Mauricio Claver-Carone lanzó una dura crítica contra el Presidente: lo tildó de deshonesto y dijo que nunca quiso buscar trabajo para los argentinos
El ex jefe del BID habló de “pandilla” y aseguró que no le extraña la buena relación que sostiene con el venezolano Nicolás Maduro y que el Gobierno no busca el desarrollo de la Argentina
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El exjefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, se refirió este martes por la mañana al vínculo que mantuvo en estos tres años de gobierno con el presidente Alberto Fernández y lo acusó de no buscar el bien para los argentinos sino de concentrarse en poder ubicar en buenos puestos a las personas que tenía a su lado.
“En los años en que trabajé con Alberto Fernández, nunca tuve una conversación con él para ver cómo crear empleo en el país, siempre fue cómo conseguirle empleo a (Gustavo) Beliz… ¿Y si ponemos ese mismo empeño en crear empleo para los millones de argentinos?”, se preguntó el exfuncionario de la entidad en una entrevista con Eduardo Feinmann por Radio Mitre.
Asimismo Claver-Carone afirmó que él siempre fue considerado “una persona inconveniente” pero advirtió: “A mí se me califica como ideologizado, que apoya el libre mercado, como si fuera de derecha. Yo sí trabajé con [el expresidente de Estados Unidos] Donald Trump, pero creo en la honestidad ideológica y respeto a la gente de izquierda y entiendo cómo piensa la gente de izquierda como Cristina Kirchner. Pero no entiendo a Alberto Fernández y a ese grupo porque son deshonestos”.
Además, dijo: “Yo era una persona inconveniente para ellos y desde el primer día en la Argentina hubo un empeño importante para sacarme”.
“Cuando salí elegido, quise nombrar a un argentino apolítico, una persona de finanzas muy capaz, en una posición importante. Pero ellos seguían empeñados con Beliz. Yo le dije a Fernández que nombraría a un argentino muy capaz que es apolítico y Alberto Fernández me dijo: ‘No voy a votar a nadie que no sea de los míos´. Eso no lo entendí. Me chocó mucho”, aseguró.
Por otra parte, destacó que el actual ministro de Economía, Sergio Massa, fue el primer funcionario argentino que le habló seriamente sobre cómo sacar adelante al país y aseguró que el anterior funcionario al frente de esa cartera, Martín Guzmán, “fue canibalizado a propósito para dividir”.
“Massa fue la primera persona que hace unos meses se sentó conmigo como un adulto y me dijo: ´Tengo un plan para salvar a la Argentina´. No me habló de amiguismos, solo de su plan para intentar tener éxito y frenar la crisis abrumadora que venía”, afirmó Claver-Carone.
“Es mi deber apoyar a la Argentina si viene con un plan, aunque sea incoherente. Y yo respondí como debería ser. Pero no se puede [apoyar] si en dos años se la pasan jugando juegos políticos, trabajando para los tres amigos de la pandilla de Alberto Fernández y no para los millones de argentinos”, aseveró.
Consultado sobre su opinión de las metas fijadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el pago de la deuda, el exfuncionario cuestionó el plan negociado con su directora. “La Argentina no puede cumplir ni con esas metas más mínimas que le han impuesto. He tenido discusiones muy serias con Kristalina Georgieva, porque esas metas son un contraincentivo para que se cumpla el plan de pagos. La Argentina y ese grupo no quiere desarrollarse”, dijo.
Luego, fue más duro e indicó que lo que algunos países quieren es convertir al BID en un banco de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y que lo convertirán en un “sistema Ponzi”, la forma de estafa piramidal para atraer inversores y pagar utilidades a los inversores anteriores con fondos de inversores más recientes en lugar de invertir o administrar el dinero como se promete.
“Hay países que quieren que el BID sea solo un banco para la CELAC”, lanzó. “Se ha creado una arquitectura financiera internacional como si el BID fuera un sistema Ponzi, porque hacían falta esos 500 millones de hogares para lograr financiamiento. Y no debería ser ese el papel del BID. Es un banco de desarrollo para hacer inversiones sobre un pacto de desarrollo para las naciones”, aseguró.
Claver-Carone destacó los avances que se lograron en su gestión en el BID con financiamientos y ahorros récord, y concluyó: “Me di cuenta que para ellos los resultados no importan. Para algunos países es más importante tener un enchufe para el clientelismo que los resultados”.
La salida de Claver-Carone del BID
El proceso de desplazamiento de Mauricio Claver-Carone de la dirección de BID se desató en marzo último cuando una denuncia anónima al board lo acusó de haber violado el código de ética del banco por haber tenido una relación íntima con su jefa de gabinete. A eso se le sumaron, argumentan los especialistas, que no cumplió con los objetivos de modernización del banco.
En septiembre, la Asamblea de Gobernadores del BID, donde están representados los 48 países miembros del banco –Estados Unidos, Canadá y América Latina, varios países europeos, Japón, Corea del Sur y China– votó a favor de poner punto final a la gestión del funcionario luego de que estuviera dos años al frente de ese organismo. La vicepresidenta ejecutiva, Reina Irene Mejía Chacón, asumió la conducción hasta la elección del nuevo presidente.
Claver-Carone había llegado a la presidencia del BID en octubre de 2020, impulsado por el entonces presidente estadounidense Donald Trump. Su nominación y su elección dividió a la región y no contó con un respaldo unánime. Se lo considera un “halcón” con fuertes posturas ideológicas y fue el primer norteamericano en ocupar una silla que, por tradición, está reservada para América Latina. Claver-Carone había prometido reformar la institución, modernizarla y ampliar el capital, algo que nunca logró.
El 12 de octubre, el BID aprobó un nuevo préstamo por 700 millones de dólares para la Argentina, desembolso que significa el primer tramo de un financiamiento total por 1200 millones de dólares que había sido bloqueado meses atrás por Claver-Carone. El funcionario había trabado esos fondos argumentando que primero la Argentina debía cumplir con las metas del programa con el Fondo. Pero luego de reunirse con el ministro de Economía, Massa, a principios de septiembre en Washington, y antes de su despido, amplió el préstamo original de 800 a 1200 millones de dólares y aceleró su aprobación.