Las válvulas argentinas que usan los motores de Ferrari y McLaren
La compañía santafesina exporta el 86% de su producción y llega desde Rafaela a destinos como Estados Unidos, Europa, Australia y Arabia Saudita
¿Qué tienen en común Ferrrari, McLaren y John Deere? Son solo algunas de las firmas cuyos motores llevan las válvulas Basso, la firma oriunda de Rafaela, provincia de Santa Fe. "Siempre apuntamos al exterior, porque en la Argentina no se hace un motor", destacó José Luis Basso, presidente de la firma, tras recibir el Premio de Oro a la Excelencia Exportadora de la mano de Fabián Kon, CEO de Banco Galicia, y de Francisco Seghezzo, CEO de LA NACION, en la entrega de premios que se llevó a cabo el 30 de mayo en el hotel Park Hyatt de la ciudad de Buenos Aires.
Minutos antes, Basso había sido galardonada con el premio en la categoría "Nuevos mercados", que reconoce a las empresas que lograron incrementar su cantidad de destinos de exportación y acceder a mercados más competitivos en el último año. Sin embargo, también fue la encargada de dar cierre a la noche, al llevarse el reconocimiento mayor, que, además del premio físico, incluyó un voucher de US$10.000 para asistir a una feria en el exterior relacionada con su actividad, así como también un curso de Educación Ejecutiva sobre Negociación Avanzada en la Universidad Torcuato Di Tella y una pauta de comunicación en LA NACION.
Fundada en 1963 por Juan Florentino Basso -padre de José Luis y Juan Carlos, quienes hoy llevan adelante el negocio-, la empresa emplea a 800 personas y exporta el 86% de su producción a mercados como Europa, Estados Unidos, Australia o Arabia Saudita, entre otros. Gracias a su tecnología, se posicionó como el fabricante de válvulas para motor de combustión interna más versátil de América Latina.
Desde la empresa aseguran que pueden producir cualquier pieza de este tipo en plazos de menos de 40 días y que su crecimiento ininterrumpido le permitió obtener la flexibilidad operativa para gestionar entregas en cualquier parte del mundo a través de una amplia red de representantes y distribuidores en más de 33 países.
"Yo siempre digo que somos del interior del interior y veo que en esta ceremonia somos varios de esa Argentina profunda, lo que me pone muy contento", aseguró Basso para resaltar el trabajo exportador. "Para nosotros recibir este premio es un orgullo enorme, no solamente por lo que sirve, sino por el hecho de que distingan y que comprendan que venimos trabajando con feriados y paros, con todo el esfuerzo de llevar adelante el trabajo argentino", continuó.
Al momento de hablar de exportación y coyuntura, Basso aclaró que desde la Argentina se puede exportar. "Es fundamental no perder la vocación de lo que uno quiere hacer. Hay que entender que a veces la prensa no nos da buenas noticias, pero sí somos capaces de producir", dijo, y destacó que se impulsara la economía del conocimiento, incluso con la sanción de una ley.
"En lo metalmecánico también hemos avanzado mucho. Hay varias opciones de trabajo que nos permiten estar presentes en el mundo. No solo el agro, que es importante por el ingreso de divisas; nosotros, que estamos en el sector metalmecánico, o quienes están en el conocimiento, también podemos llevar adelante una Argentina mejor", aseguró Basso, y se animó a contar una anécdota: "Como hijo del dueño de la firma hice 11 viajes y no vendí nada. Recién en el viaje número 12 vendí un año entero de producción".
En este sentido, la firma trabajó con el Conicet para desarrollar una serie de herramientas de alta sofisticación para incorporar nuevas técnicas al proceso productivo, como la microscopía electrónica de barrido y el análisis de composición a través de espectrometría por dispersión de energía. "Este espacio de colaboración entre el sistema científico y el sector metalmecánico generó una posibilidad de mejora en el proceso fabril en la provincia de Santa Fe", sostuvo el empresario, y agregó: "Exportar es muy importante para una empresa, porque uno sale del círculo en el que está acostumbrado a trabajar y tiene que salir a competir", definió, y continuó: "A nosotros nos toca competir mucho con los chinos o con los productos del mundo asiático, donde no tienen las mismas leyes laborales que nosotros. Pero, al momento de cotizar el producto, tenemos que tener ventajas. Nuestro producto lleva normalmente un año de estudio y desarrollo con las empresas terminales", aseguró.
Hacia el final de su discurso, Basso recordó el momento en que, en plena crisis y tras haber comprado la fábrica estadounidense Manley, la empresa decidió mudar toda esa producción a la Argentina. "El actual ministro de Producción, Dante Sica, aquí presente, sabe que la hemos peleado. Compramos una fábrica en Estados Unido y quisimos hacerla andar, pero la perspicacia y las ganas de nuestros obreros no se encuentran en todas partes. Por eso la trajimos a Rafaela en más de 17 contenedores", contó y, cerró: "Nuestra gente es muy capaz, sabe hacer las cosas. Tiene picardía y tiene calidad. Somos 5% inspiración y un 95% transpiración, el resto lo hace la gente de Rafaela, de la cual estamos muy orgullosos".