La entidad monetaria había ofrecido a las firmas con permisos de importación aún sin pagarse la posibilidad de adherirse hasta US$750 millones en cada una de las Series (1 y 2) del denominado Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), pero en el sector hay muchas dudas de su cotización en el mercado secundario
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Luego de dos flojas licitaciones del bono diseñado por el Banco Central (BCRA) para solucionar la enorme deuda de importaciones acarreada del gobierno anterior, que no tuviera un considerado apoyo del sector privado y solo alcanzara un promedio del 8% de adhesión, las empresas de insumos agropecuarios continúan aun evaluando si suscribirán o no dicha propuesta.
En rigor, las compañías que integran la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe) siguen analizando el instrumento “porque todavía hay muchas dudas y preguntas alrededor del bono, porque la pregunta del millón es a cuánto va a cotizar el mercado secundario y qué tan distante va a estar de la suscripción”, dijo Federico Landgraf, director ejecutivo de la entidad.
“El bono tiene sus complicaciones. El tema está en que requiere de un proceso de negociación con los proveedores de exterior y estos vínculos están muy desgastados. El bono significa un descuento sobre la deuda ya que no cotiza a la par, es decir al mismo valor de emisión para cambiarlo al mercado secundario”, añadió.
“Por ahora no ha entusiasmo para nada, al contrario, las empresas chicas más bien dicen que no les sirve, porque el proveedor de afuera se cansó y quiere los dólares, y las grandes tampoco lo están tomando. Así que en un principio hay bastante resistencia y dudas. Por ahí después se sumen o no”, agregó Landgraf.
Vale recordar que en las últimas semanas, la entidad monetaria había ofrecido a las empresas con permisos de importación aún sin pagarse la posibilidad de adherirse hasta US$750 millones en cada una de las Series (1 y 2) del denominado Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal). Sin embargo en la primera solo consiguió US$68 millones (9% de lo ofrecido) de suscripción y; en la segunda, unos US$57 millones, un 7,6% del total ofertado.
En esa línea, en la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores y otros equipamientos Agrícolas e Industriales (AFAT) coinciden que esto es aún un “tema de análisis”.
“Las empresas están en pleno estudio, intercambiando y compartiendo información con las casas matrices, porque necesitan de la aprobación de afuera para seguir con estos temas. Pero hasta hoy no hay una posición tomada de ninguna, restarán unos días para ver cómo evoluciona esto y qué decisión toma cada una particularmente”, indicó Leandro Brito Peret, director ejecutivo de AFAT.
Tampoco las firmas pertenecientes a la Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal (Caena) están ingresando en el sistema y optando por esta alternativa propuesta por el Banco Central, “ya que todavía no se sabe bien cuál va a ser su cotización”.
“Si esto de que va a estar cotizando a un 40% por debajo del valor, conviene ir al CCL porque sino es muy caro. Es muy alta la pérdida de productos que ya se vendieron en pesos hace seis meses. Aparte esto no te permite dar una solución al proveedor del exterior, con lo cual creo que hay que encontrar alguna solución alternativa, que hoy no la estamos obteniendo. Creo que la solución alternativa es para quienes exportan que pueden utilizar sus dólares de exportación para pagar esa deuda. Hasta tanto no exista alguna alternativa un poco más viable, no creo que esta sea una opción para la deuda de importación”, remarcó Francisco Schang, gerente de la entidad.
“Creo que las empresas están esperando estos próximos dos días a ver cómo avanza la cotización, pero si gastan esos valores no va a ser una alternativa viable”, añadió el directivo.
Para Francisco Do Pico, vocero de la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines (Caicha), el Bopreal “claramente está más pensado para compañías multinacionales que tienen más espalda y cuyas casas matrices tienen mayor paciencia a la hora del reclamo de las deudas por exportaciones que realizaron a sus filiales como acá en la Argentina”.
“Para empresas nacionales, sobre todo pymes, que tienen a los proveedores del exterior reclamando los pagos, si utilizan el Bopreal implica una pérdida de valor inmediata por si lo vendés en el mercado secundario y, obviamente, un tipo de cambio implícito más alto porque tenés que complementarlo con CCL. La explicación de por qué no está teniendo tanto éxito va por ese lado. No tengo información si los socios de la cámara están pagando con CCL en vez de usar el Bopreal. Sí me consta en otros sectores de la economía que sí hay mucho pago que se está realizando vía CCL u otros esquemas de pago disponibles que son legales para resolver el tema de la deuda de importaciones. El tema del bono por ahora no es apetecible para las pymes principalmente”, dijo.
De ahora en más
En cuanto a las importaciones actuales, lo que hace a todo lo que sea procedimientos y procesos, en AFAT, “la cosa está funcionando, se simplificó bastante y está todo bastante más ágil”.
“Hoy básicamente lo que estamos importando son insumos, material productivo para abastecer a nuestras 12 plantas. Seguimos fabricando en el país prácticamente entre el 95 y el 100% de lo que vendemos: cosechadoras, tractores y pulverizadoras. Y también obviamente estamos importando repuestos para mantener activo lo que sea todo el servicio técnico, soporte y mantenimiento. Los procesos y procedimiento funcionan con agilidad y no tenemos mayores problemas”, dijeron.
En cuanto a las expectativas a corto y mediano plazo, en AFAT explicaron que hay que esperar que va a pasar a partir del 14 de este mes, “que es el primer quiebre, es decir cómo funciona ese proceso de pagos”.
“Somos optimistas y pensamos que no vamos a tener problemas. Así que si el proceso de pagos se estabiliza y también fluye como los procesos administrativos, entendemos que para el futuro no vamos a tener problemas en abastecer las plantas y seguir fabricando sin ningún tipo de problema y en seguir abasteciendo las áreas técnicas con repuestos para lo que sea mantenimiento y servicios”, indicó Brito Peret.
En coincidencia, en Casafe indicaron que el flujo de importaciones que se van generando en estos días viene bien. En tanto para Caicha, tampoco debería haber mayores inconvenientes con las limitaciones de que hay que pagar a 30, 60, 90 y 120 días para casi todos los sectores”.
Esta situación de normalidad pareciera no tener la misma sintonía para las importaciones que deben hacer las empresas asociadas a Caena. Para Schang, actualmente, al existir esta deuda de importaciones, “hay muchos proveedores, sobre todo lo que son empresas pymes, que ya no les están embarcando. Es decir, la situación no solo no mejoró sino que empeoró en cuanto a lo que teníamos porque, al no pagar esa deuda, se empieza a no embarcar. Ya son más de dos meses de demora de no estar haciendo pagos al exterior y eso en algún momento se va a ver reflejado en la parte comercial. En este caso, caen las materias primas que va a afectar probablemente de acá a tres o cuatro meses”, cerró.
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