Christian Felber: “Medir el éxito económico de acuerdo con el rédito financiero o el PBI es un error metodológico”
El autor brindó una charla en la que se explayó sobre la necesidad de alinear la economía con los objetivos del bien común para cuantificar cuestiones como la salud, la felicidad, los derechos fundamentales y más
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El miércoles y jueves de la semana pasada, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a través del Ministerio de Desarrollo Económico y Producción (CABA), en conjunto con la Dirección General de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, llevó a cabo el Encuentro de Triple Impacto (E3I), con el objetivo de conectar Pymes proveedoras de productos y servicios con empresas interesadas en iniciar contratos comerciales, siempre desde la perspectiva de la economía circular y el financiamiento sostenible.
En este contexto, se realizó un evento en Ecoparque en el que participaron 150 emprendimientos y en donde se generaron cerca de 300 cruces entre empresas y emprendedores, y al que asistieron más de 10.000 personas. También se dictaron charlas en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad sobre nuevos conceptos económicos en miras del bienestar y la sustentabilidad. Christian Felber, profesor universitario y especialista en Economía del Bien Común (EBC), dialogó con LA NACION antes de exponer en la jornada de capacitaciones sobre economías alternativas.
Felber contó que la idea detrás de la EBC proviene de un error en la concepción general de la economía actual: “La EBC es una idea que pretende que las actividades económicas sirvan en conjunto al bien común. Si se pregunta a las personas qué asocian con la economía, responden agresión, ganancias, lucro, competencia, crecimiento, insaciabilidad. Si se les pregunta qué concepto asocian con el florecimiento de una relación humana, responden empatía, cooperación, solidaridad, respeto, ayuda mutua. Estas dos esferas éticas no tienen nada en común, y esto me llamó la atención: la contradicción ética”, explicó, y contó que en ese momento decidió investigar las razones detrás de este choque. El resultado: la economía de hoy no está basada en los valores democráticos y constitucionales fundamentales con la que fue planteada en la antigüedad.
Esta contradicción lo llevó a buscar una forma de resolverla. Leyó las Constituciones de varios países y observó que muchas establecen que la economía debe estar al servicio del bien común. Felber cuenta que la concepción de economía de Aristóteles y Jenofonte, los primeros en plantearla, describía en realidad la EBC: el objetivo original de la oikonomia griega era el bienestar de los miembros del hogar. “El dinero o el capital o los bienes materiales eran medios, no el objetivo”, agregó.
Esto se diferenciaba del concepto de chrematistiké, que podría traducirse al término moderno de capitalismo. “Aristóteles nos advertía que no lo confundiéramos, que practicáramos y diferenciáramos lo uno de lo otro. Hoy, en vez de diferenciarlo, la economía iguala los dos conceptos y nos dice que el capitalismo es la única forma de entender, impartir y practicar la economía. Esto es un engaño intelectual”, opinó Felber.
La idea de quienes plantean la EBC como la solución a los actuales problemas sociales y económicos es “poner la economía en su lugar” y acoplar la medición del éxito a ese objetivo originario y aristotélico, “porque el éxito se mide en todas partes de acuerdo a los objetivos, no de acuerdo con los medios”.
Entonces, según la EBC, el éxito se redefiniría y alinearía con el bien común. El Producto Bruto Interno (PBI) podría reemplazarse con el Producto del Bien Común (PBC), a partir de mediciones de metas definidas democráticamente: salud, felicidad, cohesión social, distribución justa, derechos fundamentales, paz.
Balance del Bien Común
“Medir el éxito económico de acuerdo con el rédito financiero o el PBI es un error metodológico, porque no mide el alcance del objetivo —argumentó el especialista—. Si las Constituciones dicen que el objetivo es el bien común, tenemos que implementar el PBC”. Este se representaría en puntos o porcentajes, necesario para suplantar un valor (PBI) por otro (PBC).
Felber explicó, también, que a partir de la EBC se crearía un Balance del Bien Común (BBC) en cada empresa, que consistiría en ver cómo contribuyen al alcance de esos objetivos, y que se basa en los valores constitucionales más frecuentes: dignidad, solidaridad, justicia, sostenibilidad, democracia. En el mundo, ya existen 1000 empresas que utilizan este método.
Al igual que el PBC, el BBC se mediría en puntos a partir de una evaluación externa: la auditoría ética del bien común, que se centraría en cuestiones como qué tan humanas son las condiciones de trabajo, qué tan amigables son los procesos de producción con el medioambiente, qué tan ética es la política de compra y venta, cómo se distribuyen las ganancias, y más. Esto sería parte de un informe realizado por auditores independientes.
Felber aclaró que la EBC sería una tendencia a largo plazo, lo que implica que pasen décadas o siglos hasta establecerla como una generalidad. “No es un fenómeno efímero, es un fenómeno profundamente arraigado, y va a tomar muchos años, muchas décadas. Preferimos crecer lentamente, desde los municipios, las empresas, las ciudades, hasta que, algún día, el primer gobierno nacional ya no pueda hacer otra cosa. Hoy es temprano”, aseguró el especialista.
Hernán Najenson, director de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas de CABA, quien participó de la charla con Felber, agregó: “Nosotros [el gobierno de la Ciudad] definimos una meta, que es involucrarnos con las nuevas economías, generar actividades, verificar qué se puede implementar en concreto. Estamos en ese camino. Vemos estos nuevos movimientos como parte de una cosmovisión imprescindible frente a los desafíos que plantea la crisis ambiental y social”.
También contó que la Ciudad se adhirió, en 2016, a los objetivos de desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y se comprometió a la carbononeutralidad para 2050, generando un plan de acción climático y fijando objetivos para alcanzarlo. “Observamos cómo incorporar al mundo empresarial para que se comprometa y sea parte de estas transformaciones, y que esto sea un esfuerzo público-privado”, afirmó.
Felber concluyó la entrevista con idealismo y contó que quienes promulgan la aplicación de la EBC esperan un primer país que desarrolle el PBD después de un proceso participativo con la sociedad. Si bien existe el antecedente de Miranda de Azán, en Salamanca, el primer municipio en aplicar esta teoría con éxito, la idea es escalar a niveles nacionales, “porque si el PBC crece, tenemos una mayor estabilidad del clima. Ya no perderemos especies, tendremos mayor cohesión social, una distribución más justa y una relación más relajada entre los géneros, además de derechos fundamentales con mayor rigor”. Finalmente, agregó que su intención es demostrar, a través de sus workshops y libros, que es posible casar la economía con el futuro y la democracia.
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