Claudio Belocopitt: “Quieren estatizar el sistema de salud para transformarlo en un desastre”
El presidente de la UAS y dueño de Swiss Medical afirmó que detrás de la desfinanciación oficial al que fue sometido al sector está la intención del Gobierno de estatizarlo; dijo que la crisis será extrema en tres semanas
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Aunque ningún funcionario se lo confiese en la cara, Claudio Belocopitt está convencido de que detrás de la crítica situación en la que se encuentra el sistema de salud privado, debido a no poder actualizar sus cuotas en base al aumento de los costos, hay un plan del Gobierno para estatizarlo. “Quieren estatizar el único sistema que anda bien en el país, para transformarlo, como en cada cosa que toma el Estado, en un desastre”, denunció el presidente de la Unión Argentina de la Salud (UAS) y dueño de Swiss Medical.
El empresario afirmó que la desfinanciación al que fue sometido el sistema de salud en el país llegó al límite y que lo que se viene de ahora en más es una mayor conflictividad. Alertó que no se podrán firmar las paritarias, anticipó que los gremios tomarán medidas de fuerza y advirtió que, en tres semanas, podría haber un paro que llevará la crisis actual al extremo en medio de una pandemia.
Además, Belocopitt remarcó que, más allá de lo que finalmente resuelva la Justicia, donde llevó su reclamo hace diez días junto con otras empresas de medicina prepaga, clínicas y demás prestadores de salud, la situación ya no da para más y el sistema va a explotar de hecho.
–¿En qué situación real está el sistema de medicina privada en la Argentina?
–Nosotros marcamos claramente en una conferencia de prensa el estado de situación y después nos presentamos a la Justicia. Hoy nos encontramos con que la situación de conflicto está agravada, porque se hizo una reunión en el Ministerio de Trabajo ayer (jueves) con los sindicatos y por supuesto la reunión se abortó, no solo por la medicina prepaga, sino también por el PAMI, por IOMA y las obras sociales provinciales. El pedido del gremio no fue ni siquiera tratado por los empresarios porque, sin financiamiento, no hay ninguna posibilidad de discutir. Entonces el gremio va a iniciar su plan de lucha
–¿Sigue afirmando que la intención oficial es ir hacia una estatización de hecho?
–Dijimos que hay dos formas de querer estatizar un sistema: una de derecho y otra de hecho. En estos días hubo desmentidas oficiales sobre un trabajo destinado a estatizar el sistema de salud. Pero lo que no hubo es una solución en materia de financiamiento. Por eso decimos que si tiene cuatro patas, bigotes y hace ‘miau’, es un gato. Estamos ante un desfinanciamiento muy grande del sistema. Está bien que quieran llevarlo para el lado de decir que los empresarios somos malos e inescrupulosos, pero esto es una cuestión de sentido común.
–¿Ya se está dando una estatización de hecho?
–Hay varios ejemplos en la provincia de Buenos Aires de clínicas que cerraron y fueron rescatadas por las obras sociales, caso IOMA o PAMI. Ahora, la realidad es que si hay un sistema con un nivel de inflación como el actual y no autorizan que aumentemos las cuotas para poder financiarnos, la situación se vuelve imposible. Lo más curioso de todo esto es que la Argentina es el único país en el mundo, que, pese a tener una jubilación, una educación y una seguridad pésimas, cuenta con un sistema de salud del primer mundo. Entonces, vos me dirás dónde está la trampa. Ahora, son tan burros, que pretenden reformar el único sistema que es un orgullo. Toman lo único que tienen bien para transformarlo, como cada cosa que ha tomado el Estado, en un desastre.
–¿A quién se refiere específicamente cuando usa la calificación de “burros”?
–Es que no lo sé. Porque yo no conozco al dueño del chancho. A cada uno de los funcionarios que les pregunto me dicen que ellos no tienen la intención de estatizar. A mí nadie vino y me dijo ‘yo me hago cargo’. Porque no se dice con todas las letras y se usan palabras como ‘articulación’, que por sí solas no nos ponen nerviosos. Pero uno ve que eso viene acompañado del hecho de que, con una inflación de 40%, te dejan aumentar solo el 10%. Ahí sí te empezás a preocupar.
–¿Qué puede pasar ahora en la Justicia?
–Presentamos una demanda en la que explicamos todo. Los propios criterios del Ministerio de Salud y de la Superintendencia de Salud llegaron a la conclusión de que estamos atrasados 32% en nuestras cuotas. Ahora, si tenés una autoridad de aplicación que, sobre la base de la ley, dice que se te deben 32 puntos y aun así no autoriza a actualizar ya no sabés qué es lo que pasa. Esto es lo que le pedimos a la Justicia. Y creemos que no debería tardar ni un segundo en darnos la razón.
–Sí, pero en principio la Justicia ya empezó por rechazarles el pedido de aumento provisorio
–Quiero explicar bien esto. En una cautelar, como la que presentamos, el juez debe dar vista al fiscal y darle vista al Estado para que en cinco días opine sobre lo que se pide. Este es el trámite normal, pero nosotros hicimos un pedido adicional, porque nos creemos convencidos. Además fue una estrategia jurídica para marcar la gravedad de la situación. Ese pedido adicional es el del aumento provisorio de 9,77%, porque consideramos que ahí el Estado había tenido oportunidad de responder y no lo había hecho. Por eso, no era necesario darle vista por cinco. Sobre este punto, el juez dijo que no, aunque yo estoy convencido de la razonabilidad de nuestro pedido. Pero además hay otra cosa: la ley de gravedad no se discute. Esto quiere decir que la paritaria no la vamos a poder enfrentar y que el camino a la cesación de pago es inminente. Entonces, se resuelva o no se resuelva en la Justicia, la situación va a explotar de hecho.
–¿Cómo es eso?
–Muy simple: nosotros a la paritaria no la podemos firmar. Entonces el sindicato queda en una situación en la que no puede no demandar, porque sería una cuestión suicida. Entonces, va a ir a una medida de fuerza [ya convocó a un paro nacional de actividades de 4 horas por turno el jueves y viernes que viene]. Eso va a derivar en una conciliación obligatoria, la pelota se va a patear para adelante y en tres semanas, vencidos los plazos de esa conciliación, el sindicato va a ir a un paro salvaje. Y yo pregunto: con un paro salvaje, ¿qué hacemos?
–¿De hecho, que es lo que va a suceder?
–Ahí vamos a depender mucho de cuál sea la decisión gremial, porque llega un momento en que, con un paro en salud, la situación se va complicando. Solamente con las urgencias el sistema no va a funcionar. Y si no hay solución vamos camino a ese escenario. Además, hay que entender que no todas las empresas de salud tienen espalda para aguantar seis meses. Esto es desesperante, porque es como jugar un partido de fútbol con una pelota cuadrada, donde te echan a ocho jugadores y encima te cobran un penal apenas empieza el partido. Así es imposible.
–El flujo de caja del sistema así como entra también sale en forma de prestaciones, ¿cuál sería entonces el interés económico de estatizarlo?
–Es que yo creo que en la cabeza de los que tienen este pensamiento no es un problema de caja, sino un problema político. Si le sacan el sistema de salud a los sindicatos le sacan el 80% de su existencia y le dan un golpe mortal. Ahí hay una explicación para la intención de cambiar las reglas en el sistema de salud. Nosotros somos un efecto colateral de un proyecto mucho más profundo.
–¿Tuvieron respuesta a su petición de ser convocados por el Congreso?
–Nos llama la atención la demora, pero seguimos esperando que nos citen. Este es un tema de absoluta prioridad para la gente, que tiene que estar informada. Lo peor que puede pasar es que la gente crea que esto es una lucha de intereses entre un sector y el Estado. Yo estoy dispuesto a irme a mi casa y no trabajar más, porque en estas condiciones no quiero seguir. Ya no es una actividad que da ganas; la pasás mal. Entonces, la gente nos tiene que sacar a nosotros de su cabeza, pero debe fijarse adónde van a ir a atenderse aquellos que estaban dentro del sistema privado de salud. Qué se imaginan que va a ser la salud, cuando nosotros no estemos mal.
–Se lo acusó de haber recibido fondos en concepto de ATP, por un lado, y de fugar dinero durante el gobierno de Mauricio Macri, por el otro ¿Qué puede decir al respecto?
–Sí. Dijeron algunos medios digitales que Swiss Medical había recibido $2000 millones en ATP, pero lo que nadie dice es cuanto Swiss Medical pagó de salarios. En lugar de felicitarnos por los sueldos que pagamos, muestran lo que recibió. Con lo de fugar dinero usan la misma lógica. A mí no tendrían que preguntarme cuántos dólares saqué, sino cuánto invertí en el país. Porque si solo muestran una parte de mis transacciones comerciales voy a quedar como fugador, pero si se muestra la totalidad seguramente verán cuánto pagué de impuestos en la Argentina, cuanta guita le dejé, cuántos puestos de trabajo puse. Es un absurdo decirme fugador, cuando soy un tipo que tengo enterrado en el país el 80% o 90% de mi patrimonio, cuando la mayoría de los empresarios como yo se fueron y tiene su domicilio fiscal en el extranjero.
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