Los bancos internacionales acreedores de Vicentin por más de US$530 millones (casi el 40% de todo el pasivo) estarían dispuestos a una reestructuración de la deuda de la empresa, pero a cambio de que se cumplan tres condiciones que, según dicen fuentes de ese sector, la empresa no cumplió. Ese mismo grupo de entidades globales tampoco descarta, por otra parte, tomar una participación activa en la Justicia argentina que lleva adelante el concurso de acreedores de la compañía.
La Corporación Financiera Internacional, parte del Grupo del Banco Mundial, FMO (Banco de Desarrollo del Estado holandés) ING, Rabobank Natixis y Crédit Agricole, son los bancos que le dieron préstamos a la cerealera argentina para que pudiera llevar adelante, por ejemplo, prefinanciación de exportaciones.
Los bancos ya verificaron la deuda tomada por la cerealera ante el juez Fabián Lorenzini, que lleva adelante el concurso de acreedores en Reconquista, Santa Fe.
Según contaron fuentes del grupo de bancos, las entidades tienen tres requisitos para la empresa. En primer lugar, que explique cómo se originó su crisis. En este punto, señalan que hasta julio pasado la empresa venía con una situación "sana" en lo financiero, sin señales de lo que podría venir después, es decir, un default. Los bancos dicen que la empresa no presentó su balance de 2019 y eso mismo ya reclamó el juez Lorenzini.
"Fue sorprendente el default, no lo explicaron bien", dijo una fuente señalando que falta información sobre cómo la firma llegó a ese estado. En rigor, los bancos quieren saber qué pasó desde julio de 2019 en adelante que explique la suerte final de la compañía. En esta línea, ya están ante la Justicia de Estados Unidos en un proceso denominado "discovery" que permitió ir obteniendo movimientos de transferencias de la empresa. Así, por ejemplo, ya supieron que giró US$400 millones a otras empresas de la cerealera mientras están poniendo la lupa en otros movimientos que sigilosamente se estudian desde EE.UU.
En los bancos internacionales no descartan algún requerimiento al juez argentino para obtener información que consideran valiosa para tratar de entender por qué se cayó la cerealera. "Lo estamos considerando, llegada la oportunidad vamos a pedir la información. No descartamos ninguna medida", indicaron.
En segundo término, en el comité de bancos piden que haya un cambio en el management de la compañía. "Para recuperar la compañía tiene que haber un nuevo management, profesionalizado, con experiencia en el sector", señalan.
En tercer lugar, entre los bancos internacionales destacan que debe haber un "ambiente propicio para nuevos jugadores", esto es inversores en la compañía. Obviamente que también puede influir sobre esto último el clima político económico en general.
Según dicen en los bancos, desde la empresa "nunca vinieron con una propuesta que cumpla con esos requisitos".
"Nunca recibimos una propuesta integral", insisten en los bancos internacionales, que sostienen que en el actual proceso tiene que haber un "trato equitativo" para todos los acreedores.
De los bancos internacionales, las acreencias que tienen a su favor se reparten así: US$273 millones de la Corporación Financiera Internacional (incluye al Crédit Agricole); US$150 millones del FMO; US$78 millones del ING; US$24 millones del Rabobank y US$10 millones de Natixis.
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