Cinco errores de la economía cotidiana que cometés sin darte cuenta
Consumir de forma inteligente y administrar el dinero de la mejor manera es una tarea que puede resultar sencilla, pero a la que habitualmente no se le presta la suficiente seriedad, sostienen los especialistas en temas de economía cotidiana. Eso lleva a que en el día a día se comentan varios errores al momento de manejar las finanzas personales.
Para Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, el error principal del cual derivan los demás es "no tener en claro en qué se gasta". Explica que, en general, las personas conocen sus ingresos mensuales, pero no con tanta precisión en qué se les va el dinero, algo que les dificulta planificar los gastos.
Para no caer en las trampas por las que se transita sin estar advertidos, diferentes especialistas consultados por LA NACION señalaron cuáles son los cinco errores más frecuentes de la economía cotidiana de las personas de a pie.
Promociones
Hay que estar atentos a esos simpáticos carteles que buscan captar la atención con todo tipo de colores y letras mayúsculas: las famosas promociones. Los especialistas sugieren tener cuidado con el 2x1, el 3x4, el "llevate la segunda unidad al 70%", entre otros mecanismos de venta.
¿Qué problema hay con las promociones? En principio son dos. En primer lugar, las ofertas pueden llevar a que uno compre más de lo se necesita. Como señala Martín Kalos, economista y director de Epyca Consultores, la idea que se le cruza a un consumidor por la cabeza cuando ve una promoción es "aprovecho que está barato", aunque después no sabe si va usar ese producto o servicio. Pero el hecho de tener un gran stock de un producto puede llevar al consumidor a utilizar más de lo que emplearía en caso de que tuviese menos reservas.
Por otro lado, la promoción puede ser una mentira en sí misma dado que se incrementa el precio antes de que se le aplique el descuento. "Es una trampa difícil de discernir, por lo que es fundamental conocer los precios anteriores a la rebaja", señala Kalos.
Débito Automático
Otra arma de doble filo es el débito automático. Si bien este mecanismo es muy útil para ahorrar tiempo en el pago de determinados servicios, puede resultar improductivo si se pierde la cuenta de lo que se está descontando.
El economista Amilcar Collante recomienda entonces que se revise rigurosamente el resumen de cuenta para saber si no cambiaron las condiciones. Lo mismo sugiere Kalos, para quien es importante controlar la factura del servicio que se está descontando.
Gastos hormiga
Tienen un lugar especial en los libros de economía cotidiana. Son gastos que pasan casi desapercibidos, pero que a fin de mes puede provocar un gran agujero en el bolsillo. Se trata de esos gastos que podrían reemplazarse o suspenderse. También los casos de consumos no sistemáticos. Entre ellos, tomar un taxi a la mañana por no haber salido a tiempo para llegar al trabajo de manera puntual, las visitas al kiosko, la compra esporádica de alguna revista, que sumados implican una erogación significativa.
"Uno cree que es poca plata, pero si va todos los días al kiosko y gasta un mínimo de $50, por mes ya suma $1.500", observa Kalos.
Collante recomienda que quienes son propensos a consumir no lleven encima la tarjeta de débito, ya que con ella se pierde la noción del dinero. Y que opten por pagar en efectivo, ya que "siempre duele un poco más".
Cuotas sin interés
La financiación en cuotas "sin interés" es otro caso de apariencias que pueden resultar engañosas. Aunque en un primer instante, la opción de financiarse a largo plazo sin ningún costo adicional es prometedora, hay que saber que el interés se puede disfrazar de otras formas, por ejemplo, bajo rótulos como el seguro o los gastos administrativos. Lo que hay que fijarse es que el Costo Financiero Total (CFT) sea cero, algo que no suele ocurrir.
Otra forma de estar seguros de que el interés sea nulo es, como recomienda Kalos, sumar el conjunto de cuotas y asegurarse de que equivalga al precio total. Tiscornia sugiere otra técnica que consiste en comparar el total de las cuotas con el precio del bien o servicio en efectivo.
La plata debajo del colchón
Otro error común es quedarse con excedentes de dinero en efectivo y no invertirlos. Kalos señala que dado que la economía argentina aún mantiene una alta tasa de inflación, dejar la plata quieta en pesos significa una pérdida del 25% anual en términos reales.
Tiscornia explica que durante el gobierno anterior las opciones de inversión eran escasas, por lo que no quedaba mucha alternativa más que gastarla. No se podían comprar dólares y las tasas de interés estaban por debajo de la inflación por lo que los plazos fijos no eran rentables.
Pero ahora las circunstancias cambiaron. "Podés comprar dólares y las tasas de interés empiezan a ganarle a la inflación", indica Tiscornia. Según el economista, una opción de inversión muy sencilla para excedentes de montos pequeños son los fondos comunes de inversión, que además permiten retirar la plata cuando se la necesite.
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