Queremos que la Argentina sea un país plenamente desarrollado e integrado al mundo y llevamos adelante una estrategia clave para lograrlo: recuperar y conquistar nuevos mercados internacionales y reinsertar la producción argentina en el comercio mundial. La meta es clara: queremos que el intercambio internacional sea el eje de la política productiva. En ese sentido, logramos un hito que indica que vamos por buen camino: la Argentina vuelve a vender carne bovina fresca a Estados Unidos después de 17 años.
Exportar a Estados Unidos es un logro estratégico y central para la reinserción de la Argentina en el mundo. Se trata de la mayor y más avanzada economía del sistema internacional con niveles de ingresos que están entre los primeros del mundo. Es también la fuente histórica reconocida de las grandes innovaciones de nuestros tiempos.
En este sentido, recuperar este mercado es una gran oportunidad para la Argentina, no sólo porque a través de esta negociación continuamos afianzando los flujos de comercio con el país norteamericano, sino también por las posibilidades y oportunidades comerciales para los productores y exportadores argentinos. Estados Unidos es el principal importador de alimentos del mundo. La compra de productos agroindustriales representó más de US$160 mil millones en 2017. Además, es el primer importador de carne bovina, con compras por US$4300 millones, equivalentes a un millón de toneladas durante el año pasado.
Esta apertura se logró a partir de un diálogo constante e intensas negociaciones junto al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, el Ministerio de Producción y Trabajo, la Secretaría de Gobierno de Agroindustria y la Embajada argentina en Estados Unidos.
El acuerdo permite que la Argentina exporte a los Estados Unidos una cuota de 20.000 toneladas anuales sin pagar aranceles de importación. Esto representaría un valor de US$150 a 180 millones de dólares. Además, se establece que las exportaciones que superen ese volumen deberán abonar un arancel de ingreso de 26,4%. Entre los cortes contemplados, Estados Unidos autoriza la importación de carcaza y deshuesados, con excepción de la cabeza, pezuñas y menudencias.
En paralelo, la industria bovina es uno de los sectores más competitivos de la Argentina. De hecho, el año pasado el país exportó US$1287 millones a destinos tales como China, Alemania, Chile, Israel y Países Bajos. Además, según datos oficiales, el sector tiene un potencial comercial (GAP) con Estados Unidos de US$176 millones, que equivale a 28 mil toneladas.
Exportar al mercado norteamericano es adquirir una patente de calidad y confiabilidad que abre las puertas a otros países. Por ello tiene un sentido estratégico la presencia argentina en este mercado. Esto va más allá de la cantidad de toneladas de carne vacuna fresca que se puedan exportar a Estados Unidos. El valor es cualitativo y una prueba de que la Argentina está de vuelta en el mundo.
Sin lugar a dudas, el resultado de esta negociación refuerza la importancia de continuar trabajando para incrementar las exportaciones, diversificar productos y destinos. Insertar a la Argentina en el mundo es también realizar un análisis estratégico por destino y por sector, retomar los puntos pendientes dentro de la agenda agroindustrial de nuestro país y saber que este es el modo en el que podemos crecer económicamente y obtener una mejor calidad de vida para todos los argentinos.
La autora es secretaria de Comercio Exterior del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación
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