Lucy Graciela Abram de Cornelís formó una agrupación para evitar el remate de pequeñas explotaciones rurales
SANTA ROSA.- A fines de mayo de 1995 un martillero designado por el Banco de La Pampa visitó su casa de Winifreda para anunciarle que remataría el campo familiar, de 230 hectáreas. Embargada por la desesperación, Lucy Graciela Abram de Cornelís se fue hasta la radio del pueblo y realizó una desesperada convocatoria a mujeres en su misma situación.
"Varias mujeres se acercaron, así que al día siguiente hice lo mismo en Eduardo Castex [una ciudad vecina] y cuando salí de la radio ya había varias chacareras esperándome." La convocatoria se extendió rápidamente por toda la provincia. "El teléfono ardía, no paraba de sonar, y rápidamente convocamos a una asamblea para mujeres agropecuarias de toda la provincia, que celebramos el 3 de junio, en el Club Sportivo y Deportivo Winifreda, con delegadas de 21 pueblos."
Esa tarde cantaron el Himno Nacional e izaron la bandera, símbolos patrios que desde entonces identificarían todas sus actividades. "Con la consigna de que suspendieran las ejecuciones del Banco de La Pampa [de capital estatal], elaboramos un petitorio de 8 puntos, que incluía también el recálculo de las deudas y un plazo de 20 años para el IVA a los intereses." Aunque las recibió en su despacho, el gobernador Rubén Marín ignoró sus demandas y los procesos de ejecución continuaron.
Semilla sembrada
Pero la semilla estaba sembrada. El 21 de septiembre más de mil mujeres de La Pampa, Mendoza, San Luis, Córdoba, Río Negro, Neuquén, Santa Fe y Buenos Aires conformaron el Movimiento Nacional de Mujeres Agropecuarias en Lucha. "Siempre esperamos un reconocimiento como entidad del agro reservada a las mujeres chacareras, pero nunca nos reconocieron, ni los funcionarios ni los dirigentes agropecuarios."
Nacido en un pequeño pueblito pampeano, el movimiento extendió por todo el país su lucha contra los desalojos de pequeños productores. Con un petitorio de 20 puntos, las campesinas recorrieron despachos de diputados, senadores, jueces y funcionarios; celebraron cientos de asambleas en pueblos del interior, y hasta marcharon a la Casa Rosada en una colorida caravana de 2500 mujeres. "Ocupamos un lugar vacío: la defensa de los pequeños productores, una función que ninguna dirigencia nacional cumplía."
En septiembre de 1996 decenas de mujeres se convocaron para asistir al remate del campo de Lucy, donde cantaron el Himno y rezaron hasta que el acto fue postergado. Al día siguiente, ella se declaró en convocatoria de acreedores. "Después, Maccarone nos daría los 10 años de plazo. Convocándome a que diera el ejemplo con una refinanciación, se llevó las 400 vacas de cría, la maquinaria y hasta las herramientas."
La metodología de las mujeres consiste en asistir a las subastas públicas de campos, entonar el Himno a voz en cuello y tratar de impedir la venta. "Recorríamos kilómetros con sólo una botellita de agua para estar en cada remate." Cuando el movimiento se dividió por regiones, multiplicaron sus actividades, por las que fueron reprimidas y a causa de las cuales "todavía hay cientos de mujeres procesadas".
El 20 de julio pasado, en Rosario, las Mujeres Agropecuarias en Lucha celebraron diez años de su fundación. Su historia inspiró el film "Los gritos del silencio", de Norma Fernández, y mereció un capítulo en la última película de Pino Solanas. Como presidenta de la entidad, Lucy ha estado en México, Paraguay, Brasil y Bolivia, y para el 8 de marzo la esperan en Italia.