¿Casa de playa en México para los extranjeros?
La posibilidad de que se levanten restricciones a la propiedad anima al sector inmobiliario
CANCÚN—México se prepara para levantar restricciones de un siglo de antigüedad sobre la propiedad extranjera de inmuebles en sus playas y fronteras, un paso que según los desarrolladores de bienes raíces impulsaría el mercado de casas vacacionales del país.
México actualmente prohíbe que extranjeros posean tierras a menos de 50 kilómetros de la costa o 100 kilómetros de una frontera internacional. Los límites fueron incorporados a la Constitución de 1917 del país debido al temor a las ambiciones expansionistas de Estados Unidos en aquellos tiempos. México perdió casi la mitad de su territorio a manos de EE.UU. a mediados del siglo XIX tras la anexión de Texas y la guerra entre los dos países. En los años 70, se creó una excepción que permite a los extranjeros adquirir territorios a través de un fideicomiso especial en sociedad con un banco, un proceso complejo y largo que a muchos compradores potenciales les resulta poco atractivo.
Pero ahora, los agentes y desarrolladores inmobiliarios mexicanos están respaldando una reforma constitucional que eliminaría esas prohibiciones, aunque solo para propiedades residenciales, no comerciales. El dictamen —promovido por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de Acción Nacional (PAN)— fue recientemente aprobado por la Cá-mara de Diputados y se encuentra ahora en el Senado.
Los legisladores de izquierda que se oponen a la medida dicen que el cambio constitucional implica una venta de tierras sensibles a extranjeros y se han comprometido a manifestarse en su contra. Pero los líderes de los dos partidos principales aseguran que cuentan con los votos necesarios para aprobar el proyecto de ley.
Miguel Ángel Lemus, presidente de la empresa de desarrollo y marketing Lemmus Inver Mexico Real Estate, opina que ya era hora de que se aprobara la reforma constitucional que se encuentra en el Congreso. "No es tiempo de preocuparse por una invasión desde las costas", dijo Lemus. "Es tiempo de ganar dinero con las costas. Vamos a ver un auge con esto".
Para promotores inmobiliarios como Lemus hay mucho en juego. La empresa y sus socios están acabando dos grandes resorts en la playa: el complejo Be Tower de 225 apartamentos en Puerto Cancún, en el Mar Caribe, valorados entre US$180.000 y US$1 millón cada uno; y el resort Peninsula, en Nuevo Vallarta en el Pacífico, que incluirá 240 unidades de en-tre US$225.000 y US$3 millones cada una.
Actualmente, los extranjeros pueden comprar propiedades residenciales que no estén cerca de la costa o la frontera de la misma manera en que pueden hacerlo los mexicanos, recibiendo títulos a su nombre. Pero para comprar en la zona restringida, que incluye los cotizados resorts en la playa, los extranjeros deben solicitar un fideicomiso especial que les per-mita asociarse con un banco para recibir derechos de propiedad. Los fideicomisos duran 50 años y se pueden renovar.
Algunos legisladores apuntan que, en zonas donde estos fideicomisos no son necesarios, como en la ciudad de San Miguel de Allende, la economía está prosperando gracias a estadounidenses, canadienses y otros extranjeros jubilados.
Sin embargo, las restricciones a las compras de extranjeros han sido un obstáculo para el desarrollo de centros turísticos en las costas ya que muchos compradores encuentran el proceso burocrático muy frustrante.
Michelle Holguin, una especialista de medios audiovisuales en bibliotecas en California, compró una casa en la playa de Bucerías, al norte de Puerto Vallarta pero dijo que el proceso del banco y el fideicomiso fue más complicado de lo que esperaba.
"Hubo tantos obstáculos para conseguir el título que nos preguntamos si lo obtendríamos en algún momento", escribió en un e-mail. "Cada vez que cambiaba el gobierno, cambiaban las normas".
Salvador Romero Domínguez, director comercial de Fonatur, la agencia gubernamental que construye buena parte de la infraestructura de resorts del país, dice que permitir la propiedad directa a los extranjeros es parte de una mayor campaña del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto de desarrollar el sector turístico.
Un débil peso frente al dólar y otras monedas suma atractivo al país para los extranjeros, ya sea para ir de vacaciones o comprar una segunda vivienda, afirmó Romero en una entrevista: "Toda crisis genera oportunidades".
La imagen en recuperación de México y el repunte de EE.UU. debería traer de regreso a los compradores extranjeros, espe-cialmente a los precios actuales, afirmó Andrés Rossetto, director gerente del resort Punta Mita en Nayarit. "Cuando mejore la economía estadounidense, veremos un auge aquí porque la gente se hace mayor y busca un lugar donde poder comprar (una vivienda) por US$250.000 o US$300.000".