El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) designó un “responsable a cargo” porque estaba acéfalo; esperan una señal del Gobierno
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POSADAS.- Por estas horas reina la incertidumbre en el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), el organismo de regulación y promoción de uno de los productos de consumo masivo más populares de la Argentina y que se expande por el mundo.
Desde que triunfó Javier Milei, este organismo autárquico donde están representados todos los sectores de la cadena yerbatera (industriales, productores, cooperativas, secaderos, tareferos y gobiernos de Misiones y Corrientes) no sabe si caerá dentro del proyecto de desregulación y reforma del Estado que podría afectar a organismos como el INYM.
“El presidente del INYM lo designa el secretario de Agricultura”, dijo a LA NACION Jonás Petterson, quien este jueves fue elegido por el directorio del organismo como “responsable a cargo” por 30 días.
Petterson ahora tiene firma legal y así el INYM podrá pagar sueldos, cancelar facturas con proveedores y poner en marcha otros trámites del organismo, que cuenta con un financiamiento propio a través de la tasa de fiscalización.
Es la que se recauda por la típica estampilla que lleva cada uno de los casi 500 millones de paquetes de yerba mate que se venden cada año en el mercado interno, de 280 millones de kilos (el 55% se vende en el popular formato de medio kilo).
“Estábamos acéfalos”, explica Petterson, que ahora se pondrá en contacto con el secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, para solicitarle que designe un reemplazante. Con la resolución 342/23 Petterson obtuvo la designación “transitoria y limitada temporalmente a la situación de vacancia actual del cargo de presidente, y hasta tanto se formalice la designación del nuevo presidente del Directorio del INYM”, indicó un comunicado del organismo.
“Además el directorio informó a la Secretaría de Agricultura la situación de vacancia del responsable del Poder Ejecutivo Nacional en el Directorio del INYM (artículo 6º, inciso a, de la Ley 25.564), solicitando a la autoridad nacional ‘tenga a bien otorgar la mayor celeridad para la designación del nuevo representante, estimándose prudencial un plazo no superior a treinta días corridos para dicho acto’”.
Organismo con mucha autonomía
El INYM, en los hechos, funciona con gran autonomía del funcionario de turno. Con cada cambio de gobierno, la designación del nuevo titular siempre llegó precedida por negociaciones políticas entre la Casa Rosada y las dos provincias productoras: Misiones y Corrientes. Los gobiernos de Gustavo Valdes y Hugo Passalacqua, tienen una silla cada uno en el directorio del INYM.
Nunca antes en sus 22 años de historia, el INYM había tenido que designar un “responsable a cargo” para seguir funcionando, ya que siempre se eligió un nuevo titular de antemano o bien se validó la continuidad del que ya estaba en funciones con el gobierno saliente, hasta tanto se resolviera esa designación.
Con un presupuesto aproximado de 3000 millones de pesos anuales, que se recaudan con la tasa de fiscalización (hoy es de $25 por kilo), el INYM trabaja en la promoción de la yerba mate en el mundo, el control de la calidad y numerosos programas para incrementar la productividad. También tiene una obra social para pequeños productores.
En total, se calcula que unos 12.000 pequeños productores, con superficies no mayores a 50 hectáreas, se dedican a este cultivo. La gran mayoría está a la espera de una confirmación del INYM, que también se encarga de establecer un precio oficial para la materia prima (hoja verde y yerba canchada) cada seis meses.
Pero como la regulación de precios está en las antípodas de la postura ideológica del Gobierno de Javier Milei y nadie de la Secretaria de Bioeconomía se ha comunicado con ellos hasta ahora, reina la incertidumbre entre pequeños productores, cooperativas, industriales y personal del INYM.
En los últimos años se generó un debate sobre la conveniencia o no de fijar precios oficiales para la materia prima. Las grandes industrias, en general, afirman que la regulación frena el crecimiento del sector.
Mientras que los pequeños productores afirman que si hay desregulación y desaparece el INYM, también desaparecerán los 12.000 pequeños productores y se producirá una concentración. Cooperativas, secaderos y tareferos también adhieren a esta posición. Los gobiernos de Misiones y Corrientes también están divididos en torno a esta cuestión.
Misiones defiende a capa y espada el INYM y la regulación de precios, mientras que el correntino Gustavo Valdés está alineado con la desregulación y tiene en su gabinete como ministro de la Producción a Claudio Anselmo, un exdirector de Las Marías, la yerbatera líder hace 50 años. Anselmo también estuvo años en el INYM como director por la industria.
Durante el Gobierno de Mauricio Macri hubo un tibio intento en avanzar con la desregulación de precios de la hoja verde y la yerba canchada, pero nunca prosperó. En esta campaña electoral, el gobernador de Misiones, alineado con Sergio Massa, no dudó en vaticinar que desparecerá “no sólo el INYM sino los 12.000 pequeños productores” si ganaba Juntos por el Cambio.
Recuerdo
Ahora que llegó Javier Milei a la Casa Rosada, todos recuerdan lo que sucedió hace 30 años, cuando Domingo Cavallo eliminó apenas lanzó sus reformas, la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM), dando comienzo a una de las peores décadas para los pequeños productores de la que se tenga memoria. Esa década de precios bajos y “vacas flacas” finalizó en 2001 con un tractorazo que hoy es considerada la protesta agraria más importante de este siglo, y que derivó en la sanción de la ley 25.564 de creación del instituto yerbatero.
“Yo estoy muy entusiasmado con las reformas de Javier Milei, creo que es una oportunidad y tenemos que apoyarlo, aunque sean difíciles los meses por venir. Pero los que diseñen las desregulaciones deben entender las economías regionales y comprender que esto no es un commodity como la soja, es una economía de la zona de la cual depende miles de productores”, dijo a LA NACION José “Pepe” Stepaniuk, director de la yerbatera Molino La Misión, que produce la marca Mate Rojo.
“Acá cuando a la yerba le va bien, le va bien al pueblo, el productor cambia la camioneta, pone a circular la plata en la economía local y todo florece, si a la yerba le va mal, todo se cae y espero que eso se entienda cuando se tomen medidas”, dijo, sintetizando el pensamiento de muchos que piden certezas sobre la continuidad del organismo yerbatero.
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