En La Rioja empezó la recolección del producto de mesa, pero de 10.000 operarios que se requieren hay 5000. Alertan que vinieron menos de Bolivia y los denominados “golondrinas” de otras provincias; los motivos
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Hace diez días comenzó la cosecha de las aceitunas de mesa y, en La Rioja y Catamarca -principales jurisdicciones para esa variedad- no hay trabajadores suficientes. En la primera provincia se necesitan entre 10.000 y 12.000 personas y hay 5000, según datos de los productores a LA NACION.
Hasta el año pasado se planteaba que la dificultad para conseguir mano de obra eran los planes sociales. Desde agosto último, el gobierno nacional dispuso que quienes los reciben pueden ser empleados en blanco mientras desempeñan esas actividades productivas y eso no implica que pierdan los beneficios no contributivos que les corresponden. Fue la respuesta a un reclamo histórico de las economías regionales.
Patricia Calderón, presidenta de la Federación Olivícola Argentina, señala a este diario que está “muy difícil conseguir mano de obra” para la aceituna de mesa. La que es aceitera se cosecha de manera mecánica a partir de abril.
Entre los argumentos que analizan es que los trabajadores de Bolivia que ingresaban al país y reforzaban la local no están llegando porque el pago “pasado a dólares no les rinde; ellos quieren girar el dinero a su país y los números no dan”.
El acuerdo cerrado con la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) para este año es de $240 en bruto por cajón recolectado (son 20 kilos de aceitunas); en mano quedan unos $187. Un cosechero hace un promedio de 10 cajones diarios, aunque los más experimentados duplican.
José Hilal, presidente de la Cámara de Industriales Olivícolas de La Rioja, afirma que -ante la falta de gente- se ofrece “bastante más”, hasta $250 en mano, aunque admite que todo depende de la finca y sus características. La cosecha comenzó el 1° de febrero.
“El gobierno provincial también acompañó al decreto nacional que no interrumpe los planes sociales; adhirió para quienes reciben planes provinciales, pero no surtió el efecto deseado y esperado”, indica.
Plantea que son “muchos” los factores que se combinan además de la menor cantidad de trabajadores de Bolivia que viajan para estas tareas. Tampoco se están moviendo los “golondrinas” que llegaban de Tucumán, Santiago del Estero y Salta. “No hacen la diferencia que esperan para que les rinda instalarse por unas semanas en La Rioja”, reconoce.
Cosecha
Hasta marzo la cosecha alcanza a las variedades de aceitunas para descarozado y rodajado y hasta fines de abril las de mesa como la Arauco y la Picual. Después viene la cosecha mecánica para la producción de aceite.
Hilal enfatiza que el pago por cajón acordado es lo que se puede garantizar: “Lo que exportamos se liquida a un dólar de $105, que no rinde. Los costos del mercado interno subieron todos acompañando a la inflación; el precio internacional es más estable pero el dólar al que se liquida es lo que complica”.
Celina Carbajal, encargada de la finca riojana Ardim, dijo a Radio Fénix: “No tenemos trabajadores para la cosecha de aceituna. Es un problema grande, porque seguimos en la ardua tarea para levantar los dos millones de kilos que llegamos a producir”. Necesitan entre 200 y 300 personas por día, pero cuentan con cien a pesar de que -según sostiene- están pagando “más de lo normal para que la gente se quede, pero todos los días se están yendo”.
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