Alimentar al gigante asiático
América latina le provee el 25% de los alimentos que importa; en el mediano plazo, su demanda se concentrará en carnes y lácteos,y elaborados como fideos, galletitas y snacks
"En los últimos 20 años China tuvo un crecimiento enorme, lo que la convirtió en uno de los principales demandantes de commodities. Es el segundo socio comercial de la región, después de Estados Unidos, pero mientras envía manufacturas industriales, el 80% de nuestras exportaciones está concentrado en porotos de soja, petróleo crudo, mineral de hierro y cobre. La política china es de control de las compras y diversificación de los proveedores, y en el caso de alimentos, la región compite con países como Australia, Nueva Zelandaa, Canadá y Estados Unidos. A la vez, el gobierno chino prioriza el procesamiento en el país, por eso compra más porotos de soja y menos aceite", señaló Eduardo Bianchi, investigador de Flacso durante un encuentro en el Instituto para la Integración de América latina y el Caribe (Intal) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Centro de Estudios Legales y Políticos de Asia de la Universidad Austral.
Bianchi explicó que "uno de los objetivos de China es el autoabastecimiento de alimentos, sobre todo en arroz y trigo. Pero tiene un límite: sólo el 13% de la tierra es apta para la agricultura". China también produce maíz, frutas, vegetales, carne porcina y aviar.
La potencia asiática es el segundo importador global de alimentos, con compras por unos US$ 100.000 millones por año, de las cuales un 25% proviene de la región. Leche en polvo, carnes, soja, frutas frescas, azúcar, pescado, aceite de palma, son algunos de los alimentos que demanda.
Proveedores
De la región, recibe de Brasil soja, azúcar, carne vacuna y aviar; de Uruguay soja, carne vacuna, lácteos y pescado; de Perú pescado; de Chile fruta fresca y pescado y de la Argentina soja. El aumento de la clase media lleva a un mayor consumo de proteínas animales, y en ese sentido Bianchi pronosticó para los próximos años un incremento de la demanda de carnes y lácteos, también de alimentos elaborados como fideos, galletitas, snacks, productos de repostería.
A su vez, Martín Piñeiro, director del Comité de Asuntos Agrarios del Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI) señaló: "La región necesita diversificar las exportaciones aumentando el valor agregado de los envíos. Es preciso negociar acuerdos sanitarios y de reconocimiento mutuo, porque un instrumento utilizado por China para regular las importaciones son las disposiciones fitosanitarias. Además debemos definir reglas que promuevan una mayor integración productiva y tecnológica; aún no existe un marco jurídico claro", dijo.
Una alternativa al actual intercambio podría ser la integración en cadenas de valor y la formación de empresas mixtas, pero allí Piñeiro se preguntó si era posible cuando el desequilibrio entre países era tan grande: "Los países del Mercosur son competitivos en la producción de alimentos, por eso juntos pueden lograr mejores condiciones".
El intercambio entre América latina y China fue de US$ 260.000 millones en 2014, según datos de la base Comtrade, y se estima que en 2024 se alcanzará los US$ 500.000 millones.
Acuerdos regionales
Una coincidencia entre los expositores de los distintos paneles fue la necesidad de dejar de lado los acuerdos bilaterales para negociar como bloque.
"China prioriza las negociaciones bilaterales porque le son favorables, pero la asimetría entre nuestros países indica que necesitamos acordar en conjunto. Para el Mercosur en este momento es difícil generar una agenda común ya que Brasil y Venezuela están atravesando crisis institucionales y económicas", observó Luciano Bolinaga, director del Grupo de Estudios del Asia y el Pacífico de la Universidad Abierta Interamericana.
Las exportaciones del Mercosur a China entre 2001 y 2015 crecieron más del 1200%, estimó Bolinaga, mientras el incremento de las importaciones desde ese país superó el 1400%.
"También hay que evaluar las distorsiones que provocó la irrupción de China: Brasil y la Argentina eran importantes proveedores de bienes industriales a los países vecinos, pero China nos fue desplazando; a partir de 2005 gana participación de mercado con productos de alto, medio y bajo contenido tecnológico. Continuar con la misma política es una amenaza para el intercambio industrial en el Mercosur y lleva a acentuar su deterioro", advirtió Bolinaga. Agregó que Brasil tiene superávit con China mientras la Argentina desde 2008 tiene déficit, "que es fuerte, y ya es estructural".