Claudio Zuchovicki: “Si la Argentina fuera una acción, compro; viene un ciclo distinto”
El especialista en temas financieros dijo, en una entrevista con LA NACION, que para decidir inversiones lo más adecuado es seguir el sentido común; según evaluó, el período que viene “es el de un Estado que está fundido y un sector privado que está mejor”
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Es licenciado en Administración de Empresas por la UADE y estudió especializaciones en temas financieros en Estados Unidos; es gerente de Desarrollo de Mercados de Capitales de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, director de BYMA, socio de la firma Silver Cloud Advisor y director académico de Finanzas de la UADE
“El ciclo que viene es el de un Estado que está fundido y un sector privado que está mejor”, dice el especialista en temas financieros Claudio Zuchovicki. En diálogo con LA NACION, explicó por qué habla mucho de los valores y del sentido común para explicar temas de su área y advierte que “es una mentira” que “crisis es oportunidad”.
–Sos un hombre de la bolsa y del mercado de capitales, ¿por qué últimamente hablás más de valores y del sentido común que de economía? De hecho, tu espacio de comunicación se llama “Cuando mis hijos tengan mi edad”.
–Bueno, no es contradictorio, porque creo que para operar en un mercado de capitales lo más adecuado es usar el sentido común. Las cosas suben y bajan por el estado de ánimo y, a veces, con el tiempo aparecen los fundamentos. Soy de Mar del Plata y allí lo primero que te enseñan es a surfear. Y para surfear una ola nunca hay que subirse antes de tiempo, porque te quedás sin impulso, y nunca hay que agarrar la ola tarde, porque creés que estás en la cresta y enseguida te caés. Hay que subirse a la ola cuando recién arranca. En finanzas, el timing siempre es más importante que el precio. Lo que hago últimamente es tratar de hablar con gente joven, gente de tu edad, y me doy cuenta de que las cosas están cambiando.
–En términos de mercado, ¿la Argentina ya hizo piso? ¿O puede seguir hacia abajo?
–Sí. Miro tendencias y me gusta mirar el Merval, que en 2022 le sacó cerca de 40% en dólares al S&P. Entonces, la respuesta es que es momento de compra, porque no estoy buscando el mínimo. El mínimo ya se dio.
–Si los mercados tienden al alza es por que se anticipan a algo… ¿Cuál es el fundamento?
–Creo que es por un cambio de ciclo. La macro está fundida, pero la micro no tanto. Si tomo el promedio del último año, hay un mínimo de cheques rechazados y no hay endeudamiento privado. Hay una diferencia entre burbuja y precio alto. Si compré un activo y no le debo plata a nadie, espero y lo vendo cuando suba, eso es precio alto. La burbuja se da cuando compré con plata ajena; le debo plata al banco y es probable que el activo valga menos de lo que vale mi deuda. En ese proceso, la micro está mucho mejor que la macro. Siempre entendí la economía por ciclos. En 1991 cayó la vieja Unión Soviética y nacieron 50 países nuevos; yo llegué a comprar telefonía de Bulgaria, donde había habido 50 años de comunismo. En un momento vino el ciclo del Estado presente. No solo en la Argentina, sino que en todos los países ganaba las elecciones el que ofrecía un Estado presente ante las demandas sociales. Creo que ahora el ciclo es productivo. El ciclo que viene es el de un Estado que está fundido y un sector privado que está mejor. Los mensajes del político que gane serán para seducir al privado. ¿Cómo hago para que crezca, para que tome gente? ¿Cómo bajo impuestos? Va a ganar las elecciones el que valore el mérito y respete la propiedad privada, porque la población se dio cuenta de que la plata se hace laburando.
–Hay dos escuelas a la hora de entender lo que se viene. Una dice que “cuanto peor, mejor, porque te permite hacer más reformas y salir más rápido”. La otra indica que, si vamos a “lo peor”, queda un caudal de pobreza grande, cada vez más difícil recuperar. ¿Qué pensás?
–Soy de los que creen que es mentira que crisis es oportunidad. Crisis es crisis. Es oportunidad solo para el que estuvo preparado. La crisis arruina a mucha gente, solo unos pocos que están preparados pueden zafar y aprovecharla. Hay alguien que compró algo barato, pero alguien lo tuvo que vender. Hay alguien que compró stock de telas baratas, pero otro estuvo desesperado por vender, porque tenía los cheques en descubierto. Entonces, es una transferencia de riqueza. Ahora bien, “no hay peor dolor que el soportable”. ¿Por qué soportable? La Argentina se dio cuenta que de planes no se puede vivir, menos con este nivel de inflación.
–¿Que opinás de dolarizar? ¿Es posible, factible, deseable?
–Es posible y es factible, pero, si es deseable... Depende. Inevitablemente antes tenés que hacer mucho trabajo. La madre de todos los problemas es el déficit fiscal. Si no resolvés eso, la discusión monetaria no tiene sentido. Supongamos que gano $100 por mes y gasto $120 y hago eso durante 40 años. El mercado siempre me prestó los $20 que me faltaban. Pero un día no me prestan más y tengo una deuda impagable. Supongamos que los acreedores me regalan la deuda. Al otro mes, ¿solucioné los problemas si sigo gastando $120 y gano $100? Tenés que hacer un deber fiscal enorme. El euro nació en enero de 2001, pero 10 años antes hubo un acuerdo fiscal. Antes de la convertibilidad en la Argentina se anunciaron muchas medidas para ganar competitividad: baja de retenciones, privatizaciones, algo que daba a entender que iban a entrar dólares para sostener el sistema. Eso se hizo antes de la convertibilidad, no después.
–Según la estadística del Indec, los argentinos tenemos fuera del sistema local US$122.000 millones. ¿Es recuperable lo que está en el exterior? ¿Es posible que vuelva? ¿Hay experiencias en el mundo de repatriar fondos?
–La Argentina fue un caso. Hubo un blanqueo en 2017 y se blanquearon US$120.000 millones.
–Y al poco tiempo cambiaron las reglas impositivas…
–Exacto, mintieron. Y eso sí es un problema. Pero entraron US$40.000 millones de los US$120.000 que se blanquearon y US$80.000 quedaron afuera. Depende de la credibilidad que tenga el gobierno que viene, pero arranca en menos cinco, porque nos mintieron. Dijeron: ‘confiá, que yo saco el impuesto a los Bienes Personales, y después lo subieron. Todos los gobernadores firmaron un acuerdo para bajar Ingresos Brutos y los mismos gobernadores subieron ese impuesto. Con lo cual, me ofrezcas lo que me ofrezcas, primero tengo que ver por qué esta vez sería diferente. Cuando un argentino tiene plata afuera paga el doble de impuestos, pero toma eso como un seguro.
–Que la oposición sean los dirigentes que ya estuvieron en el gobierno, ¿es algo que afecta? ¿O el mercado tiene poca memoria?
–Depende. Memoria tenemos, porque aún no superamos muchas cosas. Sube el dólar y la gente va corriendo al banco. Yo soy de los que se equivocó. Confundí esperanza con expectativa, confundí lo que tenía ganas de que pase con lo que pudo pasar. Entonces, yo pagué para ver. Y es probable que ahora diga que primero voy a ver y después voy a pagar. A ver qué grado de implementación hay. La sociedad es completamente distinta. En 2015 el resultado [de las elecciones] hizo que se ganara por muy poquito. El 48% de la gente pensaba que todo lo que estaba antes estaba perfecto. Ahora hay que ver ese resultado y si la sociedad está dispuesta a cambiar. Yo creo que en 2016, más allá de un gobierno, la sociedad no quería cambiar. Puedo estar equivocándome de nuevo. Siempre voy a estar agradecido a todos los economistas del sector privado que se metieron muchos en política y dieron una batalla cultural; mucha gente joven entiende ese mensaje; antes era más probable ver a alguien con una remera del Che Guevara. Me parece que hay un cambio de fondo en la juventud, y eso es un cambio permanente de cara a futuro. Yo ya no incido tanto, estoy, por mi edad, en el 19% de la población. Pero que la gente joven entienda que el empresario no quiere echar gente, que le conviene que le vaya bien, es valioso. Nadie crea una empresa para perder guita y la competencia genera que haya más negocio. Yo crecí en un momento donde tenías que discutir con la gente que decía: ‘Los empresarios son todos chorros’. Los hay por supuesto, y generalmente son los contratistas del Estado. Pero la mayoría de los empresarios que conocemos son laburantes.
–Hay un cambio global significativo. La Argentina debería elegir un aliado estratégico entre Estados Unidos y China o simplemente convivir con ambos? La dominación global del dólar, ¿persistirá mucho tiempo?
–En algún momento algo va a cambiar, aunque no creo que en el corto plazo. El 62% del comercio internacional es en dólares. ¿Conocés algún político de cualquier color que ahorre en rublos o en yuanes? Viajás a cualquier lugar del mundo y te toman dólares. Otras monedas, no. Si en la Argentina te doy 100 yuanes. ¿Es fácil cambiarlos? Además, ¿por qué China te va a financiar? Te va a pedir algunas cosas a cambio. A veces es mejor moverte con un país que tiene democracia, donde la justicia existe y puede fallar a tu favor o no.
–La vicepresidenta Cristina Kirchner escribió en Twitter que la Argentina es el país donde mueren todas las teorías económicas. Aludiendo a la particularidad del país respecto del mundo, ¿creés que hay algo en particular en ese sentido?
–No, al revés. Yo creo que se convalidan todas las teorías económicas. Nos quisimos resistir de que la emisión genera inflación. Y lo discuten bíblicamente. Bueno, en Estados Unidos se emitió un cuarto del dinero existente desde el principio del dinero y tuvo inflación. Hay gente que cree que se puede vivir con déficit fiscal y deshonrar la deuda cada vez que no se la puede pagar. Entonces, en vez de prestarte un fondo tradicional, te presta un buitre. Y encima, el buitre te ganó el juicio. Ahí se convalida que, si hacés las cosas bien, te va bien y si haces las cosas mal, te va mal. Algo que sí es más complicado en la Argentina es hacer política monetaria, porque el 50% de la economía es informal. En Estados Unidos suben la tasa de interés un cuarto de punto y afecta al 97% de la población, porque es todo formal. Entonces, es quizás ahí donde mueren algunas soluciones, porque no se pueden aplicar como en el primer mundo. Pero en general, las teorías económicas que aprendemos de lo que está bien y está mal, en la Argentina se comprobaron. Lamentablemente, siempre elegimos las opciones malas. La Argentina perdió su capacidad de movilidad social. Tu viejo vivió 100 veces mejor que sus padres. Tus abuelos, vivieron 100 veces mejor que sus bisabuelos. Se escaparon de una guerra donde moría el 30% de la gente, vinieron en un barco. Vos sos la primera generación, como mis hijos, que no lo pueden replicar. ¿Por qué? Porque no se podrá tener los activos que llegó a tener la generación previa. Entonces, tu mente es distinta, es más del presente, porque podés pensar: ‘¿Ahorro para comprarme una casa? No llego’. Se perdió la movilidad social, la pasión de ahorrar para llegar a un techo propio. Tu viejo [Tomás Bulat, economista] dijo: “Confunden distribución con movilidad social”. Movilidad social es que aumente la torta para que todos tengamos más. Movilidad social es generar riqueza para que se divida entre más cantidad de gente. Distribución es sacarle a uno para darle a otro. Sin agrandar la torta. Hasta que te quedás sin contribuyentes.
–Si la Argentina hoy fuese una acción, ¿comprás o vendés?
–Compro. Viene un ciclo distinto.
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