Claver-Carone: “La Argentina busca exportar el canibalismo político”
En una entrevista con LA NACION, el expresidente del BID niega todas las acusaciones en su contra y le recrimina al gobierno de Alberto Fernández pelear para proteger su “territorio político” en el banco regional
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WASHINGTON.- Mauricio Claver-Carone habla rápido, irritado, niega todo y despilfarra críticas. Dice que lo sacaron del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con un “juicio político” para frenar reformas, y defenestra al gobierno de Alberto Fernández, al que acusa de estar interesado en el banco solo para buscarle trabajo a su tropa y a Gustavo Beliz, y convertirlo “en el Banco Provincia”, y tratar de destruirlo en vez de mejorarlo. En el BID, dice, todos pelean “por quien conserva más territorio político”.
“La Argentina ha buscado exportar el canibalismo político, mantener el status quo, porque es donde todavía la Argentina sí tiene poder”, dispara en una entrevista con LA NACION.
Claver-Carone fue despedido por una amplísima mayoría de los países que integran el banco luego de que una investigación independiente de la firma de abogados Davis Polk hallara evidencias de que tuvo una relación romántica con su jefa de gabinete, Jessica Bedoya, a quien le otorgó dos aumentos en la pandemia que subieron su sueldo más de un 40 por ciento. Ambos trabajaron en la Casa Blanca durante el gobierno de Donald Trump, y Claver-Carone la llevó luego al BID. Tras recibir el informe de Davis Polk, el board del BID recomendó echarlo por unanimidad, y 45 de los 48 países que lo integran avalaron después esa recomendación. Fue despedido el mes pasado. El gobierno de Joe Biden dijo que tuvo “conductas inapropiadas”, y lo acusó además de querer entorpecer la investigación y de generar temor a represalias en el banco.
Fiel alumno de la administración trumpista, Claver-Carone despacha sin titubear todas las acusaciones y evidencias en su contra, contraataca con su relato y solo reconoce un error: haber querido hacer cambios “muy agresivamente”. Punto. La pelea no ha terminado, advierte. En medio de una disputa contractual con el BID, en manos de sus abogados, Claver-Carone ha dado entrevistas siempre con un tono desafiante a medios de la región y Europa. “No es mi naturaleza darme por vencido. Es lo que he hecho toda mi vida y es lo que seguiré haciendo”, desafía. Niega todo. La relación, que haya violado las reglas del banco, o que el aumento que le otorgó a Bedoya y al resto de su equipo ejecutivo, que enfurecieron al staff, hayan sido problemáticos.
“La investigación dice que no hay relación existente. Podemos hablar sobre el pasado, que tampoco. Pero vamos a decir que no importa el pasado. Lo importante es el presente. Y podemos hablar del pasado también, ahí también es mentira, pero tiene una historia aparte que es más compleja. Pero hablemos del presente. Yo leí las reglas desde el primer día. Si no tengo una relación, pues obviamente no tengo relación”, afirma. “Hay otras reglas para el directorio, no tienen ningún tipo de prohibición con nadie mientras sea consensual. Ya veamos la hipocresía interna que existe. Por definición, fue un juicio político”, define.
–Desde que trabajaron juntos en Casa Blanca, ¿en ningún momento hubo una relación?
–No, y no solamente no se tuvo una relación. Obviamente, creamos una amistad muy, muy cercana porque obviamente tuvimos en tiempos muy difíciles, y muy complicados en los que vivimos en la Casa Blanca, los tiempos de Venezuela. Y en ese tiempo estábamos en un proceso en el cual los dos nos estábamos divorciando, y entonces se creó una amistad entre ambos.
–¿Para usted el informe miente?
–Sin dudas. El informe dice claramente de que no hay evidencias de una relación existente. Si las reglas del banco dicen “si tienes una relación existente tienes que reportarla”, yo estoy siguiendo las reglas del banco. Las reglas del banco no dicen ‘tuviste una relación en algún momento’. Yo cumplí con las reglas del banco, y eso el informe sí lo reivindica. Ni hablar de las reglas del directorio, porque si fuera por las reglas del directorio ni importa si hay una relación existente. Ahí está el problema en que la crisis es institucional.
Una elección polémica
Claver-Carone llegó al BID en una elección polémica. Fue el primer norteamericano que alcanzó la presidencia, una silla históricamente reservada para América latina, impulsado por el gobierno de Donald Trump. Es un republicano, un “halcón” nacido en Miami, que lideró una gestión, cuanto menos, tirante. Lo reconoce: “Yo sí he tenido una relación conflictiva con el directorio del BID. Sin dudas. Y esto al fin y al cabo lo que termina siendo es una puja sobre el poder del Directorio Ejecutivo y la relación que tenía yo con el Directorio Ejecutivo basado en el futuro del banco”, afirma.
Pese a que es republicano y exfuncionario trumpista, ni Trump ni ninguna otra figura política –demócrata o republicana– han salido a defenderlo públicamente, pese a que tiene poderosos contactos en Washington, como el senador republicano Marco Rubio o el senador demócrata Bob Menendez, dos de las figuras más poderosas del Capitolio.
Claver-Carone carga contra el board del BID, que recomendó echarlo por unanimidad. Allí, las sillas más fuertes son las de Estados Unidos, la Argentina, Brasil y México. Claver-Carone tiene un encono particular con la Argentina, y con el gobierno de Alberto Fernández, con el que tiene un historial de roces.
“Era la institución financiera internacional peor manejada del mundo, y parte de ese problema viene del Directorio Ejecutivo, el más politizado y el más caro de las instituciones financieras”, dice. (Claver-Carone luego aportó datos donde el directorio del Banco Mundial tiene un presupuesto mayor; el Directorio Ejecutivo tuvo gastos administrativos consolidados por US$20,6 millones en 2021, según información del BID).
“Lo que están hablando es de una puja por poder de personas que quieren y necesitan mantener sus posiciones, su poder, y proteger las ineficiencias en la organización. No hay mejor ejemplo que la silla de Argentina. La silla de la Argentina tiene cuatro personas que entre ellas se reparten más de un millón de dólares en salarios. Eso la Argentina no lo quiere perder, son posiciones políticas importantes”, continúa.
Claver-Carone empuja una teoría. Pese al escándalo ético, la investigación y las evidencias que se hallaron en su contra y el consenso política de sacarlo, dice que su salida se debe a que impulsó reformas que hubieran modernizado el banco. “Estas reformas nunca van a pasar, gane quién gane. Porque la única manera que yo pude llegar a que se les presentara a los gobernadores es por el estilo agresivo que tuve, y porque francamente se lo hice tragar al Directorio, y lo sobrepasé, pero si no, eso nunca se hubiera presentado. El status quo del banco es muy cómodo. No solamente para el Directorio, sino para la mitad del plantel”, afirma.
Días atrás, un townhall en el BID dejó críticas del staff, con preguntas que dejaron ver la furia por los aumentos de sueldo a Bedoya cuando el personal tuvo mejoras inferiores a la inflación.
Claver-Carone contraataca: “Hay personas con mucho talento en el banco, y ojalá las hubiera conocido. Estuve dos años en el banco y el último día que me fui, que era el 26 de septiembre, todavía dos terceras partes del banco no estaban trabajando en el banco. Las personas que se quejaban de que querían aumentos no estaban ni trabajando en el banco”, sostiene, y agrega: “El banco es una institución llena de incentivos perversos. El tema del salario de mi jefa de gabinete y de mi equipo ejecutivo entero. A todos se los incrementé, 20 por ciento. Lo mismo que a ella. Y el primer aumento del que se habla no es un aumento, es el salario original de su antecesor”.
Claver-Carone reconoció que Bedoya cobra un salario anual de 420.000 dólares, similar al sueldo medio de un vicepresidente ejecutivo, el segundo rango en la escala salarial, solo detrás del presidente, que tenía un sueldo medio de US$481.517 a diciembre de 2021, según datos del BID.
Las críticas más duras, para la Argentina y EE.UU.
“A los Estados Unidos al fin y al cabo no les importa el BID, seamos honestos. Yo lo que quise y aspiré es a que les importara. Sí se podría haber creado un BID más eficiente, lo quise hacer muy rápido, y lo quise hacer muy agresivamente. Y al fin y al cabo me gané muchos enemigos, lo entiendo. Pero esa falta de visión por parte de la administración actual de Estados Unidos y la falta de tomar la oportunidad por los otros países porque al fin y al cabo queremos dejarles un BID más robusto. Lo que termina ahora es que vamos a tener un BID igual que siempre”, dice. “Los Estados Unidos estaban buscando una excusa para sacarme”, cierra.
A la hora de hablar de la Argentina, Claver-Carone no se guarda nada. Al único que preserva de sus críticas es al ministro de Economía, Sergio Massa. Apunta contra Alberto Fernández, el director en el BID para la Argentina, Guillermo Francos –a quien más nombra, y quien lidió con él cara a cara en el banco–, y Gustavo Beliz, ahora afuera del gobierno nacional.
“Yo en tres años, en un año en la Casa Blanca, y en dos años en el BID, nunca tuve una conversación con nadie, hasta Sergio Massa ahora, del gobierno argentino, que me haya hablado de crear empleos en la Argentina, de ayudar a la Argentina a crecer, del programa de la Argentina. En tres años, sea el presidente Fernández o Guillermo Francos, lo único, lo único que les interesaba era cómo buscarle trabajo a Gustavo Beliz, porque quería ser presidente o porque quería ser un vicepresidente. Lo único que le interesa francamente a Guillermo Francos es convertir al BID en el Banco Provincia, y para eso sí es muy bueno. La gente que no construye, destruye. Está haciendo toda la porquería que hizo en el Banco Provincia; es lo que está haciendo aquí”, fustiga.
Claver-Carone dice que a la Argentina no le interesa reformar el banco para hacerlo más eficiente, y que pueda ayudar al país. Es una crítica que extiende de manera velada durante la entrevista al resto de la región que le dio la espalda.
“La Argentina ha buscado exportar el canibalismo político, mantener el status quo, porque es donde todavía Argentina sí tiene poder”, señala. “Un directorio de una empresa, y este fue mi error. Un directorio de una empresa, si yo te digo que lo quiero hacer más eficiente, más ágil, y aquí están los resultados del año pasado, al fin y al cabo están trabajando por el mismo fin, los buenos resultados y el valor. Acá no. Acá el directorio está peleando por quien conserva más territorio político”, cierra.
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