China vuelve al camino del crecimiento
El mundo se encuentra aún amenazado por el Covid-19, pero China, el país donde se localizó el foco inicial, ha vuelto a la senda de la recuperación en el segundo trimestre de 2020. La segunda economía del mundo, y la que primero acusó los estragos de la pandemia, ha crecido un 3,2% interanual según los datos oficiales. Una mejora que se sitúa por encima de las expectativas que los analistas situaban entre un 1,5 y un 3%.
El panorama que dibujan los nuevos datos marca un cambio drástico con respecto a abril, cuando China anunció una contracción del 6,8%, la primera caída del PBI desde el final de la Revolución Cultural en 1976, después de que el coronavirus paralizara la actividad económica durante semanas. Al contrario que en años anteriores, esta vez Pekín ha preferido no fijarse un objetivo anual de crecimiento.
El Gobierno chino se ha mostrado moderadamente optimista al dar a conocer los nuevos datos. En la rueda de prensa para presentar los datos, la portavoz de la Oficina Nacional de Estadística, Liu Aihua, aseguraba que los datos apuntan a "un restablecimiento del crecimiento y una recuperación gradual". "Tenemos confianza en una recuperación de la economía en la segunda mitad del año", agregó. Con respecto a los tres meses previos, el PBI del segundo trimestre creció un 11,5%, lo que compensa con creces la caída del 10% primer trimestre.
El Gobierno chino se ha mostrado moderadamente optimista al dar a conocer los nuevos datos
El crecimiento responde, por un lado, al control que China ha conseguido de la epidemia de covid-19, mediante unas drásticas medidas de confinamiento, rastreo y pruebas masivas a la población. Tres meses después de levantar el bloqueo de Wuhan, la ciudad en el centro del país que fue el primer foco de la enfermedad, las detecciones diarias de casos no han sobrepasado las decenas. El brote más preocupante en esta etapa, el detectado en un mercado de abastos en Pekín, no arroja nuevos contagios desde hace nueve días.
La recuperación del PBI es también resultado de las amplias medidas que ha emprendido el Gobierno chino para revivir la buena marcha económica, sobre la que basa buena parte de su legitimidad. Los estímulos se habían dirigido, sobre todo, a la industria y la construcción, para evitar un aumento del desempleo, la gran preocupación de las autoridades este año. Los datos reflejan esas medidas: los sectores que han encabezado el crecimiento este trimestre son, precisamente, la industria y la construcción, donde la producción se encuentra un 2% por encima de los niveles previos al virus.
El dato oficial de desempleo -que solo contabiliza el paro urbano y no incluye a los migrantes de las zonas rurales, pese a representar un tercio de los trabajadores en las ciudades- descendió ligeramente, del 5,9% en que se situaba en abril al 5,7% en julio.
En una muestra de la fragilidad, y la desigualdad, en la recuperación, el sector servicios muestra una producción aún incipiente, un 1% por debajo de los niveles en que se encontraba antes de que estallara la pandemia. Y en un indicio de la incertidumbre que la pandemia aún genera entre el público, las ventas al por menor aún continúan un 1,8% por detrás de lo que alcanzaban hace un año.
"La economía china ha mostrado una recuperación notablemente rápida", apunta en una nota Julian Pritchard-Evans, de la consultora Capital Economics. "La recuperación se hará inevitablemente más lenta durante la segunda mitad del año ahora que el impulso inicial de la reapertura (tras el confinamiento) ha pasado. Pero con el mercado de trabajo progresando rápidamente, el regreso de la confianza de los consumidores y los estímulos fiscales aún en marcha, creemos que el PBI volverá a su camino previo al virus para finales de este año, más velozmente que en cualquier otra de las grandes economías" mundiales, agrega el analista.
Esta semana, China había anunciado un crecimiento en sus importaciones y sus exportaciones en junio. Las compras del exterior crecieron un 2,7% interanual, cuando las expectativas de los analistas preveían una contracción del 10%; en mayo las importaciones habían caído un 16,7%. Las ventas al extranjero también aumentaron, un 0,5%, mientras que en mayo se habían reducido en un 3,3%