Es un verdadero choque de culturas. Dentro del predio de La Rural se lleva adelante uno de los mayores eventos de la cultura y del negocio agrícola y ganadero de la Argentina con miles de personas que disfrutan de esa fiesta criolla. Fuera de él, los activistas veganos. Un grupo de casi 100 personas para los que ese predio en Palermo significa "todo lo que está mal", según dijo Magalí Ascon, de 19 años, activista de Voicot, una agrupación que lleva adelante la llamada militancia "V", en favor del veganísmo y de los derechos de los animales.
Este año la exposición cuenta con más de 4500 animales y 450 expositores que incluyen maquinaria agrícola, automóviles y productos autóctonos, entre otros. La particularidad es que a esta edición se le sumó un grupo de activistas veganos. El domingo pasado estos manifestantes irrumpieron en la pista principal de la Rural mientras se desarrollaba una prueba con caballos. Esto generó una fuerte reacción de los gauchos y esta puja entre mundos opuestos tuvo una gran repercusión.
"Yo no veo la acción del 29 de julio como una acción que fue violenta. Yo fui una de las que entró. Para mí la Rural representa todo lo viejo y lo que está mal. Cuando vi los animales encerrados en el predio me angustié mucho. Yo creo que violencia es lo que le hacen ellos a los animales, no lo que hicimos nosotros", dice Ascon.
Por la otra parte, en un breve comunicado, la Sociedad Rural Argentina (SRA) se pronunció sobre el tema y rechazó cualquier acto de ese tipo."Un grupo de activistas irrumpió en la pista alterando el desarrollo del concurso que se venía realizando. Algunos participantes, que se prepararon durante un año para competir, reaccionaron para desalojarlos. La Sociedad Rural Argentina rechaza cualquier accionar violento", indicó la entidad.
"Estos chicos no tienen idea, dicen cualquier cosa. Nosotros no maltratamos a los animales. Nosotros tenemos una cultura bien arraigada, relacionada al caballo, a las vacas y a todo lo relacionado al campo. La persona de campo cuida mucho a sus animales, no hay ningún maltrato. Luego nosotros nos alimentamos con su leche y su carne pero como un ciclo natural de alimentación que viene desde hace siglos", dice Norberto Gómez, de 54 años. Él vive en Mercedes, Buenos Aires y toda su familia es de La Pampa. Lleva puesta la boina, la bombacha de campo y botas de cuero. Gómez tiene bien definido de qué lado se encuentra en esta nueva grieta.
Fuera del predio, frente a las boletarías, estaba Marian Jay, un activista vegano de 36 años. Lleva ropa negra y comenzó hablando en lenguaje inclusivo aunque luego lo dejó de usar. Por altoparlante, una compañera hablaba de la matanza de animales como un "Holocausto", a lo que él agregó: "La palabra Holocausto le queda chica a la matanza de animales que se está llevando adelante. Se matan 5000 mil animales por segundo, muchos más muertos que en el Holocausto Judío. Como los animales no tienen voz, se minimiza su matanza".
Juan Esteche, de 39 años, es estudiante de nutrición y vegano hace ocho años. Él pone el foco en la cuestión del gas que provoca el efecto invernadero que emiten las vacas. "A nivel plantario se dice que 20 por ciento de los gases que dañan la atmósfera vienen de la ganadería. Además cuando extienden las tierras ganaderas, se comen el bosque nativo. En Paraguay y Brasil eso pasa mucho".
Hoy, mientras hablaba el presidente de la Sociedad Rural Argentina, la organización ambientalista Greenpeace se infiltró y desplegó carteles en el acto inaugural. La protesta se realizó en el escenario, con pancartas que se desplegaron con el lema:"Ganaderos: basta de desmontes". En el Acto estaba presente Mauricio Macri, por lo que el Ministerio de Seguridad inició una acción penal contra la ONG.
"Que vayan a laburar. No tienen nada que hacer y vienen a molestar acá que nos rompemos el lomo laburando. Aparte esta es la cultura de nuestro país, la cultura criolla. Nosotros tomamos nuestra relación con los animales como una relación natural. Vivimos en el campo, nos manejamos con caballos y comemos vacas, como siempre se ha hecho. Me pareció una falta de respeto lo que hicieron el otro día, eso de meterse en la pista. Yo no tengo problema con que reclamen en la puerta de la Rural, pero que a nosotros no nos vengan a molestar", dijo Gabriel De León, de Santiago del Estero, mientras tomaba unos mates en la puerta del pabellón amarillo.
De este modo, entre comparaciones absurdas e ideas totalmente contrapuestas, en la Argentina se ha instalado una nueva grieta. La del campo y los veganos. Dos culturas que chocaron en plena Ciudad de Buenos Aires.
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