Para Dardo Chiesa, coordinador de la Mesa de las Carnes, la mortandad, la venta forzada y la caída en la producción de terneros impactará sobre la actividad; calcula que el rodeo caerá por debajo de los 50 millones
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La Argentina transita una de las peores sequías de las que se tenga registro, con un severo impacto en la agricultura y, además, con fuertes afecciones en el sector ganadero por los elevados niveles de mortalidad, venta forzada y caída para la producción de terneros. Por todo este combo, para Dardo Chiesa, coordinador de la Mesa de las Carnes, es “muy probable” que se pierda el stock ganadero recompuesto en los últimos años: serían aproximadamente cinco millones de animales menos en el rodeo nacional.
Según los datos oficiales, el stock nacional cayó de 55,4 millones de animales en 2008 a 49,8 millones en 2009 y 48,8 millones de cabezas en 2010. Fue en el marco de una liquidación generada en el contexto de la sequía de 2008 y un fuerte desincentivo a la producción por las trabas del kirchnerismo a la actividad, con cupos para exportar. Luego el stock se empezó a recuperar, con variaciones y en 2021 se ubicó en 53.421.653 animales.
“Con las restricciones a las exportaciones y la seca en 2008 se perdieron 12 millones de cabezas. Luego recuperamos aproximadamente cinco millones, estimo que vamos a perder lo recuperado. Mínimo vamos a caer abajo de los 50 millones. Esta [por la sequía], que todavía no terminó, es peor que la de 2008. El panorama de lo que se viene es muy complicado”, manifestó Chiesa. Aclaró, no obstante, que “hay que esperar a la vacunación de aftosa para conocer los datos concretos”.
Para Chiesa, la caída está vinculada con los niveles de mortandad de hacienda en determinadas regiones, como el norte de Santa Fe, y la pérdida de condición corporal de los animales. “Hay que evaluar cómo queda el rodeo en un momento complicado de la vaca, que es la entrada del invierno porque no llovió como para recomponer los verdeos y las pasturas para hacer frente a un invierno que estimo va a ser muy crudo”, sostuvo.
Asimismo, agregó que impactará una disminución de los porcentajes de preñez. “Si bien algunos porcentajes en la provincia de Buenos Aires, sobre todo, están dando buenos rendimientos, el porcentaje de preñez va a estar muy afectado”, dijo.
Por otro lado, el destete de los terneros tiene una merma significativa. “El destete que se está vendiendo no es de 180 kilos, está bastante por debajo de eso. Todo eso condiciona la ecuación de producción para el futuro, de cómo van a ser las preñeces y cómo van a ser. Cómo van a llegar las vacas a la primavera para tener condición corporal”.
También, indicó, influye el aumento del costo de la alimentación. “El precio del maíz no ayuda; y el pasto y los silos de reservas van a ser muy escasos y caros. Sumados a que el flete también aumenta por lo que a veces es más costoso el traslado que el alimento que lleva el camión”, indicó.
“Todo esto va a tener un impacto directo en la cantidad de hacienda que va a ser un bien mucho más escaso. Por eso el Gobierno está preocupado en acelerar los engordes porque para recomponer una ecuación de escasez hay que subir el peso de faena, que en este contexto cae porque la hacienda se vende lo antes posible”, alertó.
En la misma línea, Matías de Velazco, dirigente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), planteó: “Va a haber una caída en la preñez que se va a notar en la menor cantidad de terneros nacidos este año, que van a faltar en el engorde y, por ende, en la oferta de carne para consumo de 2024. Eso muestra que esta situación no impacta solo ahora”, manifestó.
“Con la sequía ingresamos en un período de liquidación”, indicó el productor ganadero Martín Rapetti sobre la situación del sector, que tuvo que hacer venta forzada y mandar a faena animales más allá de lo normal.
“El problema es que, si la situación climática se regulariza, esto no se soluciona porque no va a haber hacienda para vender por la caída en la preñez. Además, hay que ver en qué condiciones queda la hacienda para evaluar si se van a poder preñar para el año que viene”, comentó.
Destacó que, por lo menos en su caso, va a necesitar cuatro años para poder estar en la misma situación que antes de la sequía. El productor lleva vendidas en 14 meses casi 1800 cabezas, se le murieron 150 animales y trasladó 400 a otro campo, siendo que normalmente saca 500 cabezas en este plazo. “Es mucho más del doble lo que perdí”, dijo.
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