"A esta altura todos hemos aprendido que guardar a la gente es mejor que no guardarla. No voy a entrar en esos disparates de si conviene o no. Sí se sabe que si te quedás guardado, [el contagio] se ralentiza, y no se cura ni se arregla, lo que genera un problema porque puede ser eterna la cuarentena, pero se evitan escenas dramáticas". La frase corresponde nada menos que al economista Carlos Melconian, quien remata: "Ni Copperfield sabe cuál es el equilibrio exacto entre cuarentena y economía".
En una entrevista con LN+, el expresidente del Banco Nación durante la gestión de Mauricio Macri habló sobre cuál será el escenario pospandemia para la economía argentina y se refirió a la gestión de Martín Guzmán al frente del Ministerio de Economía.
-El Presidente dijo que no hace falta comprar dólares en la Argentina y que los que lo hacen son especuladores. ¿Qué opina?
-Bueno, es una frase política del Presidente. La dejo ahí. Tengo la costumbre de no opinar sobre presidentes en público porque soy respetuoso de la investidura. No importa cómo se llame y cuánta razón tenga o no tenga. En privado, no me guardo nada y no tengo doble discurso. Yo creo más en un equipo económico en términos de alguien que tenga la batuta no solo en términos de gestión, sino también de comunicación. Para la parte económica, que es una de las más irritantes, y para las otras también, el Presidente tiene a los ministros. Luego él tiene el diálogo con el pueblo, con la sociedad, en otros términos.
Ni Cooperfield más Mandraque saben cuál es el equilibrio exacto
-La inflación está en niveles inferiores por causa del parate económico que produce la cuarentena. ¿Cree que la variable precios es menor en este contexto de pandemia que atravesamos?
-Sí, probablemente sí. Hay tres cuestiones: la primera es que antes de la pandemia, por una cantidad de motivos, durante enero, febrero y casi marzo, ya teníamos una inflación -del primer trimestre- que dio 7,8%. O sea, en el primer programa del Gobierno -que ya no existe más-, lo que pusieron en práctica los primeros 100 días, estaba dando 8% en el primer trimestre, y si se cumplían las metas, podías llegar a un treinta y pico largo en el año, que era inferior al 48% de 2018 y al 54% de 2019. Hay un segundo factor de la pandemia, que es la demanda. Estando encerrando vas al supermercado o a la farmacia, y no mucho más. Evidentemente, hay desde todo punto de vista una caída obvia en el consumo y en la compra, que, de la misma manera duró un mes con el Plan Bonex en los 90, durará todo lo que dure la pandemia. Hay una tercera causa metodológica que probablemente el Indec deba atender con algún nivel de precisión adicional, y es que se están registrando faltantes, no de productos, pero sí de precios de cosas raras. ¿Cómo se evalúa hoy un pasaje de avión o un paquete turístico? ¿Cómo evalúas eso si vas adonde tenés que ir siempre para evaluarlo y está cerrado? Ahí ha intervenido el FMI y la CEPAL con algún soporte, pero evidentemente está quedando un vacío estadístico, que no tiene nada que ver con el Indec de 2007 en adelante.
-¿Y cómo sigue?
-Evidentemente hay una cosa inflacionaria que de ninguna manera voy a llamar "reprimida", pero en cuanto se vaya blanqueando la cuarentena, de alguna manera va a reaparecer. Hoy a la tasa de inflación la está cuasi representando el sector alimentos, que es un tercio del total. Por eso, vamos a un segundo trimestre con una inflación mucho más parecida al primero, que la inflación que tenemos en la mente para el futuro.
-Incluyamos el tiempo de la pandemia, pero volvamos también a diciembre pasado. ¿Qué éxito o decisión acertada se le puede atribuir a este gobierno?
-No puedo calificarlo como éxito o acierto, sino como alguna cuestión que, más que éxito, me parece un correcto camino a seguir. Yo ya había manifestado mis diferencias en su momento a Mauricio Macri en un programa que habíamos presentando con Rodolfo Santángelo. Por ejemplo, el régimen cambiario, de ninguna manera proponemos este "súper cepo", y toda la gente conoce nuestra posición desde el 10 de diciembre de 2015 (que algún dolor de cabeza nos generó manifestarlo abiertamente). Pero la Argentina no estaba para un tipo de cambio flotante, libre, con metas de inflación, ni que los productos estuvieran a 16 pesos. Eso yo lo manifesté a lo largo de todo el tiempo. Ahora estamos en el otro extremo, pero está claro que la política cambiaria del presidente Macri fue un error; su meta de inflación prematura fue un error.
-¿Y ahora cómo la ve?
-Ahora nos pasamos de rosca para el otro lado, pero, de nuevo, no lo puedo calificar como un acierto. Estoy hablando de cuestiones que venían y eran muy difíciles. Más allá de la semántica, reperfilamiento o reestructuración, era una cosa obvia que nosotros ya veníamos manifestando desde 2018. La Argentina tenía que ir hacia una reestructuración de buena fe, haciendo lo que en la jerga se llama debt management, porque los costos y los plazos a los cuales se estaban tomando deuda eran inapropiados. ¿Esos eran aciertos? De nuevo, eran políticas que se implementaron entonces y con las que nosotros disentíamos, pero tampoco para decir "me dejaron esto y ahora no tengo más remedio, lo heredé". En ambos casos, vemos que en la Argentina nos vamos a los extremos. Las cosas hay que pensarlas en sus momentos.
-Hay empresas chicas y grandes atravesando momentos complejos y con dificultades de continuar. ¿Está bien haber separado la crisis sanitaria de la crisis económica? ¿Cuál es su punto de vista?
-Que está todo escrito y nada se sabe. Sabemos algunas cuestiones, pero no sabemos otras. A esta altura todos hemos aprendido que guardar a la gente es mejor que no guardarla. Yo no voy a entrar en esos disparates de si les conviene tenerlos guardados o no. Yo confío en la sociedad argentina, en la división de poderes. Sí se sabe que, si te quedás guardado, esto [el virus] se reproduce menos, se ralentiza, pero no se cura ni se arregla. Pero genera un problema, porque puede ser eterna la cuarentena: miren estos países que hicieron las cosas bien, salieron a la calle y se dieron cuenta de que no tienen inmunidad eterna. Eso sí, se evitan escenas dramáticas como las que hemos visto en lugares con la mejor salud del mundo, e igual no daban a basto y se les moría la gente en las veredas.
-O sea, ¿cree que fue un acierto?
-Este presidente, desde el punto de vista político, se inclinó por esa actitud. Para algunos exageradamente, para otros menos. También sabemos que esto no se cura, que te la tenés que bancar y que va para adelante. Hay dudas sobre si a algún país le pega más o no. Todo eso está abierto. Se sabe que donde hay más gente se complica más, que hay que destrabarlo por regiones y que en el mundo entero, destrabar esto es dificultoso, desordenado y que en las cadenas de producción se generan unos líos bárbaros con los protocolos, porque si una empresa extranjera tiene un proveedor local, le exige tener el mismo protocolo sanitario que ellos tienen en Europa o Estados Unidos. Es muy complicado. ¿Qué más se sabe? Que cuanto más te encerrás, más dramática es la economía. Y se sabe ex ante que ni Cooperfield más Mandraque saben cuál es el equilibrio exacto. ¡No existe eso! Eso es hacer política berreta y mojar la oreja, y en eso de hacer política berreta y mojar la oreja hay personajes de los dos lugares. Yo digo las cosas como son.
Está claro que la política cambiaria del presidente Macri fue un error. Su meta de inflación prematura fue un error
-¿Cómo impacta este combo en la economía?
-Entonces, tenemos esta escena dramática en materia económica que se come encima los problemas de gestión. A los problemas de faltante de ministerio de Economía, es decir, de una autoridad económica, se le agrega -uno tiene clientes y los escucha- que hay más problemas que los Pérez-García para conseguir alguno de los alivios que están entregando. Uno te dice que lo recibió, otro que no, otro la ligó, luego filtro-filtro-filtro; luego los bancos, después los Repro, después te la doy yo, pero no tenés que haber facturado más de un determinado número. Es una pandemia muy complicada, y en el mundo todo esto es plata: si no tenés mercado interno, tampoco mercado externo, ni un fondo contracíclico, la única que te queda es la emisión monetaria. Entonces, esto es focalizar bien, eficientizar bien y saber dónde la querés poner. Esto es mucha plata. Los PBI están dando -10%, -12% o -15% de caída. Es mucha plata, que para la Argentina se canaliza en dónde ponerla en la segunda parte del año.
-¿Qué posibilidades de riesgo hay que toda esta emisión récord se traslade a precios y provoque una hiperinflación en el segundo semestre del año?
-No creo que nosotros tengamos escrito algo donde pronunciemos la palabra hiperinflación. Si viera la posibilidad de una híper, no dudo un minuto y lo digo. Pero hay que ser cuidadoso con las palabras. La Argentina va ineludiblemente a una mayor inflación, mucho más si en el horizonte económico no querés dar señales de cómo será este proceso de evacuación. Yo respeto al ministro, que está 100% focalizado en la deuda. La verdad es que no tengo claro cómo se llama exactamente el ministerio. Sé que hay uno de Producción, que tampoco se llama de Producción...
-El ministerio de Desarrollo Productivo, liderado por Matías Kulfas…
-¿Y el de Hacienda cómo se llama?
-Ministerio de Economía…
-Bueno. No estoy haciendo teatro. No lo sé. Pero ponele, cuando le preguntan sobre las cuestiones de la política monetaria, cambiaria o económica, o de los procesos de esterilización del segundo semestre, no contesta. Lo comunicacional es muy relevante. Vos no podés tener al Presidente hablando de la cuestión cambiaria y al ministro, o los ministros, sin saber cuál es el marco de evacuación de esta avalancha monetaria en el segundo semestre, y eso hace que me pregunten sobre la hiperinflación, y me obliga a mí, como si fuera lugarteniente de Alberto, a contestarle que no hay lugar para la hiperinflación. Es un proceso diferente: si te la buscás, te la comés. Porque no podés hacer lío, lío, lío. El único que puede decir eso de hacer lío es el Papa Francisco.
-¿A qué se refiere cuando dice "No hay que ser el San Martín de la deuda"?
-Que San Martín hubo uno solo. No podés meter en este nivel de incertidumbre -y lo digo con independencia del resultado- y poner un San Martín, que viene no sé de dónde -no quiero decir Columbia- para hacer un arreglo de la deuda que nos salve de por vida. No existe eso.
No podés, en este nivel de incertidumbre, poner un San Martín, que viene no sé de dónde -no quiero decir Columbia-, para hacer un arreglo de la deuda que nos salve de por vida. No existe eso
-¿Por qué no existe?
-En 2001, 2002 y 2003, al presidente uruguayo [Jorge] Batlle le decían que había arreglado mal el perfil de deuda. Batlle se había negado a defaultear. Y el perfil de deuda de Uruguay era complicado, porque la pregunta era: ¿En el 2010, cómo se levanta este muerto? Así era Uruguay. En cambio, la Argentina defaulteó con el Congreso aplaudiendo de pie. Y limpió el horizonte un montón. Y la discusión con los mismos irresponsables que le prestan a la Argentina a las tasas que le prestaron -ellos son responsables también- decían: "Sabemos que vemos mucho mejor a la Argentina que Uruguay". Esto era en 2006 y 2007. Si ustedes miran los riesgo país de ese momento, de la Argentina y Brasil, parecía que tenían. En resumen, se decía que los uruguayos no sabían cómo pagar en 2010, pero que la Argentina había limpiado completamente el horizonte. O sea, para estos delirantes de Wall Street el defaulteador había quedado limpio después del vómito y los uruguayos, con su esfuerzo, no iban a poder pagar.
-Pero la historia fue otra...
-Lo que sucedió es que los uruguayos hicieron un proceso de debt management, por el cual tomaban deuda, cancelaban la cara, la alargaban… a eso se dedicaba el secretario de Finanzas. Por eso ahora no necesitás un hombre de Columbia que, junto a un grupo de Nobel que nos apoyaron en el mundo, limpie la deuda para siempre. Yo tengo hasta miedo, porque ¡limpiás la deuda para siempre y te vuelven a prestar! Vayamos con corresponsabilidad, donde todos ponen, y hagamos cosas lógicas. Si la tasa vale cero - que ni para Perú, Chile o México vale cero, solo para Trump- vas tomando una vez que arregles esto; no defaulteás y ahorrás, y vas tomando deuda barata, sacándote la cara, y la ponés más lejos... y no venir y encontrar la llave de la felicidad de decir "no te pago en cuatro años, no te pago esto,y no te pago lo otro". Y explicarlo de manera moderada no es estar de la vereda de enfrente. ¿O vos pensás que los seis epidemiólogos que están cerca del presidente piensan igual? Piensan distinto, pero a la hora de los bifes, dicen "este tiene razón, vení vos y dame eso, aquella idea está buena". Entonces, San Martín hubo uno solo. No nos vengan con [Joseph] Stiglitz, Jeffrey Sachs y otros que buscan una tribuna con un país para rendir sus tesis porque están peleados y enroscados con el Banco Mundial, con el Fondo, con Wall Street, y ¿vos ahí metés la cabeza? ¡Nooo! De ninguna manera. Eso quise decir.
-¿Qué hizo bien Uruguay que no podemos hacer nosotros?
-Acompañó la política: el oficialismo tomó la decisión y la oposición apoyó. Fíjense que el Banco Central acá está trabado -no conozco a su actual presidente-, porque hay decisiones que se judicializan. El Frente Amplio en Uruguay entonces supo evaluar y discernir que Batlle prácticamente se estaba inmolando y eso le servía a toda la clase política que aspiraba a dirigir el país, para ir luego y construir obras, infraestructura, generar empleo. Todas las tareas odiosas de la deuda ya las hizo otro y para quien viene luego es simplemente ir y picar de los bombones.
-¿Es muy difícil de lograr eso en la Argentina?
-Acá, están pensando, antes de entrar en el gobierno, en las que te van a hacer, que ya te van a agarrar. Fíjense qué pasó con el dólar futuro o con el megacanje después de 15 años. ¡Es un desastre! ¿Y qué ocurre? Gente con vocación y talento que puede ir a hacer las cosas bien, primero cobra pésimamente mal, y luego queda a merced de cualquier atorrante que no conocés que te puede generar una lluvia de juicios penales que, con vocación, venís para colaborar con la Patria.
-Usted ya lo decía durante gobierno anterior, ¿por qué tiene que ganar mal alguien que lidera una empresa pública?
-Yo era el presidente del banco más grande del sistema [el Banco Nación], donde llegamos y empezamos con honestidad y profesionalidad a hacer ganar plata a los argentinos, revitalizando a todos sus empleados, y ganaba menos de un décimo del gerente general de un banco privado, y llegábamos temprano y nos íbamos muy tarde. Un día se lo planteé al presidente [Macri] y me dijo que me iban a matar si subía el sueldo. ¿Por qué? ¿Vos del 1 al 5 no pagás tus compromisos? Si vos venís acá y te matás el lomo y hacés ganar plata al banco más grande del país… yo ganaba menos que el gerente general del banco. ¿Por qué? ¿Porque sobran un millón de personas en el Estado y te la tenés que bancar? En el fondo quieren despoblar y así solo se meten los más inútiles. Porque están ahí y, si no, ¿dónde van a estar?
-Hubo una columna de Horacio Verbitsky el fin de semana en la que mencionaba la posibilidad de emitir un billete de 5000 pesos. ¿Es lógico? Si bien, luego, el Presidente le bajó el tono a esa posibilidad en una entrevista posterior.
-No hay ninguna duda que si pasás de 1 a 1 a 1 a 100, tuviste un problema. Hay una medida en los países que hace referencia al valor del dólar y al billete de mayor denominación de ese país, como un signo de fortaleza, 100 contra 100, por decir algo. Hoy el más grande es de 1000 pesos, y 1000 dividido 100 (redondeando el tipo de cambio), da diez. No existe. Si haces 5000, te da 50. Casi que tenés que hacer el de 10.000 para seguir el parámetro internacional, que es una boludez. En definitiva, es encontrarle remedios a la enfermedad para dilatar su solución. El problema está claro que es la inflación, pero eso lo saben todos.
Las 10 frases de Carlos Melconian
- "Está claro que la política cambiaria del presidente Macri fue un error. Su meta de inflación prematura fue un error"
- "No podés meter en este nivel de incertidumbre y poner un San Martín, que viene no sé de dónde -no quiero decir Columbia-, para hacer un arreglo de la deuda que nos salve de por vida. No existe eso.
- "A esta altura todos hemos aprendido que guardar a la gente es mejor que no guardarla"
- "Ni Cooperfield más Mandraque saben cuál es el equilibrio exacto"
- "[Las empresas tienen] más problemas que los Pérez-García para conseguir alguno de los alivios que están entregando"
- "Si no tenés mercado interno, tampoco mercado externo, ni un fondo contracíclico, la única que te queda es la emisión monetaria"
- "La Argentina va ineludiblemente a una mayor inflación. No hay lugar para la hiperinflación. Si viera la posibilidad de una híper, no dudo un minuto y lo digo. Pero hay que ser cuidadoso con las palabras"
- "No nos vengan con [Joseph] Stiglitz, Jeffrey Sachs y otros que buscan una tribuna con un país para rendir sus tesis"
- "No hay ninguna duda de que si pasás de 1 a 1 a 1 a 100, tuviste un problema"
- "Casi que tenés que hacer el [billete] de 10.000 para seguir el parámetro internacional"
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