Carlos Iannizzotto, presidente de la entidad del campo Coninagro, compartió en redes el nacimiento de José, que se sumó a la familia
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En medio de la vorágine que atraviesa el sector agropecuario, el dirigente ruralista y presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto, se hizo de tiempo para conocer a su nieto número 28. Luego de un fin de semana ajetreado, en donde participó de la 43º Fiesta Provincial de la Papa, en Comandante Nicanor Otamendi, provincia de Buenos Aires, donde reafirmó “estar seguro de que las retenciones no fueron, no son y nunca serán el camino”, a eso de las 7 de la mañana de hoy, le llevó el desayuno a su hija que fue mamá.
“Lo primero es la familia, ni bien llegué a Mendoza quería darle un beso a mi hija Agustina y conocer al niño José. Es una tradición llevarle el desayuno, lo hice cuando nacieron todos mis hijos y lo hago ahora con cada nieto que llega al mundo”, dice a LA NACION el titular de la entidad cooperativista y padre de 10 hijos. Pilar, de 14 años, es la nieta de mayor edad que tiene el dirigente.
“Fue una hora de charla tranquila y de mimos para el bebé. Ese momento era para nosotros dos, no atendí el celular. A la tarde pasaré de nuevo a visitarlos otro rato por la clínica”, añadió.
Hoy en Mendoza nació José, mi nieto número 28. Madre y niño están muy bien. Bendito sea el Señor!!!!! 🙏🏽❤️ pic.twitter.com/l8rw1PYhDN
— Carlos Iannizzotto (@Iannizzotto_C) March 19, 2022
Para Iannizzotto, desde siempre lo importante es la organización diaria que le permite ensamblar la vida familiar con la laboral, donde a diario coordina con su equipo de comunicación la agenda semanal para que nada quede fuera de control. Eso sí, una vez que llega a su casa, el trabajo deja espacio a la familia.
Con 43 años de casados y cinco de novios, desde siempre Edith, su mujer, se ha convertido en su apoyo y sostén cuando recién recibido de abogado decidió ayudar a su padre en su finca vitivinícola. Así continuó y, mientras llegaban los hijos al hogar, él se convertía en un dirigente cooperativista.
“Yeyi, como le dicen sus nietos, ha sido para mí fundamental en mi desarrollo profesional, en la crianza de los hijos y en poner los límites al trabajo. Gracias a ello, no tengo adicción al trabajo y los fines de semana es 100% familia: nos reunimos en la finca a comer asados, voy a ver a mis nietos a jugar al fútbol, a pescar, andar en bicicleta, vamos a misa”, describe.
En cuanto a la familia, relata que es su cable a tierra. “Es lo que me llena el alma. En casa, el cupo femenino está sobrepasado, tengo ocho mujeres y dos varones. Pero en nietos, son ellos los que llevan la delantera 16 a 12. Tengo ocho viviendo en Mendoza, una se fue a vivir a Francia y otra tuvo vocación religiosa y vive en un convento en San Luis”, detalla.
“Hoy tengo la enorme satisfacción que los dos varones y una de mis hijas me ayudan y me acompañan con el trabajo en la finca y en el resto de las actividades”, añade.
Iannizzotto señala que siempre trató de explicarle a sus hijos por qué estaba tanto tiempo fuera de casa. “Era un concepto muy importante para que entiendan y comprendan. En eso me ayudó mucho mi mujer que desde un principio me dijo ‘Carlitos, yo te banco’. Fue así que me senté junto a mis hijos y les dije cuál era el rol y la función que me habían encomendado los productores. Eso mismo les cuento hoy a mis nietos porque su ‘tata’ a veces está ausente para algún cumple o algún acto escolar; ellos me comprenden. Peros siempre trate de ser un padre y un abuelo presente”, asegura.
Por último, con un posgrado de magíster en matrimonio y sociedad, el también abogado indica que la clave para el matrimonio es cuidar la unidad: “Cuando hay criterio en la pareja para llevar adelante una familia, la crianza de los hijos es mucho más sencilla”.
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