AVELLANEDA.- Después de la resistencia que generó en el norte de Santa Fe el anuncio de intervención y expropiación de Vicentin que hizo el presidente Alberto Fernández el lunes pasado, el gobernador de esta provincia Omar Perotti busca reconfigurar su perfil dentro de la crisis, tras apoyar hace tres días la decisión del jefe de Estado, como un mediador y" acercar posiciones" entre el Gobierno y la empresa.
La reacción de los habitantes de Avellaneda, que protagonizaron protestas durante dos días, algo que se extendió a distintos puntos del país, dejó a Perotti en una situación delicada, luego de respaldar la medida que anunció el presidente el lunes pasado.
Este jueves en Rosario se originó otro punto de tensión, esta vez a favor de la posible expropiación de Vicentin. Los 1500 estibadores alineados en SUPA iniciaron un paro por tiempo indeterminado en Terminal Puerto Rosario, cuya concesión está en manos del grupo Vicentin, gerenciada por Gustavo Nardelli, hermano de Sergio, que esta tarde se reunirá con el presidente.
"No vamos a permitir manoseos. Los trabajadores no van a ser variable de ajuste de las malas decisiones que haya tomado el grupo Vicentín", afirmó en medio de un piquete con un denso humo de telón César Aybar, Secretario General del sindicato.
Este nuevo punto de conflicto estalla en la previa a la reunión de Fernández y los directivos de Vicentin, de la que formará parte el gobernador de Santa Fe, que busca posicionarse como un mediador.
Los miembros del Gabinete de Perotti no tenían conocimiento que Fernández iba a poner sobre la mesa la posibilidad de expropiar una de las empresas más grandes de Santa Fe. El ministro de la Producción, Daniel Costamagna, un hombre del círculo cercano del gobernador que declinó su renuncia por la relación que tiene con Perotti, pero blanqueó en una reunión en la Legislatura de Santa Fe su oposición al proyecto del presidente. Una grieta se abrió en el propio Gobierno santafesino.
Cinco horas después del anuncio de Fernández el lunes, Perotti usó su cuenta de Twitter para sentar posición, siempre a su estilo: "Vamos a acompañar a Gabriel Delgado, designado como interventor de Vicentín por el presidente de la Nación, Alberto Fernández, en esta tarea que se le ha encomendado".
"Vicentin fue una empresa con fuerte impronta de desarrollo en Santa Fe y que lamentablemente vive esta situación de concurso con una deuda importante. Desde el gobierno de la provincia estaremos acompañando este proceso en resguardo de los intereses de todos los santafesinos", señaló en otro mensaje.
Perotti no se involucró nunca de lleno desde que explotó la crisis de Vicentin seis días antes de que asumiera como gobernador en diciembre pasado. Siempre dijo que seguía con preocupación la caída de una empresa que emplea a 1200 trabajadores en la provincia, pero se mostró distante a la hora de acercar alguna propuesta.
La protesta en Avellaneda lo puso en el centro de la escena, porque los pobladores le endilgan al gobernador apoyar una postura contraria a su propia historia como hombre nacido y criado en el sector de la producción. Perotti fue ministro del área en la gestión de Carlos Reutemann e intendente de Rafaela, una ciudad del oeste santafesino con un perfil productivo muy marcado.
"El gobernador apuesta a recomponer la relación entre el gobierno y la empresa en base al diálogo para buscar una salida consensuada a este problema", sostuvo una fuente cercana al gobernador, que estaba en viaje a Buenos Aires para participar del encuentro entre el presidente y el director de Vicentin Sergio Nardelli.
La postura del Gobierno de Santa Fe es que la empresa sea intervenida por un plazo determinado, en acuerdo con el juez de la convocatoria de acreedores y la empresa, y luego se defina un plan de negocios, con la posibilidad de que se cree un fideicomiso con participación de YPF Agro y las cooperativas, fundamentalmente ACA, que tiene deudas por más de 100 millones de dólares dentro de la convocatoria de acreedores.
El Gobierno de Santa Fe quiere tener una mayor participación en este capítulo de la crisis de Vicentin, luego de que ayer el nivel de tensión bajara un escalón. La postura de la empresa de aceptar al interventor designado por el Gobierno Gabriel Delgado, si es avalado por el juez, abrió un espacio de diálogo sobre el cual quiere trabajar Perotti.
Como ocurre con Alberto Fernández y la permanente tensión en la coalición de Gobierno, en Santa Fe hay sectores del kirchnerismo, con representación en el Gabinete de ministros, que están a favor de la expropiación de una empresa que tiene una deuda con el Banco Nación de más de 300 millones de dólares.
El ministro de Trabajo Roberto Sukerman afirmó tras la conferencia de Fernández el lunes que "celebraba la decisión que tomó el presidente". "Queremos más soberanía económica y alimentaria para Argentina", señaló. "La deuda con todos los acreedores sigue en pie y esto implica que se agrave aún más la situación poniendo en riesgo el empleo. Por eso aplaudimos la determinación de nuestro presidente".
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