Aceite de jojoba: crearon una compañía de cosmética natural que exporta a Estados Unidos
Dos médicas especialistas en estética y una tercera amiga fundaron una empresa con una inversión de US$10.000
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Tres amigas son las socias de una empresa de cosmética natural que apunta a “transformar” la rutina del cuidado de la piel ofreciendo “soluciones inteligentes” con productos personalizados basados en ingredientes naturales. The Glow Factor nació con una inversión de US$10.000 y en menos de dos años está desembarcando en Estados Unidos y preparando el terreno para hacerlo en México en los próximos meses.
La idea nació en el consultorio de las médicas cirujanas y especialistas en medicina estética Valentina Sielecki y María Mingo, cuyas pacientes les pedían sugerencias de productos que tuvieran ingredientes “más naturales, pero con alta eficacia comprobada”.
Sielecki explica a LA NACION que lejos de inventar la pólvora, usaron ingredientes que eran habituales antes de los productos de consumo masivo. El aceite de jojoba (compran el que se produce en La Rioja) es el que tiene presencia en casi todos los elaborados de la línea en altos porcentajes.
El aceite facial Luxury Base Oil (LBO) fue el primero que produjeron y se convirtió en la insignia de la marca. Toda la línea es cruelty free y con muy poco sintético, ya que –explica Sielecki– no hay emulsificantes ni conservantes naturales “prácticamente en ningún lugar del mundo”.
“Aprovechamos lo natural al máximo y buscamos no alterarlos de ninguna forma, aun cuando el vencimiento sea más corto de lo que hay en el mercado o de que se necesite agitarlo antes del uso”, agrega.
La empresa produce en laboratorios de terceros, con bioquímicos expertos en cosmética vegana, natural y cuenta con todas las aprobaciones de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) y las certificaciones de cruelty free, vegana y sin siliconas ni parabenos. Los productos están dermatológicamente testeados.
Las médicas sumaron a Candelaria Nottebohm, especialista en marketing y desarrollo de emprendimientos, a los pocos meses. Las tres encararon el plan de expansión de la marca con una “propuesta personalizada”. A los pocos meses la firma contaba con cinco productos que, ahora son 15 y que, en los próximos meses, escalarán a 22.
“Hay un ida y vuelta permanente con el cliente que es muy valioso porque sabemos lo que quiere -dice Nottebohm-. Todas nuestras fórmulas son desarrolladas internamente, no hay ningún producto igual en el país”. Los primeros lanzamientos apuntaron a completar una rutina de cuidado de la piel con el LBO, un agua micelar, un multivitamínico y una crema para contorno de ojos. Después fueron sumando preparados para diferentes tipos de pieles.
El modelo con que empezaron en Estados Unidos es la venta online -que también es su fuerte en la Argentina- en una plataforma en que, desde antes de la compra, el interesado puede chatear con una experta, a la vez que cuenta con una posventa de seguimiento del producto. Están por habilitar un canal para, después de una serie de preguntas, hacer recomendaciones puntuales.
Nottebohm señala que el trámite de aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) –el organismo equivalente a la Anmat de la Argentina– no presentó problemas porque todos los ingredientes que usa la marca están aprobados.
“Sobre esa base se hace la homologación; registrar es opcional. La revisión realizada cumple con ingredientes y fórmulas, así que estamos en condiciones de vender online a través de una distribuidora”, añade. El esquema en México es similar. “Al no ser un producto de uso médico, la regulación es más flexible”, apunta.
Al mercado de Estados Unidos, donde hay más competencia, saldrán con productos diferentes a los primeros con los que se instalaron en la Argentina. Por ejemplo, con uno en base a CBD (extracto de cannabis), con funciones antioxidantes, y con un aceite de limpieza que es más aceptado que el agua micelar.
“Mantendremos el modelo de marketing digital e influencers que usamos en la Argentina para hacer conocida la marca afuera –enfatiza Nottebohm–. Por supuesto, con las adaptaciones que requiere la idiosincrasia de cada destino”.