El presidente de Brangus y directivo de Las Marías habla sobre los problemas de competitividad del país
Con múltiples facetas, Víctor Navajas es uno de los tres responsables del destino de Las Marías, empresa insignia de la provincia del nordeste argentino, que se destaca en la producción de yerba mate, té y de ganadería. Con casi 100 años, la compañía tiene cerca de 2000 empleados directos en todas sus actividades y más de 2000 contratistas. Navajas, que define Las Marías como un "sistema sociológico complejo", es además presidente de la Asociación Argentina de Brangus. En una entrevista con la nacion se refirió a las perspectivas de la ganadería en el NEA, la forestación y la situación de la compañía yerbatera.
-¿Es fácil ser criador en Corrientes?
-Producir aquí es un desafío porque se trata de una zona con baja productividad comparada con otras regiones; sin embargo es una buena zona para seleccionar genética, tanto para reproductores de cabaña como para producir invernada que pueda funcionar en otras cuencas con mejores recursos naturales.
-¿Cuáles son los destinos del novillo terminado en Corrientes?
-A pesar de ser la tercera provincia ganadera, Corrientes no tiene un frigorífico habilitado para exportación ni para tráfico federal en nuestra zona. Todo lo que vendemos, tiene un flete de 900 a 1000 kilómetros hasta Rosario o Santiago del Estero, por ejemplo, un fletón, que es parte del problema de la productividad de la ganadería. La carne que consumimos en Virasoro es de un novillo de Las Marías que fue a Rosario a faenarse; los cortes Hilton se quedan ahí, y el resto llega mas baratos que los que se faenan en Virasoro por los sobrecostos y las ineficiencias de todo el sistema.
-¿Cuáles son esas ineficiencias?
-Se debería avanzar en la simplificación de trámites, en mejorar la logística, en bajar el costo de los fletes, a través de la hidrovía, por ejemplo, mejorar los caminos rurales, y combatir el abigeato que es grave en el interior, y donde vemos que muchas veces la policía pone el cuerpo, pero luego los juzgados no resuelven. En general son problemas estructurales de competitividad. Por suerte el Gobierno está al tanto, y está trabajando intensamente en todos los aspectos. Tenemos que tener paciencia porque los tiempos políticos no son los del empresario.
-¿Cómo es la situación de los productores del Norte?
-Un problema común a todas las actividades es que la década anterior obligó a muchas empresas a tomar deuda porque varias trabajaban pérdida, y los créditos eran a tasas reales negativas. Entonces la mayoría de las empresas se endeudó para sobrevivir. Por eso, además de los problemas de competitividad, de burocracia, de altos costos laborales no salariales, se le suma el tema financiero que muchas empresas deben resolver.
-Las Marías se dedica además a la producción forestal, ¿se trata de una actividad rentable?
-La producción forestal está muy bien hasta el árbol, pero cuando se llega al aserradero dejamos de ser competitivos porque llevar un contenedor desde Virasoro hasta el puerto cuesta hasta 1000 dólares por camión. Si fuera por río en una barcaza costaría 200 dólares. Ahí ya empezamos mal contra nuestros competidores. La producción está lejos del puerto. La hidrovía o el ferrocarril son imprescindibles.
-Las Marías se destaca por la cantidad de empleados y por los servicios que les presta.
-Al sobrecosto que ya tiene la mano de obra en la Argentina por los costos de ART, los costos no salariales, etcétera, nosotros por propia voluntad tenemos servicios para todos los empleados: escuela, el club Taragüi que permite que los empleados trabajen más tranquilos sabiendo que sus hijos están practicando deportes, y servicio médico. Ese sobrecosto lo tenemos porque sabemos que la gente lo devuelve en compromiso y entusiasmo con su trabajo. Se trata de una organización que tiene a sus accionistas trabajando ahí, pero que además tiene vida propia.
-¿Cómo ven la sucesión hacia más adelante?
-Las Marías está comandada por tres personas, de las cuales una soy yo, y por dos primos. No tiene CEO. Yo tengo a cargo industria, materias primas y ganadería. La generación de mi padre estableció un protocolo para que no ingresen nuestros hijos a trabajar en el futuro en la empresa salvo que hayan cumplido con ciertos requisitos, como haber trabajado en otra compañía o contar con un posgrado, entre otras condiciones.