En lo que va del año en la zona de Patagones solo llovió 100 milímetros y la situación se refleja con dureza en los campos
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En el partido de Patagones, el rincón más austral y extenso de la provincia de Buenos Aires, hay zonas donde la persistente escasez de lluvias transformó el paisaje en una vasta extensión de tierra reseca. La desolación se propaga a lo largo de kilómetros interminables, donde la tierra reemplazó las antiguas pasturas y cultivos que solían ser el sustento de los animales. Con tan solo 100 milímetros de lluvia en el año, una fracción ínfima de la media anual para esta época de 400, la falta de forraje desencadenó situaciones extremas. La gran mayoría de los productores se ven obligados a quedarse con menos del 35% de la hacienda para evitar verla morir en el campo.
Así describió la situación Gastón Sebastián Scheffel, presidente de la Asociación Rural de Patagones. Esto también se puede ver en los videos que difundió la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa para dar a conocer la dura realidad que viven los productores de la zona. En la sequía de 2008/2009 también hubo una dura situación en los campos del sur bonaerense.
El dirigente contó que desde la ciudad de Villalonga hacia el extremo sur del partido, a la altura de Carmen de Patagones, que son aproximadamente 100 kilómetros, “la sequía sigue siendo muy extrema y la situación de los productores es dramática”. Añadió: “Vivimos como en un desierto”.
A diferencia de lo que ocurrió en otras regiones, allí la lluvia no llegó y es el tercer año en que los milímetros caídos son significativamente inferiores a lo normal. Si bien no es una zona que se caracteriza por recibir abundantes precipitaciones, tampoco es una región donde la lluvia sea tan escasa.
En el partido hay aproximadamente entre 500 y 600 productores y Scheffel estimó que hay al menos un 50% afectado. ”Los productores calculan que, en general, les quedará aproximadamente un 30% del ganado, considerando tanto la venta forzada como la pérdida por mortandad. Sin embargo, algunos se tuvieron que desprender de todos sus animales”, dijo.
Scheffel explicó que es una zona semiárida en donde “cada vez más se siembra pasturas perennes, porque creció mucho la ganadería, aunque todavía hay productores que aún siembran cereal de fina, avena, trigo”.
Las entidades del sector buscan que se apruebe la situación de emergencia a nivel nacional que ya cuenta con el aval provincial. El municipio está tramitando un fondo rotatorio para la compra de forraje. “La situación es tan dramática que ni siquiera se podría comprar forraje para todos los animales porque no alcanzaría”, explicó.
En este contexto, en la región de Pedro Luro, donde existe una significativa área de riego, el caudal de agua proveniente del Río Colorado es escaso. “En las chacras de riego no está llegando suficiente agua, lo que dificulta nuestra capacidad para obtener forraje”, precisó.
“La estamos pasando realmente mal”, expresó Héctor Alberto Bizet, presidente de la Asociación Agrícola Ganadera de Villalonga. En línea con lo planteado por Scheffel, detalló que el partido abarca 1.360.000 hectáreas, de las cuales unas 50.000 tienen derecho a riego. Sin embargo, el agua es escasa, especialmente en las zonas de secano, y además, no llueve. Llevan meses sin precipitaciones y desde hace un mes hay fuertes ráfagas de viento.
“El viernes pasado había ráfagas de 70 km y en los campos no hay pasto; se vuela. Además, hay temperaturas elevadas para la época”, agregó.
Según indicó, en el partido hay 280.000 vacunos y 150.000 lanares, aunque la cantidad merma día a día. “Estamos pasando un momento muy difícil. Al no haber pasto, no hay rollos, la cosecha se perdió toda, no va a quedar ni cebada, ni trigo. Estamos muy preocupados por lo que se viene”, afirmó.
En este contexto, señaló que están trabajando con las autoridades municipales para gestionar ayudas y que están por llegar 100 millones de pesos de la provincia. También la semana pasada recibieron la visita de autoridades de Carbap como el vicepresidente Roberto Cittadini.
“Si bien todas las ayudas que puedan venir son buenas, hay que pensar en el largo plazo porque hay campos que se volaron y no se recuperan de un día para otro. Hay muchos productores que están teniendo que vender sus vacas. Además, con la situación actual del país, no se consigue maíz”, comentó.
Emergencia agropecuaria
Ante la situación en la región, el gobierno de la provincia de Buenos Aires extendió la declaración del estado de emergencia y/o desastre agropecuario por sequía en el partido de Patagones.
“Será hasta el 31 de enero de 2024 para las explotaciones agrícolas, forestales y frutihortícolas, y hasta el 30 de abril del próximo año para las producciones ganaderas, tamberas y apícolas. La medida, establecida a través del decreto 2157/23 lleva la firma del gobernador Axel Kicillof”, indicaron.
“La decisión se da luego de la recomendación realizada por la Comisión de Emergencia y Desastre Agropecuario provincial (Cedaba) tras su última reunión en el Ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense, a cargo de Javier Rodríguez, donde se analizaron los pedidos de distintos municipios y los datos relevados hasta la fecha sobre la situación de las distintas producciones”, agregaron.
Según detalló: “En caso de que el grado de afectación sea entre el 50% y el 79% se otorga una prórroga en el pago del impuesto inmobiliario rural, mientras que si se ubica entre el 80% y el 100%, se exime del pago del mismo en la proporción afectada”.
El gobierno bonaerense brinda, con el Fondo Agrario, líneas de financiamiento destinadas a la recomposición del ciclo productivo con tasas del 44,8% y 50,4% según el plazo. El gobierno provincial solicitó la homologación por parte del gobierno nacional, tema que se tratará mañana.
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