Logros SA, que en 2021 se convirtió en el primero del país en medir de manera exhaustiva los impactos ambientales y obtuvo la Declaración Ambiental de Producto (EPD), ahora apunta a cuantificar su secuestro de carbono
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Luego de que se conociera el trabajo realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y los propietarios de dos campos ganaderos en Córdoba y Entre Ríos, que consiguieron la primera Declaración Ambiental de Producto (EPD) carbono negativa de la producción de un kilo de peso vivo, el frigorífico Logros SA redobla la apuesta de lo realizado por su firma en 2021 y ahora busca sumar al estudio de EPD de ese año el impacto del secuestro de carbono.
En ese tiempo, los dos institutos trabajaron arduamente en la verificación del registro y en la publicación de la primera EPD, colaborando así en potenciar la presencia de la empresa Logros en el exterior. Según describió Rodolfo Bongiovanni, investigador y coordinador del proyecto “Diseño y desarrollo de sistemas de producción sostenibles” del INTA, la inquietud del frigorífico, ubicado en la localidad cordobesa de Río Segundo, apareció en 2021, cuando los dueños vieron que la demanda de este tipo de productos comenzó a incrementarse en el exterior, donde los consumidores globales interpelaban sobre números ambientales de los productos provenientes sobre todo de la ganadería.
“Ellos exportan cortes Hilton a Europa, cortes premium a Estados Unidos y a Chile y ya desde el año 2013 habían sentido una presión importante por parte de los consumidores europeos, porque en la encuesta eurobarómeter, donde se estudia las actitudes de los consumidores europeos frente a la compra de productos, el 77% de los consumidores de esa región estaba dispuesto a pagar más por un producto ambientalmente de mejor desempeño”, describió Bongiovanni a LA NACION.
Luego, esa misma presión apareció desde los Estados Unidos, donde Logros también exporta su mercadería. En el año 2020, en ese país surgió una encuesta realizada por la Federación Nacional de Supermercadistas (National Retail Federation -NRF- por sus siglas en inglés), donde un 81% de los consumidores buscaba productos alineados con sus valores, el 57% estaba dispuesto a cambiar sus hábitos de compras para reducir el impacto ambiental y el 71% de los consumidores demandaba más trazabilidad en lo que comen.
Al año siguiente, en una misma investigación de NRF surgió que esa tendencia, reforzada por la pandemia, creció y “ya el 93% de los encuestados decía que la pandemia había afectado sus puntos de vistas sobre la sostenibilidad ambiental”.
“Fue por ese motivo que el frigorífico Logros decidió hacer lo que se llama Valor Agregado Ambiental es decir, brindar información a los consumidores sobre el desempeño ambiental en este caso de la carne argentina que venden al mundo”, dijo.
“Con ese criterio, conversando por otro trabajo que veníamos haciendo en la industria del bioetanol, cuando les hice una consulta sobre el tema del packaging con el que se enviaba la carne al exterior, este frigorífico se mostró muy interesado en hacer la huella de su producto, usando datos de tres proveedores: primero con el campo propio y después con dos proveedores”, añadió.
Con la EPD en mano, fue así que en 2021, consiguió una estatuilla de Mejor Trabajo de Investigación en los Premios LA NACION-Banco Galicia. En detalle, la firma cordobesa logró el galardón por este proyecto para calcular la huella de carbono y el análisis del ciclo de vida de la carne bovina envasada al vacío, desde la producción de las materias primas, hasta la distribución final, pasando por todas las etapas de transformación de la industria, incluyendo el empaque y el transporte hasta la góndola del mayorista.
La diferencia entre un trabajo y otro es que en el del frigorífico no se hizo la parte de secuestro de carbono. “Es decir, consideramos principalmente lo que es la huella propiamente dicha, el impacto ambiental en cuanto emisiones, pero no consideramos el secuestro, cosa que sí hicimos en los trabajos de las estancias San Esteban y Ralicó. Entonces, la gran diferencia es que el caso del frigorífico es un producto terminado y; en el caso de las estancias San Esteban y Ralicó se trata de un producto intermedio que es el animal peso vivo. En Logros no consideramos la remoción que ocurre en el campo, mientras que en el caso de los dos productores italianos si la hemos considerado”, indicó.
Por último, al respecto, el investigador contó que en la actualidad el resto de los frigoríficos exportadores de la Argentina se han interesado en el tema y están haciendo el estudio para poder hacer la misma declaratoria ambiental, sumándole el impacto del secuestro.
“El frigorífico Logros también está pidiendo que renovemos el estudio, que lo hagamos más completo y que no solamente consideremos las emisiones, sino que también consideremos las remociones. Todo esto se hace siguiendo las más estrictas pautas, los protocolos y buscándole dar la mayor objetividad posible en este tipo de cuestiones vinculadas al Valor Agregado Ambiental porque, no solamente es una cuestión ambiental, sino que por detrás también hay una cuestión económica”, finalizó.
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