Cincuenta días después de entrar en cesación de pagos, la empresa Vicentín, la segunda exportadora nacional de de granos envió a los acreedores una propuesta de pago que –según confirmó LA NACIÓN con fuentes de la empresa– implicaría que la deuda quedará dolarizada, sin quita, y se pagará un 20% al contado a acopios y productores que tienen una deuda superior a 30.000 dólares, y el 80% restante se abonaría al final del octavo año a partir de la homologación del acuerdo preventivo extrajudicial (APE).
La oferta que Vicentín envió a sus clientes se concretó después de un día en el que la empresa salió a aclarar que "no fugó" la deuda del país, sino que –según remarcaron en un comunicado "está invertida en bienes productivos", luego de que el Banco Nación confirmara que abrirá una investigación interna para determinar si existió alguna irregularidad en la anterior administración para dar préstamos por $18.000 millones de pesos.
El principal acreedor de Vicentín es el Banco Nación, con una deuda que –según reconoció el vocero de la entidad Sergio Resumil– es de 18.700 millones de pesos. Hasta ahora no hubo ninguna evolución en la firma de un acuerdo con la entidad crediticia, que reclamaba un plan de pagos. Tras la decisión interna de abrir un sumario para investigar si existieron irregularidades en la cesión de los créditos, la entidad bancaria se aleja de la posibilidad de sellar un acuerdo con la agroexportadora.
El borrador que envió este viernes a la tarde a los productores apunta a lograr un acuerdo por la deuda comercial. Fuentes cercanas a la empresa señalaron que hay unos 1200 acreedores que tienen acreencias por debajo de los 30.000 dólares, con lo cual el lote más importante –según remarcaron– se plegaría al acuerdo extrajudicial.
El problema mayor es con las firmas que están por arriba de ese monto. Con ese grupo, que sumarían unos 200, el panorama es totalmente diferente.
A ese tipo de clientes, que representan la mayoría del volumen del rojo, Vicentín les ofrece pagar un 20 % de la deuda al contado, dolarizada y sin quita, y el resto a saldar en ocho años. Aquellos que le vuelvan a vender granos a esta firma que surgió hace 90 años en el norte de Santa Fe tendrán como incentivo que podrán recibir pagos adelantados, a cuenta, por hasta un 16.6% por año, lo que implica que en seis años podrían recuperar toda la deuda.
Esta estrategia responde a evitar que gane la desconfianza hacia una empresa en cesación de pagos y que los propios clientes de la empresa definan vender granos a otras compañías más sólidas del sector.
El cimbronazo que provocó el ingreso en cesación de pagos de Vicentín hizo temblar la estructura comercial de corredores y acopiadores, que a partir de ahora deberán buscar alternativas al negocio para poder sobrevivir.
Vicentín tenía como modelo de negocio adquirir los insumos para sus plantas a intermediarios, a los acopios y correacopios. El resto de los exportadores le compran de manera directa al productor.
El desafío que tiene Vicentín, que no decidió desarmar una firma histórica sino mantenerla a pesar de las dificultades, es además de cerrar los acuerdos extrajudiciales poner en marcha las tres plantas en Santa Fe, que desde diciembre pasado están paralizadas, con más de 2000 empleados licenciados, que sólo realizan guardias mínimas y tareas de mantenimiento.
La semana pasada Vicentin le comunicó al Sindicato de Aceiteros de San Lorenzo que iba a postergar hasta el 3 de febrero las guardias pasivas en las plantas tres plantas que están paralizadas. Con el trabajo a fasón la fábrica de Ricardone se podría reactivar. Hasta ahora los operarios cobraron sus salarios, aunque no percibieron el bono que cobran a esta altura del año.
Para poner en marcha las plantas, la firma cerró un acuerdo con Molinos, AGD, Bunge y Dreyfus para trabajar a fasón para moler 100.000 toneladas en la planta en Ricardone. El contrato es por un mes y apunta a oxigenar a nivel financiero la empresa en momentos de cosecha de girasol. Vicentìn manejó históricamente el girasol del Norte y no lo quiere perder.