Argentina y Brasil: nada como ir juntos a la par
La asunción de Michel Temer a la presidencia de Brasil reinstala la sintonía fina política y económica entre ambos mercados; qué desafíos internos enfrenta el gabinete de Temer y cómo puede evolucionar la relación comercial con la Argentina
Si Brasil está en problemas es un problema para la Argentina. Con Michel Temer en ejercicio de la presidencia por 180 días (y probablemente hasta 2018, fecha de las próximas elecciones), los ojos están puestos en sus principales funcionarios y las medidas que rápidamente tome Temer para legitimar su estancia en el poder.
La dependencia económica de la Argentina con Brasil obliga al gobierno de Mauricio Macri a seguir de cerca los pasos que tomen Henrique Meirelles en Hacienda y José Serra en Cancillería, con una agenda que va desde reducir el gasto y el déficit fiscal, por un lado, a ampliar la base comercial externa acercándose a la Alianza del Pacífico, por el otro.
Serra visitó la Argentina la semana última. Allí transmitió lo mismo que en su discurso de asunción donde no habló de un contrapunto entre el libre comercio y la unión aduanera, sino que mencionó que para profundizar el Mercosur hay que ampliar el comercio libre entre nuestros países, es decir, que no se apliquen restricciones al comercio.
La semántica de la relación es fundamental para el académico de la Fundación ICBC y la Untref, Félix Peña. "Brasil está diciendo que la relación con la Argentina es especial, no estratégica. Especial significa que hay algo que cuidar de una manera muy particular. Algo con lo que no se juega", definió.
"Serra hizo un pronunciamiento categórico sobre el valor que le da a la relación con la Argentina y a la necesidad que señalamos todos los especialistas que el Mercosur necesita ser puesto al día, aunque no lo planteó así en su discurso", dijo Peña.
En tanto, Raúl Ochoa, profesor de la Untref, la UBA y la UCA, dijo que "los movimientos de Temer y sus designaciones buscan claramente un mandato lo más largo posible", tras destacar que es una jugada "a favor de la estabilidad" cuando la única base de sustentación fuerte de su poder está en el sector empresario.
"Lo único que puede darle credibilidad y legitimidad a Temer son los resultados económicos porque, políticamente, nadie lo quiere", afirmó.
En ese sentido, la designación de Meirelles es un punto a favor. "Meirelles fue clave durante el gobierno de Lula para terminar con la desconfianza, por lo que no puede ser muy atacado desde el PT", amplió Ochoa.
Ochoa subrayó la afinidad marcada entre el actual gobierno de Brasil y el de Macri. "Vamos a ver acciones más fuertes en poco tiempo, sobre todo respecto del tema Venezuela", indicó.
El especialista habló de que hay intención de resolver problemas comerciales "porque interesa tener una buena relación y porque, para los que asumieron ahora (en Brasil) la Argentina es clave para el relacionamiento internacional".
La amenaza de que ahora toda la vocación exportadora de los industriales paulistas se ponga de manifiesto no tendría tanto sustento. "Hay cambios fuertes en Brasil, sobre todo por la influencia que están teniendo los agronegocios. No hay que olvidar que entre las 20 empresas más importantes de agroalimentos del mundo hay dos brasileñas: JBS y Brazil Foods", explicó Ochoa.
El especialista, más que focalizarse en la agenda de Brasil al respecto, prefirió posar la atención en la todavía poco definida agenda de competitividad interna argentina, "que afectará tanto a las importaciones como a las exportaciones", a partir de una apreciación del tipo de cambio derivada del combate a la inflación (a través del "ataque" a los pesos con el blanqueo y el dólar financiero, entre otros).
Por su parte, el analista en política y economía internacional, Jorge Castro, destacó que el gabinete que acompaña a Temer está integrado por la totalidad de representantes del Congreso. "Hay cargos fundamentales, como el del Ministerio de Desarrollo Industrial, que está en manos de alguien que no tiene antecedentes en la materia y que es la cabeza de grupo evangélico de la Cámara de Diputados", explicó.
Continuidad de fondo
Castro entiende que esto tiene que ver con la necesidad de asegurarse la mayoría suficiente en el Congreso para aprobar medidas fundamentales, como la reducción del gasto público y la disminución del déficit. "En Brasil ninguna medida vinculada a gastos, impuestos o inversiones se toman sin que actúe de forma directa el Congreso", destacó Castro.
Un dato que destacó Castro es que Meirelles fue durante ocho años presidente del Banco Central de Brasil durante la presidencia de Lula. "Incluso cuando Lula estuvo a punto de ser designado por Dilma como jefe de la Casa Civil, convirtiéndose en virtual primer ministro, una de sus primeras medidas iba a ser designar a Meirelles ministro de Hacienda. En Brasil hay continuidad de fondo", apuntó.
A su vez, el director de la consultora Abeceb, Dante Sica, abonó la necesidad de fortalecer la alianza con Brasil porque hay mucho para negociar. "Los dos países necesitan salir a buscar mercados para compensar la pérdida de dinamismo local", indicó, tras agregar que "los problemas de la Argentina y Brasil son similares en el corto plazo y tienen que ver con la pérdida de competitividad, que se ocultó cuando se cerraron las economías sobre sí mismas".
Lo que se da ahora es un proceso donde cae Brasil y la Argentina empieza a recuperarse. "Pero para nosotros es importante saber cuánto cae Brasil: cada punto de su caída es un cuarto de punto de caída en la Argentina", indicó Sica.
El consultor Gustavo Segre, de Center Group, fue tajante: "Temer no asumió interinamente por 180 días. Entró con intenciones de quedarse, y para eso necesita ir por la economía de Brasil. Por eso puso a Meirelles como ministro que, durante la gestión con Lula, logró muy buenos resultados con la inflación".
Segre subrayó que la economía brasileña "funciona" sobre tres patas: superávit fiscal, libertad cambiaria y metas de inflación. "Dilma perdió dos de tres: la inflación superó el máximo de 6,5% y entró en déficit fiscal al punto que tuvo que maquillar las cuentas", dijo el experto.
El Congreso le había aprobado a Dilma un superávit fiscal de 24.000 millones de reales. Dilma pidió que le aprobaran un déficit de 96.000 millones y el Congreso le dijo que no. "Ahora asumió Temer y le dijo al Congreso que el déficit fiscal de este año realmente es de 170.000 millones, de los cuales 143.000 millones son déficit del sistema de jubilaciones", amplió Segre
¿Qué puede hacer Meirelles para recuperar el superávit? "Si aumenta la recaudación vía impuestos se da un tiro en el pie; la otra es reducir el gasto y, a priori, tiene mayoría en el Congreso", señaló.
Autonomía
"El nuevo gobierno planteó un objetivo de internacionalización de la economía brasileña. Serra quiere un mayor activismo para el Mercosur. Dijo que Brasil tiene que avanzar con terceros mercados, pero si no lo hace a través del Mercosur que lo haga por su cuenta. Hay varios antecedentes de la posición de Serra respecto de la autonomía de Brasil", señaló Marcelo Elizondo, director de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales.
Si bien la sintonía política con la Argentina retoma su pulso (brevemente detenido mientras coincidieron Dilma y Macri), las relaciones comerciales bilaterales no están en el mejor momento (ver cifras).
"Brasil no va a traccionar como antes. La Argentina tratará de tener mejores resultados (en exportación) en mercado lejanos como Asia pacífico y el norte de África y esperará a que Brasil se recupere, por lo menos, en el segundo semestre del año que viene", apuntó Elizondo.
Para Castro, Brasil buscará fuertemente aumentar sus exportaciones. "La única forma de hacerlo es con más productividad, lo que implica un aumento de las importaciones. En un mismo movimiento, para recuperar su crecimiento económico, Brasil se abrirá más", sostuvo.
Según el analista, Serra dejó abierta la puerta a permitir una "mayor flexibilización" para que los cuatro países miembros (ni mencionó Venezuela) tuvieran autonomía para desarrollar iniciativas bilaterales. Este planteo, que no sería extraño a la voluntad argentina, es el que realizan hace tiempo Uruguay y Paraguay.
¿Podría esta necesidad de expansión exportadora brasileña caer, una vez más, en suelo argentino? Tal es la preocupación actual de la Unión Industrial Argentina (UIA).
"Si Brasil cae no le podés exportar. Si Brasil tiene capacidad ociosa va a tratar de ganar competitividad y compensar su caída, y la Argentina es el principal destino", reconoció Sica. Hoy la Argentina tiene un sistema de protección compatible con lo establecido por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Se está recuperando la importación desde Brasil, es cierto, pero no llega al punto de sustituir la producción local, amplió el directivo de Abeceb.
"Estamos volviendo a la normalidad en el comercio. Hay alertas en los sectores sensibles. Pero no reemplazo de producción", dijo.
Respecto de si es posible compensar estos movimientos con más exportaciones a Brasil, Sica recordó que la Argentina tiene "problemas estructurales de acceso porque Brasil es una economía cerrada y porque falta dinamismo en nuestra inversión para lograr una salida exportadora: en todos los rubros donde Brasil aumentó sus importaciones en los últimos 12 años la Argentina cayó en participación, salvo en cueros y autopartes", resumió Sica.