Alerta: Brasil frena las compras de merluza argentina
Aduce la presencia de parásitos en el pescado, pero los frigoríficos rechazan esos argumentos y piden una respuesta política
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La industria pesquera marplatense sufre serios problemas con las cargas de merluza que envía a Brasil. Específicamente cuando intentan cruzar la frontera y son sometidas a los controles sanitarios del país vecino.
No importa que la mercadería ya haya sido aprobada para exportación por Senasa. La autoridad brasilera la rechaza por parámetros relacionados con la existencia de parásitos. Esto hace que los contenedores refrigerados queden detenidos en frontera por semanas sin respuesta para luego tener que realizar el trámite de importación y regresar a Mar del Plata.
Pero en las últimas semanas la situación empeoró y ahora los rechazos de las exportaciones argentinas tiene causas insólitas: 20 cajas con filet de merluza congelada devueltas por no coincidir con las otras que viajaban en la caja térmica en la fecha de carga. Otras cajas observadas porque Tráfico de Senasa puso el sello en un lugar que Brasil considera que esta mal ubicado. Casi 200 cajas rechazadas por rotulación que fueron enviadas a Mar del Plata sin dejar cambiar el rótulo en frontera. El rótulo tenía un error en una letra en el nombre del producto.
“Estamos en el peor momento. Todos tenemos alguna carga con problemas, retenida o que ya la mandaron de vuelta”, dice Oscar Poletti, de Pampa Fish una empresa que hace años exporta a Brasil, y presidente de la cámara de frigoríficos exportadores de Mar del Plata.
Un par de datos ayudan a comprender los efectos que pueden generar las trabas que aplica Brasil a las exportaciones pesqueras argentinas. El país vecino es el principal destino del filet de merluza que producen las plantas de procesamiento de Mar del Plata.
En los primeros nueve meses del año esta carga significó la comercialización de 17.643 toneladas que generaron casi 50 millones de dólares. Las cifras marcan un crecimiento en relación al mismo período del año pasado: un 12% en volumen y un 14,4% en divisas.
La preponderancia del mercado brasileño para la merluza hubbsi se comprende con otra cifra. El segundo país de destino es España, pero entre enero y septiembre compró 9 mil toneladas, casi la mitad de lo que compran los vecinos sudamericanos.
Pero la estadística todavía no refleja los obstáculos que comenzó a levantar Brasil en su frontera a partir del mes pasado. Desde el Dipoa, el organismo sanitario brasileño, sostienen que la merluza argentina tiene una alta presencia de parásitos.
“Es una especie salvaje que presenta un distinto nivel parasitario de acuerdo a la época del año y zona donde se la pesque pero no representa un riesgo para su consumo”, revela Juan Miri, biólogo, docente e investigador del Conicet. “Se neutralizan congelándolo a -20°, que es la metodología aceptada por países de Europa”, agrega el especialista.
“Para nosotros se trata claramente de una medida paraarancelaria a la que no le encontramos fundamento y pedimos una respuesta política porque ya no alcanzan los documentos y pruebas presentadas por Senasa ante las autoridades brasileñas que avalan la calidad de nuestros productos”, sostiene Poletti.
Muchos de los socios evalúan por estas horas dejar de enviar pescado a Brasil para evitar estos problemas que generan sobrecostos importantes en la estructura comercial. Desde Cafrexport elevaron una nota al subsecretario de Pesca, Carlos Liberman, hace dos semanas para que intervenga en la crisis pero como hasta ahora no hubo avances y las trabas se agudizaron, los exportadores ya pulsaron el teléfono del embajador, Daniel Scioli.
El exgobernador bonaerense ha tenido con la industria pesquera uno de sus mayores aciertos diplomáticos este año al lograr que Brasil destrabe el bloqueo que aplicaba desde hacía más de siete años al langostino patagónico. En este caso puntual no aducían problemas de parásitos sino que obedecía al lobby del sector camaronero de cultivo que veía al marisco argentino en un serio competidor.
Ahora no hay problemas de ese tipo y hasta los importadores brasileños reclaman a sus autoridades mayor celeridad en el paso fronterizo para con el pescado argentino. Cadenas de supermercados y grandes pescaderías de la región de San Pablo buscan ampliar stock de cara a las fiestas de fin de año.
Las empresas marplatenses piden un rol más activo de Senasa ya que toda la merluza enviada a Brasil previamente es analizada y controlada por los profesionales argentinos. Para colmo cuando la carga es rechazada debe almacenarse en depósitos fiscales a la espera de nuevos análisis para los cuales se registran serias demoras en la obtención de los turnos.
“Lo que hacen no tiene explicación. Lo que le mandamos a ellos se envía a Europa y Estados Unidos. Claramente es una medida para arancelaria”, subrayó Poletti.
La buena noticia en esta historia es que en la post pandemia ha crecido la demanda de pescados blancos como la merluza y ha generado un aumento en su precio que supera los 3 mil dólares la tonelada.
“Por suerte tenemos mercados alternativos para suplir las trabas que hoy pone Brasil pero es algo coyuntural. Es necesario resolverlo de manera urgente”, pidió el presidente de Cafrexport.
Estados Unidos, Rusia, Polonia y Ucrania son alternativas para la merluza argentina. Los cuatro destinos registraron un aumento promedio del 70% en el volumen que compraron en los primeros nueve meses del año. En Cafrexpòrt están en contacto permanente con Javier Dufourquet, agregado comercial argentino en Brasil, Javier Dufourquet para intentar resolver los dos problemas centrales: parásitos y rotulados. Varios millones de dólares están en juego.ß