Comercio: advierten que las importaciones podrían frenarse al menos US$1500 millones por un cambio en el sistema de permisos otorgados
El lunes próximo debutará el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), que reemplazará al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI)
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La semana próxima, el Gobierno pondrá en marcha un nuevo sistema para monitorear las importaciones, con el objetivo de cuidar las escasas reservas del Banco Central (BCRA). Se trata del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), que debuta el lunes y buscará unificar en una sola ventanilla todos los trámites que deben realizar las empresas para comprar productos y servicios del exterior.
En los últimos días, el Ministerio de Economía encareció el valor del dólar para las compras con tarjeta de crédito y para la adquisición de bienes de lujos, y aumentó la cantidad de posiciones arancelarias bajo “licencias no automáticas” (LNA) de importación (que ya alcanza el 42% del total importado, según la consultora Abeceb), con el fin de desacelerar la salida de divisas.
Ahora, con el nuevo régimen que reemplazará al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), el equipo económico espera tener más “previsibilidad” a la hora de administrar la compra de dólares de las empresas. Se trata de una preocupación sustentada en lo que ocurrió en la semana: tras el fin del esquema del “dólar soja”, el Banco Central vendió US$296 millones en los últimos seis días hábiles.
En el sector privado valoran que haya un sistema “más ordenado” en dónde hacer los pedidos de permisos de importación, ya que en el nuevo régimen se espera una mayor coordinación entre la Secretaría de Comercio, el Banco Central y la Aduana. Sin embargo, indicaron que, hasta que no esté operativo, no sabrán en la práctica como funcionará esta nueva dinámica.
“Es esperable que el Banco Central venda dólares, porque hay una liquidación menor. Octubre suele ser un mes difícil, porque todavía no entra la cosecha fina [trigo, principalmente]. El Gobierno se hizo un colchón por el lado de la soja, que permitió cumplir con las metas del FMI y que giren los derechos especiales de giro [DEG, el dinero del organismo]. Por lo tanto, la pérdida que veremos será desde un nivel más alto. Sin embargo, no descartamos que haya nuevas medidas del Gobierno para engrosar las reservas”, indicó un empresario industrial, en reserva, a LA NACION.
El nuevo sistema elimina el sistema de categorías de SIMI A y B, en el cual, el BCRA vendía el equivalente de divisas a la cantidad menor entre lo importado en 2020 más un 70% o lo importado en 2021 más un 5%, y superado ese plazo, otorgaba las divisas a los 180 días de la nacionalización de los bienes.
Ahora, con el SIRA, la importación se va a poder pagar con dólares propios en cuenta local o con acceso al tipo de cambio oficial (MULC), pero en el plazo que indique la Secretaría de Comercio. La norma, sin embargo, no establece sobre qué criterios se fijará el plazo para poder adquirir dólares.
“En primera instancia, esta medida reduciría la incertidumbre, ya que, una vez aprobado el pedido, la empresa conocerá la fecha exacta en la que podrá obtener las divisas, y por consiguiente podrá establecer una fecha de pago concreta a su proveedor. Hoy, esta situación es sumamente incierta, ya que los importadores no conocen los motivos por los cuales sus pedidos no son validados, ni tampoco cuándo podrán acceder al MULC. Sin embargo, aún resta conocer los plazos que se otorgarán, y abre mayores chances de judicialización en caso de controversias o retrasos al momento del otorgamiento de las divisas por parte del BCRA”, explicaron en la consultora Abeceb.
En la primera semana de funcionamiento, en el sector privado se espera que haya demoras para ajustar los sistemas operativos. De hecho, según la consultora que dirige Dante Sica, habrá un importante freno en las importaciones durante los próximos días, que podría rondar entre los US$1500 y US$2500 millones.
“En definitiva, si bien el nuevo régimen contiene algunos avances en materia de coordinación que pueden representar algunas ventajas potenciales para algunos sectores y segmentos (pymes, industrias), la contracara es que se presta a mayor discrecionalidad al dotar al gobierno de un instrumental más poderoso para ejercer el control de las importaciones y los flujos de salida de divisas”, dijeron en Abeceb.
“Mientras el régimen anterior fue acumulando modificaciones permanentes para ir subsanando problemas generados en sectores críticos, ahora se vuelve a foja cero, y al menos hasta conocer la letra chica del nuevo esquema, se vuelve a disparar la incertidumbre de aquellos sectores que se habían ‘adaptado’ o conseguido una solución específica a su problemática (salud, siderurgia, automotriz, entre otros)”, concluyó.
Por su parte, Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales fue crítico con el sistema. “Se acude a una formalización extremadamente rígida, procesal, a través de la cual distintas oficinas del Gobierno tienen que ir emitiendo opinión de una manera más formal que antes. En realidad, consolida lo que en mi opinión no debería existir, porque no se trata de hacer más previsible lo que es malo, sino cambiar lo malo por algo bueno”, señaló.
Elizondo agregó que la importación debería ser más flexible y espontánea. “Lo que buscan con esto es tener más capacidad de control porque se temen que no haya dólares suficientes para pagar las importaciones. Yo creo que todo debe ser más flexible y espontáneo”, opinó el especialista.
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