Bruselas pide que el debate se base en hechos y no en desinformación
El sector agrícola comienza sus movilizaciones y reclama “reciprocidad” a los países latinoamericanos firmantes en las obligaciones de producción
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El acuerdo entre Bruselas y Mercosur ha llegado tras más de 25 años de negociaciones. Ahora comienza un difícil proceso de ratificación de los Estados en el que también jugará un papel importante el relato que se abra paso sobre un acuerdo comercial que, de confirmarse, creará una zona de comercio de más de 720 millones de personas. Por eso, la Comisión Europea, defensora del pacto, ha pedido que el debate que se abra ahora “esté basado en hechos”.
Los detractores, por su parte, con buena parte del sector agrícola europeo a la cabeza, reclaman “reciprocidad” en las reglas con las que sus productos competirán con los que lleguen de Latinoamérica.
Apenas tres días después de que se anunciara el pacto comercial entre la UE y Mercosur ya comenzaron las movilizaciones en su contra en Europa. Varias organizaciones han convocado una pequeña protesta que, según los organizadores, no es más que el comienzo. Así lo contaba Pedro Barato, presidente de Asaja, la patronal española del campo. Desde la manifestación, Barato señalaba que las protestas comenzarán en España las próximas semanas, se detendrán en Navidad y continuarán más tarde.
“No podemos estar aquí prohibiendo [productos] fitosanitarios, limitando los fertilizantes, todo el tema de las hormonas, los sectores genéticamente modificados. Al final, todo eso hace que la dimensión de las explotaciones que tenemos aquí, con respecto allí, la va a hacer muy poco viable”, ha criticado Barato antes del comienzo de la movilización.
La Comisión Europea ha respondido poco después. “El acuerdo con Mercosur no cambia nada, porque esas normas ya están en vigor. Cualquier producto alimentario que se importe a la UE debe cumplir las mismas normas sobre alimentos, salud y seguridad que tenemos en vigor para nuestros propios productores, incluidos los niveles máximos de plaguicidas”, ha señalado un portavoz del Ejecutivo comunitario, al preguntarle por rumores que sugieren que el acuerdo con Mercosur va a permitir la entrada de sustancias prohibidas en la UE, como antibióticos, hormonas del crecimiento o pesticidas. “La pregunta es una especie de contrafactual: se nos pide que demostremos algo que no es cierto”, ha añadido.
No solo la Comisión ha defendido el acuerdo alcanzado con la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. También lo ha hecho España por boca de los dos ministros que han acudido a Bruselas a sendas reuniones del Consejo de la UE, Carlos Cuerpo, al de Finanzas, y, Luis Planas, al de Agricultura.
“El viernes fue un gran día, una gran noticia, la conclusión del acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur. Hace 26 años, que la Comisión Europea adoptó las directivas de negociación y en 1999 el Consejo dio luz verde al inicio de esas negociaciones”, ha celebrado Planas. “Entiendo que puedan existir preocupaciones, pero si examinamos los contingentes que han sido adoptados sobre los productos sensibles, realmente son de una dimensión que no alteran el mercado comunitario”, ha apuntado el responsable de Agricultura español. “Recuerden lo que se comentaba sobre Canadá. España ha triplicado las ventas agroalimentarias desde la entrada en vigor del acuerdo”, ha añadido.
Tras estas declaraciones, el ministro Planas —así como sus homólogos de Francia, Portugal, Polonia e Italia— se ha reunido con los responsables de las organizaciones agrarias que se habían manifestado por la mañana, entre ellos el español Barato.
El ministro Cuerpo, por su parte, ha defendido que el pacto suscrito entre las dos áreas comerciales permitirá que España aumente un 40% sus exportaciones a la región del Mercosur. El titular de Economía se ha atrevido, incluso, a cuantificar el número de empleos que se crearán durante el primer año de vigencia del acuerdo: 20.000. “Este va a ser un acuerdo que impacte también de lleno, por ejemplo, mejorando nuestras cadenas de suministro o también el acceso a productos estratégicos para la transición climática y también, por supuesto, para la transición digital”, afirmó.