En el marco de una caída de las exportaciones pesqueras en valor, Eduardo Boiero, presidente de la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (Capeca), habló del impacto de la suba de costos, precios en baja y las trabas para importar insumos para los buques
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“Una tormenta perfecta”. Así describe Eduardo Boiero, presidente de la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (Capeca), la difícil situación que enfrenta el sector pesquero argentino debido a una combinación de factores: atraso cambiario, caída de precios, elevados costos, capturas erráticas y mercados deprimidos. Según el último informe de la institución, las exportaciones pesqueras cayeron un 3,6% entre enero y julio último, totalizando US$1003 millones en comparación con el mismo período de 2022.
Uno de los impactos más notorios se observó en el mercado del langostino entero, que representa aproximadamente un tercio de las exportaciones argentinas. Experimentó una disminución del 31,9% en sus ventas durante dicho período y registró una caída del 18,4% en el precio promedio por tonelada, situándose en US$5596 por tonelada.
Biero indicó que la disminución en la demanda de langostino se debió a varios factores. En primer lugar, en Europa hubo una reducción en el consumo, principalmente debido a la inflación y el aumento de los costos, como los relacionados con la energía. Además, en China se implementaron protocolos restrictivos durante la pandemia que se extendieron hasta hace poco, lo que dificultó las ventas en ese mercado.
El langostino argentino es natural y salvaje y compite con langostinos de cultivo que generan grandes volúmenes de ventas, lo cual lo terminó afectando. “Todos estos factores han llevado a una disminución en la demanda y a precios que han caído por debajo de los costos de producción”, dijo.
El informe mostró que uno de los principales mercados para el langostino fue España; se observó una disminución del 33,6% en las toneladas exportadas hacia ese destino, pasando de 16.111 toneladas el año anterior a 10.705 toneladas en el período actual. En cuanto al valor, sufrió una reducción del 18% en dólares por tonelada, situándose en 5365 dólares.
Por otro lado, las exportaciones a Francia disminuyeron en un 28,6%. Otro mercadó que bajó fue Japón, que retrocedió en un 57,5% sus compras y el precio en dólares retrocedió un 20,6%, ubicándose en US$5515.
La crítica situación que atraviesa el sector también se explica por el contexto económico de la Argentina. “Los principales costos de nuestra actividad, combustibles, empaques, servicios en los puertos, estiba, fletes, víveres, todos estos items subieron muy por encima del tipo se cambio oficial. Lo mismo con los acuerdos paritarios con los distintos gremios”, ilustró.
Señaló que el sector pesquero fue incluido en el dólar agro, pero no generó el efecto que esperaban. Esto mientras las firmas trasladaron la mejora del tipo de cambio a los empleados.
“Las empresas tuvieron que trasladar ese valor del dólar agro de 300 primero, y luego de 340, a la liquidación de salarios de la tripulación, que es el principal costo que tiene un buque pesquero. Con lo cual, el efecto buscado de tener un beneficio con un dólar diferenciado prácticamente se licuó y no fue tan importante como debería haber sido”, dijo.
El otro tema que, indicó, los afecta es la traba existente en la tramitación de las Siras tanto para pagar insumos necesarios para los buques y plantas como para pagar fletes y otros servicios del exterior. “Hace varias semanas que está trabada la posibilidad de abrir nuevos trámites”, reclamó.
“Somos un sector que exporta unos 2000 millones de dólares al año y no llegamos a un 10% de ese valor en insumos que debemos importar. Hemos pedido varias veces que nos autoricen a pagar las importaciones con nuestras divisas, pero no hemos tenido respuesta ni solución a este tema”, agregó.
También estuvieron afectados por el clima, sobre todo en la campaña de langostino en aguas nacionales que se realiza desde junio a octubre. “Fue un año atípico por problemas de mal tiempo en donde la flota no pudo operar, con lo cual las capturas son inferiores a años anteriores”, dijo. Según el informe realizado por la entidad, los desembarques promedio descendieron un -4,8% y totalizaron las 536.373 toneladas entre enero y agosto de 2023 con relación al mismo período de 2022.
Al desagregarse por especie, teniendo en cuenta las principales, el calamar illex cayó un -8,4%, el langostino un -5,6% y la merluza hubbsi un -2,3%.
En este contexto, lamentó que no hayan sido incluidos en la baja de retenciones a las economías regionales instrumentada recientemente por el ministro de economía, Sergio Massa.
En el informe también se destacó que la merluza en filet aumentó su valor exportado en un 5,2%. Por otro lado, las colas de langostino mostraron un incremento del 53,8%, mientras que el calamar registró una baja del 24% en los primeros siete meses de 2023 en comparación con el mismo período de 2022.
En cuanto a los precios, la merluza en filet presentó una caída promedio del 0,2% en julio de 2023 en comparación con julio de 2022. En un panorama diferente, las colas de langostino aumentaron sus precios en un 1,6% en julio, alcanzando un promedio por tonelada de US$8291 para ese mes, en comparación con julio de 2022.
Por último, el calamar illex registró un aumento del +3,8% en los precios promedio durante el mes de julio.
Capeca está conformada por 20 grupos empresarios pesqueros que emplean a más de 6000 trabajadores. Las empresas asociadas rondan los 700 millones de dólares de exportaciones al año.
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