Cinco propuestas para reducir la pobreza
La situación social impone combinar medidas de acción
En la Argentina empeoró la situación social en los últimos cuatro años. Hoy tenemos 28% de pobreza, 34% de trabajo informal y 1,5 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan. El Estado ha volcado muchos recursos: hoy la asistencia social es de $ 110.000 millones y ocho millones de personas reciben dinero todos los meses como parte del sistema de protección social.
Si conviven una elevada asistencia social y un alto número de pobres quiere decir que el nuevo gobierno seguramente deberá iniciar una nueva etapa en política social que apunte, al menos, a cinco desafíos principales:
1) Avanzar en la puesta en marcha del derecho al primer empleo. El objetivo es establecer una exención impositiva a las empresas que tomen jóvenes como primer empleo. Los jóvenes son el futuro si tienen presente, y por eso hay que crear un mecanismo para que logren entrar al mundo laboral.
2) Apostar a un sistema integrado de apoyo a la primera infancia para fortalecer todo el proceso del embarazo hasta los primeros 6 años de vida, crear jardines de desarrollo infantil para garantizar el cuidado seguro y la estimulación temprana de las niñas y los niños desde los 45 días y hasta los 3 años en situación de vulnerabilidad, además de garantizar la educación inicial universal desde los 3 años.
3) Masificar el crédito. Nuestro país tiene una gran red de cuentapropistas (gasistas, plomeros, carpinteros, etcétera) que no son sujetos de crédito bancario y que acceden a préstamos al 100 o 120% anual contra la fotocopia del DNI. Es la población que hoy está sobreendeudada y para la cual hay que masificar el crédito con subsidio de tasa para que acceda a máquinas, herramientas y mejore su producción.
4) Desarrollar una red de atención y prevención de adicciones y crear una unidad especial de combate a la venta de droga. Está claro que hoy las familias se desesperan porque no existen lugares para la atención de personas adictas, y también que aumentó la venta de droga en los barrios. Se trata de generar un esquema institucional especial (por fuera del esquema de seguridad actual) con una única función, que es detectar los puntos de venta y eliminarlos.
5) Ir a un modelo de "empalme" entre planes sociales y trabajo: una persona que tiene un plan social, si consigue un trabajo formal cobra por su trabajo y va haciendo un "empalme" con su plan social conviviendo con ambos sistemas durante un ciclo de dos años. Este proceso va acompañado de la red de tutores que acompañan y de un esquema de capacitación permanente.
La Argentina necesita entrar en una nueva generación de políticas sociales que le permita romper la reproducción intergeneracional de la pobreza. Los problemas macroeconómicos son urgentes, pero en estas cuestiones parece jugarse gran parte de nuestro futuro.
El autor es ex viceministro de Desarrollo Social
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