China, de seguidora de tendencias tecnológicas a cuna de la innovación
China ha sido desde hace muchos años la fábrica de la que salen populares productos que empresas venden en todo el mundo, pero las propias creaciones tecnológicas del país nunca han sido consideradas de vanguardia.
Eso, sin embargo, comienza a cambiar. Las empresas chinas están desafiando con cada vez más frecuencia a los líderes del mercado y marcando pautas en ámbitos como las telecomunicaciones, los aparatos móviles y los servicios en línea.
No sólo están manteniendo a raya a sus competidores globales en China, sino que están contratando a ejecutivos de Silicon Valley y expandiendo su presencia internacional con ambiciosas campañas de publicidad protagonizadas por celebridades y estrellas del deporte.
Las empresas chinas aún deben superar obstáculos como la percepción prevalente de que sus productos no tienen la misma calidad ni son tan confiables como los de otros países. Algunas multinacionales también han acusado al gobierno de otorgar ventajas a las empresas chinas mediante subsidios, financiamiento barato y el control del mercado de divisas.
No obstante, muchos ejecutivos de empresas chinas y occidentales sostienen que el sector tecnológico chino está alcanzando masa crítica en cuanto a conocimientos, talento y recursos financieros, lo que podría alterar el panorama de la industria global de tecnología en los próximos años.
"Habitualmente, las empresas chinas eran rápidas seguidoras de las tendencias de otros, pero estamos comenzando a observar verdadera innovación", afirma Colin Light, socio de la consultora PricewaterhouseCoopers.
El ascenso de las empresas chinas de tecnología se explica, al menos parcialmente, por la creciente inversión en investigación y desarrollo (I+D). Un estudio publicado en diciembre por el Battelle Memorial Institute de Estados Unidos halló que el gasto de China en I+D probablemente ascenderá a los US$284.000 millones este año, un alza de 22% respecto a 2012. En EE.UU., en cambio, esta clase de inversión apenas crecería 4% en el mismo período para llegar a US$465.000 millones este año, según el estudio. Battelle Memorial Institute proyecta que la inversión china en I+D superará la de Europa en 2018 y la de EE.UU. en 2022.
En Huawei Technologies Co., el segundo proveedor mundial de equipos de telecomunicaciones por ingresos, detrás de la sueca Ericsson, el gasto anual en I+D pasó de US$389 millones en 2003 a US$5.460 millones el año pasado.
Cuando Peter Zhou empezó a trabajar en Huawei después de finalizar sus estudios de posgrado en 2000, el centro de investigación de la empresa en Shanghai tenía unos pocos cientos de trabajadores que compartían una oficina. "Huawei no estaba al nivel de las empresas occidentales", recuerda Zhou, que ahora se desempeña como ejecutivo del negocio de equipos inalámbricos de la empresa. "Todos éramos como estudiantes".
Sin embargo, en los últimos 10 años, Huawei superó a rivales occidentales como Nokia y Alcatel-Lucent SA en el mercado de equipos de telecomunicaciones. Parte de su éxito proviene de la creatividad de sus ingenieros para actualizar sus redes de telecomunicaciones con software, en lugar del costoso método de reemplazar los componentes de hardware, explica Zhou.
En la actualidad, el centro de I+D de Huawei en Shanghai emplea a más de 10.000 ingenieros, muchos de los cuales cuentan con títulos de ciencias de la computación. Conforme la industria de la telefonía móvil despliega las redes de cuarta generación, que son más veloces, Huawei ya está trabajando en las de quinta generación, que podrían estar listas para 2020.
La expansión global de Huawei se ha topado con un cierto escepticismo. Algunos funcionarios de la Unión Europea señalaron el año pasado que presuntos subsidios desleales del gobierno chino permitieron a Huawei vender sus equipos a precios más bajos en Europa. Huawei niega las acusaciones.
El operador danés TDC A/S anunció en octubre un acuerdo de US$700 millones para reemplazar sus actuales equipos de Ericsson con los de Huawei. Carsten Dilling, presidente ejecutivo de TDC, indicó que optó por Huawei por su capacidad técnica, no sus precios y agregó que la empresa china era, en realidad, "bastante cara".
Trabajar con tecnología de punta con ingenieros chinos acarrea el riesgo de que muchos de ellos se vayan para formar sus propias empresas, asegura Paul Adams, presidente ejecutivo de Glory Global Solutions Ltd., un proveedor británico de máquinas de efectivo que usan los bancos. De todos modos, los ingenieros locales aportan nuevas ideas a la empresa, señala.
China también está avanzando en áreas más sofisticadas de la tecnología como los procesadores para aparatos móviles, donde antes brillaba por su ausencia. Las estadounidenses Qualcomm Inc. y Nvidia Corp. conservan un liderazgo holgado, pero las chinas Fuzhou Rockchip Electronics Co. y Allwinner Technology Co. están expandiendo su presencia en el mercado de los chips usados en los smartphones y tabletas más baratos. El gobierno chino anunció el mes pasado planes para invertir casi US$5.000 millones para crear un fondo para invertir en el sector de microchips del país.
En el terreno de los productos de consumo, pocas marcas chinas han alcanzado el estatus de reconocimiento global. No obstante, el fabricante de computadoras personales Lenovo Group Ltd., que el año pasado superó a Hewlett-Packard Co. como el mayor fabricante de computadoras del mundo por unidades vendidas, está sentando un nuevo precedente con su enérgica expansión en el negocio de los smartphones.
Lenovo, que compró el negocio de PC de International Business Machines Corp. en 2005, lanzó su primer smartphone en China en 2010. Desde 2012, ha lanzado teléfonos en mercados como Rusia, India e Indonesia.
"No cabe duda de que queremos ser el número uno en teléfonos inteligentes, pero será un recorrido largo", dice su presidente ejecutivo, Yang Yuanqing.