productivo con actores especializados que ven oportunidades en la Argentina.
-Siempre se comenta lo que Chile logró en minería, una situación que todavía no alcanzó la Argentina…
-Chile, en algún momento, no tenía muchas otras posibilidades más que la economía. La Argentina ha gozado de muchas otras oportunidades en la agricultura y la ganadería, en su industria, en otras áreas productivas. La minería es de más difícil accesibilidad, requiere de inversiones cuantiosas de largo plazo y de una estabilidad política y seguridad jurídica de largo plazo. Chile ha gozado de esa estabilidad. Por supuesto, también hay oportunidades en el sector de la energía; Chile es un gran importador de GNL y de hidrocarburos. Tenemos la cordillera que nos une y una infraestructura construida; hay tremendas oportunidades. Reitero que la visita Milei muestra la potencialidad y el interés.
-¿Mantiene Chile, con la gestión del presidente Gabriel Boric, las condiciones macro y de seguridad jurídica?
-Sí. Son condiciones que están establecidas. Los chilenos hemos adoptado los mecanismos de mercado, el respeto por las decisiones individuales; es un país muy abierto a la competencia. Pueden haber corrientes más de izquierda que promueven una economía más cerrada y dirigida centralmente pero las fuerzas económicas chilenas han logrado que se establezca y se mantenga un modelo de emprendimiento de libre mercado. Somos responsables por esas decisiones, tanto en lo bueno como en lo malo.
-La salida al Pacífico que permite Chile, ¿requiere de más y mejor infraestructura?
-Es una de las prioridades de la Cámara y hemos encarado un trabajo en conjunto con ambas embajadas, la de Chile en la Argentina y viceversa. Otros ejes son el tratado minero celebrado y la integración energética. La facilitación de comercio y transporte de mercaderías en los pasos es un elemento clave. Son unos 72 pasos, 12 que funcionan permanente y solo cinco que lo hacen razonablemente bien; los que mejor operan son el de Mendoza, el Cristo Redentor, y el Cardenal Samoré, en el sur patagónico. En ambos hay que invertir en caminos pero también en las maneras en cómo operamos, facilitar el tránsito de personas y de mercaderías. Estamos duplicando esfuerzos, tenemos costos muy altos e incluso las condiciones de operación son complejas. Hay casos en todo el mundo en el que estos problemas están resueltos. Se requiere de interés, voluntad, convicción, de recursos económicos y desburocratización. Es una gran oportunidad. Permite abrir el Pacífico para muchos productores argentinos de las economías regionales, además se puede aumentar el agregado de valor en la comercialización internacionalización. Chile, por ser un mercado pequeño, acumula unos 40 años de internacionalización y podría ser un brazo, un vehículo para las empresas argentinas para llegar de manera eficiente, recibir una retribución adecuada y no partir de cero.
-¿Entiende que el comercio bilateral entre los dos países está por debajo de las posibilidades, podría incrementarse?
-Sí. Cuando uno ve la canasta de productos que comercializan ambos es bastante acotada. Pero hay que tener en cuenta que la Argentina, lamentablemente, ha pasado por momentos muy complejos de inestabilidad económica y pérdida de poder adquisitivo y eso ha condicionado operaciones. Hay potencialidad, pero hay que ser realistas sobre cuál ha sido la realidad, pero hay oportunidades de comercializar más con los países más cercanos.
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