El empresario agroindustrial dijo que el sector debe hacer un “esfuerzo” como el resto de la sociedad; su expectativa sobre el fin de las retenciones
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El empresario agroindustrial Gustavo Grobocopatel se reconoce como “una persona de este tiempo”, amante de la música y el arte, a la que está dedicado. Se hace tiempo para analizar la situación económica del país y reunirse con sus pares empresarios. En este contexto, sostiene que el sector agropecuario, al igual que el resto de la sociedad, tiene que hacer un esfuerzo para poder atravesar el proceso de “reacomodamiento” del que habla el Gobierno. Coincide en que en algunos lugares es necesario aplicar la motosierra, pero también aclara que el ladrillo va a terminar el trabajo de “reconstrucción”.
Entre otros temas ligados con el agro, el empresario, que por estos días graba las obras de su nuevo disco de música cuyana “Diez tonadas”, asegura que el tiempo para eliminar las retenciones va a depender de los resultados que se obtengan camino al equilibrio fiscal. En tanto, sobre el reciente anuncio del Gobierno de despidos en medio de la eliminación del Instituto de Agricultura Familiar Campesina-Indígena y el Consejo Nacional de Agricultura Familiar (AFCI), se muestra de acuerdo, ya que es probable, argumenta, que haya habido ineficientes, manejos políticos, partidarios y otras cuestiones que iban más allá del interés de los agricultores. No obstante, aclara que deben atenderse los problemas de este sector de productores chicos según la realidad del país.
—¿Cómo ve en este momento la situación del agro considerando los cambios de Javier Milei?
— Se entienden que las propuestas por ahora tienen que ver con una transición y esa transición implica el acomodamiento de las variables macroeconómica; es un momento en el que tenemos que hacer esfuerzo todos, de distintas meras. Uno piensa que lo que está sucediendo hoy vino para quedarse, hay que pensarlo como una transición. Creo que es fundamental apoyar en este momento de transición, aunque no es lo ideal, es lo que tiene que ser.
—¿Cuando habla de apoyar la transición se refiere a que el sector agropecuario tiene que soportar todas las tasas que tiene?
— Todo el reacomodamiento requiere de un esfuerzo de toda la sociedad, sector agropecuario incluido. En esta situación, donde hay un plan de desregularización, de simplificación, de búsqueda de un tipo de cambio común entre las compras y las ventas, de reducción de impuestos, como promesas de futuro, vale la pena apoyar la transición haciendo el esfuerzo, junto con todos los sectores de la sociedad.
Consultado sobre la necesidad de eliminación las retenciones, afirma: “El tiempo para tomar una decisión sobre la eliminación de las retenciones va a depender de los resultados que se obtengan en la medida que el equilibrio fiscal llegue más rápido, seguramente se va a hacer más rápido, pero es difícil decir ahora a tan pocos meses de haber asumido el Gobierno.
—¿En cuánto tiempo podría suceder todo esto?
— Hay que esperar. Será el tiempo necesario hasta que logremos dar vuelta a la página, eso lo tienen que tener con claridad todos. Vienen momentos complicados, difíciles y el sector que ha hecho enormes aportes debe continuar haciéndolos.
— Hace unos días mencionó en LN+ que tendría que haber motosierra y ladrillo, ¿qué quiso decir?
— En la Argentina hace falta transformar muchas cosas, algunas de ellas es la dirección que el gobierno ha tomado, esas transformaciones se pueden hacer de dos maneras reformando lo que hay que reformar, que se puede llamar bisturí o directamente cortando las cosas con la motosierra. El problema de la motosierra es que no está completado el trabajo, más allá de la eliminación, inmediatamente tiene que haber una propuesta sobre cómo crear una idea superadora. Esa situación puede ser una organización diferente, la misma organización con otro tamaño, con otro propósito, pero no está terminado el trabajo cuando actúa la motosierra. El trabajo está finalizado cuando después de la motosierra viene el ladrillo y la reconstrucción de algo en forma diferente.
— La motosierra llegó a la agricultura familiar... ¿Está de acuerdo?
— En la agricultura familiar es probable que haya habido un montón de ineficientes manejos políticos, partidarios y cuestiones que van más allá del interés de los propios agricultores familiares para ponerlos en el plano de las ideologías. Eso es probable que haya sucedido y que la forma de solución de este problema sea la motosierra, es decir, la eliminación del Instituto de Agricultura Familiar. El problema es un hecho que hay que atender, hay muchos ecosistemas en distintos lugares de la Argentina de pequeños productores de agricultores familiares que requieren de algún tipo de soporte del Estado. Ese soporte hay que dimensionarlo, por cuanto tiempo, qué tipo de soporte es, pero hay que estar proponiendo algo, para ver de qué manera podemos atender los problemas. No es que pasó la motosierra y desaparecieron los problemas o que pasó la motosierra, los problemas continúan de otra manera.
— Usted había mencionado en algún momento que se estaba estancado en agricultura familiar...
— Las políticas que se vienen llevando a cabo sobre la agricultura familiar no lograron resolver los problemas de los pequeños agricultores; la estructura y los fondos que se dedicaron a eso es muy grande. La forma en que actúa el Gobierno es cuando ve algo tan complejo y difícil de resolver lo que decide es eliminarlo. Debemos estar pensando en una opción superadora para seguir entendiendo esos problemas.
—¿Estas acciones superadoras no están?
— No las conozco, a lo mejor están, pero no se conocen. La comunicación de esas acciones superadoras tienen que tener la misma fuerza que tiene la comunicación de la motosierra.
—¿Hay un prejuicio contra el campo de la sociedad en general?
— No sé si es prejuicio o cierto desconocimiento, es probable que haya prejuicio en algunos sectores más vinculados con la izquierda. En general, la sociedad, hablando de una generalidad, conoce que el campo es un sector próspero, innovador, de trabajo y eso se valora. Es sabido que el campo hace un aporte importante para la sociedad, a pesar de ese conocimiento de aporte, si la gente piensa mal del campo, evidentemente sí es un prejuicio, pero hoy hay suficiente información para que la gente se informe. En la sociedad argentina hay mucha gente que quiere tener razón que aprender, quiere seguir pensando lo mismo, aunque las evidencias sean contrarias.
—¿Ese pensamiento también alcanza a todo lo que ha pasado con los gobiernos y el campo?
— Sí, los gobiernos que no han sabido entender al campo, y se han equivocado en las políticas, y eso es algo común. También hay sectores académicos. No nos olvidemos que hay muchos sectores académicos que tienen una lectura equivocada del campo. La modernidad no ha entendido el significado del campo en la economía del conocimiento.
—¿Ha tenido contacto con Javier Milei?
— No he tenido todavía contacto, pero hace muy poco que asumieron, deben estar preocupados por otras cosas importantes.
—¿Con Fernando Vilella?
— Con él tengo una relación de muchos años, décadas. Fue Decano de la facultad donde yo estudié. Participé en muchísimas iniciativas junto con él y tengo la mejor opinión.
— Al principio se cuestionó el hecho de proponer todo lo relacionado con el sector agropecuario, desde una Secretaría de Bioeconomía, en vez de Agricultura, ¿qué opina?
— El nombre es un símbolo que Vilella habrá querido dar sobre que el campo hoy no es el mismo campo de hace 100 años. Hay todo un cambio en relación con los procesos productivos, tecnología intensiva, las convergencias tecnológicas y no solamente en los procesos, sino en los productos. Tiene que ver con la fotosíntesis, con productos de más valor agregado, más sofisticados, intensos en conocimiento. Eso era un símbolo, pero más allá de cómo se llame, los temas a tratar son los mismos. Valoro que se le haya tratado de dar ese nombre, no es algo menor, es un símbolo de que algo cambió.
— Esta semana se dijo que se había reunido con Sergio Massa, ¿tiene vínculo con el gobierno anterior?
— No, no tengo vínculos con el gobierno anterior, pero sí me reúno con una cantidad enorme de políticos, de gente, ministros. No me reuní solo, sino que participé de un almuerzo junto con otras 15 personas a conversar con él, empresarios, etc.
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