Según empresarios del sector, por la mejora de los precios internacionales y el “refugio” como valor de los equipos, la demanda de los productores supera a la oferta; hay inversiones en tecnología e incorporación de personal
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Con entregas comprometidas hasta fin de año e incluso ya avanzados los primeros meses de 2022, empresas que comercializan equipos para los productores afirman que están viviendo una fuerte demanda. Pese a que la última cosecha fue menor por la sequía, el aumento que hubo en los precios internacionales de los granos, la mejora en el acceso al crédito con tasas más convenientes y el “refugio” de valor de la maquinaria ante la inflación son algunos de los factores a los que los fabricantes le adjudican el fenómeno en la actividad. Hay inversiones en tecnología e incremento en las dotaciones de personal para atender la mayor demanda.
“Hoy es prácticamente imposible comprar una máquina nacional para retirar ahora, porque están todas vendidas hasta fin de año”, afirmó hace unos días Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, en declaraciones radiales. Los empresarios coinciden.
Néstor Cestari, presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), aseguró que “el 99%” de la maquinaria agrícola está vendida hasta fin de año. “En pandemia empezaron los créditos y el productor, totalmente en contra de lo que pensábamos de que iba a ser el peor período de la historia, se dedicó a comprar y renovar maquinaria agrícola”, sostuvo Cestari.
Explicó que esta situación se dio después de dos años, 2018 y 2019, en que “no hubo crédito para el agro”. Por esta razón, detalló que el productor desde hace “mucho tiempo” que quería renovar la maquinaria agrícola. Además, evaluó que en un contexto de dólar “que está imposible de comprar” el productor invierte en maquinaria.
“El que está comprando mucho es el contratista rural, que vive del servicio que presta; entonces, siempre quiere estar actualizado y como está cobrando lo que cosechó lo va invirtiendo en maquinaria para estar tecnológicamente bien preparado y evitar inconvenientes”, indicó.
Para Cestari, no obstante el momento actual no está libre de riesgos para el sector. “Estamos con el inconveniente de que cuando vendemos tenemos que reponer (componentes) y la mercadería va subiendo en dólares. Además, estamos con un riesgo de reposición, hay proveedores que están entregando en tiempo y forma, pero otros están atrasados de 90 a 120 días, sumado a los inconvenientes por la pandemia con el personal”.
Así como el productor invierte en maquinaria, el fabricante también. “Lo mismo que hace el productor hacemos nosotros en nuestros establecimientos para mejorar la productividad. El 99% está comprando infraestructura, sistemas, procesos, maquinaria y tecnología”, detalló. Aclaró que esto también implica un riesgo para el sector: “Nosotros hacemos una inversión, pero no sabemos si realmente vamos a tener la misma demanda el año que viene”.
Eduardo Borri es presidente de Metalfor, una firma referente en la producción de pulverizadoras autopropulsadas, entre otros equipos, en Marcos Juárez, Córdoba. Borri, que también es vicepresidente de Cafma, remarcó que sembradoras, pulverizadoras e implementos de varios tipos están teniendo una venta asegurada hasta fin de año e incluso algunos meses avanzados de 2022.
“En estos momentos estamos teniendo algún atraso de la información que viene del registro para saber como está el patentamiento (por ejemplo en pulverizadoras), entendemos que está en niveles similares al del año pasado, pero posicionado en un nivel más alto”, aclaró.
Al igual que Cestrari, adjudicó este incremento de la demanda a múltiples factores. “Estamos con precios récord del cereal, el productor está viendo como refugio de dinero el invertir en una maquinaria que está comprando a dólar oficial y hay una administración del comercio que está haciendo que haya menos acceso a la máquina importada, entonces esto también está fomentando la venta local”, expresó. Añadió: “Lo mismo está pasando en Brasil, de hecho ha habido comentarios a multinacionales pidiendo a los clientes que paren de comprar”.
En este contexto, la empresa de Borri incrementó 84 personas su dotación en los últimos 12 meses. Del total 58 fue en lo que va del año. El empresario contó que, por otra parte, el atraso en las entregas también se puede deber a que se observan dificultades con algunos insumos. Así lo explicó: “Estamos viendo que parte del retraso en las entregas está siendo porque está habiendo algún problema con insumos, que es un problema de tipo mundial porque el comercio y muchos commoddities están sobre demandados y el comercio internacional muy trabado”.
Sostuvo que las líneas de crédito siguen vigentes, lo cual es positivo. Sin embargo, apuntó contra la traba al financiamiento para aquellos productores que guardan más de un 5% de trigo o soja en stock (no pueden acceder a las líneas subsidiadas de Inversión Productiva). “Yo entiendo que esta restricción se debería tener que sacar porque, si bien se quiere penalizar al productor para que no tenga stock, no tiene en cuenta al beneficio que se hace en la cadena de valor financiando operaciones que nos benefician a nosotros y no al productor por tener granos y no venderlo, que es lo que el gobierno quisiera que haga”, indicó.
En tanto, Rosana Negrini, presidenta de Agrometal, fábrica de sembradoras, opinó: “El productor está comprometiendo el dinero de su cosecha para máquinas que vamos a entregar a fin de año”. Coincidió con Borri al decir que están con “muy buena demanda”, tanto es así que supera la oferta.
La empresa realiza las entregas en fecha, aunque detalló que “ahora en julio estamos entregando las máquinas que hemos vendido a comienzo de año mientras estamos vendiendo máquinas para entregar a fin de año”. Precisó: “Vendemos de acá a fin de año porque nos supera la capacidad de producción”.
Para poder satisfacer el incremento de la demanda, desde el año pasado que la empresa realizó diversas inversiones para ampliar su capacidad productiva e incorporó personal. “Todos estamos trabajando con Covid de por medio y con un montón de problemáticas, pero trabajamos”, señaló.
Raúl Giai Levra, presidente de Pauny, fábrica nacional de tractores, contó que “hay una demanda importante, tanto es así que estamos vendiendo con entrega a tres meses”. El empresario precisó que el año pasado fabricaron 1700 tractores y vendieron 2000. En tanto, en 2019 habían fabricado 1250. Para 2021 estiman producir 2200 unidades. “La demanda está siendo sostenida, incluso mayor, pero no podemos achicar la diferencia entre la fabricación y la venta”, expresó.
La necesidad de aumentar los niveles de producción trajo consigo problemas en el abastecimiento de insumos debido a que los proveedores también tienen una mayor demanda. “Las respuestas en algunos de ellos también están ralentizadas”, afirmó Giai Levra.
En el rubro cosechadoras también hay una buena demanda. “La venta sostenida se debe, principalmente, a una necesidad estructural de modernizar el parque de máquinas que tienen más de 10 años. Hay un atraso en la actualización del parque y el campo necesita cosechadoras con más tecnología, mayor eficiencia y un mantenimiento económico con repuestos nacionales de fácil acceso”, señaló el director comercial de Vassalli, Héctor Sendoya, en relación a los equipos de la firma.
“Además, la venta sostenida está muy vinculada a la disponibilidad del crédito bancario, sobre todo la de los bancos nacionales en pesos y a más largo plazo que están en vigencia actualmente, por ello este es un buen momento para invertir en cosechadoras, que es la máquina más compleja y cara del sector”, agregó Sendoya.
“El verdadero problema está hoy en el sector de abastecimiento metalmecánico de la maquinaria agrícola, que está en situaciones de sobre demanda de los insumos para la producción. Es eso lo que hoy nos impide producir más cosechadoras que nuestros clientes están demandando”, indicó Sendoya.
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