Se trata de Carlos Farizano, de Santo Tomé, que es propietario de un establecimiento donde se engorda hacienda; creen que el ganado fue trasladado hasta un lugar cercano y cargado en camiones
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Más de 100 animales por un valor aproximado de más de 10 millones de pesos fue el robo que la familia Farizano denunció que sufrió en la Estancia Mora-Cué, ubicada a 28 kilómetros de la ciudad correntina de Santo Tomé. En diálogo con LA NACION, Carlos Farizano, propietario del establecimiento y viceintendente de esa localidad (ECO+Vamos Corrientes), contó que hace dos semanas recibió el llamado de su hijo quien le notificó que durante el recuento mensual habían detectado el faltante de los ejemplares de las razas Brangus, Braford y caretas (de cruzas).
“Hicimos un conteo en marzo para la campaña de vacunación contra la aftosa y notamos la ausencia de 10 animales. Luego realizamos otro conteo y descubrimos que faltaban 40 más. A principios de este mes hicimos el último conteo y la cantidad de animales desaparecidos ascendió a 102″, expresó el productor.
Según detalló, hay 92 de los animales que faltan que son de dos productores con quien Farizano tiene contratos de capitalización para el engorde. En tanto, hay 16 que pertenecen a un productor que le arrienda el campo. Considerando esto último, el número supera así el total de 102 mencionados antes.
Frente a este hecho, la familia presentó una denuncia ante la llamada delegación PRIAR de la Policía de Corrientes y espera que se avance en las investigaciones correspondientes, a cargo del fiscal Facundo Cabral.
“Estimo que los animales fueron trasladados en un camión o arriados hacia algún campo cercano para luego cargarlos y llevarlos”, dijo Farizano. Esta es la primera vez que enfrenta la pérdida de tantos animales en un solo incidente.
Seguridad propia
En este contexto, indicó que va a tomar las propias medidas de seguridad. Evalúa instalar cámaras en el campo y comenzar a hacer el conteo de la hacienda cada 15 días, en lugar de una vez al mes como lo venía realizando. En el establecimiento, además de engorde por capitalización, tiene cría de ganado propio y se brinda pastoreo para terceros. Según estimó, por año ya viene perdiendo 10 animales en manos de delincuentes que ingresan a su campo, faenan la hacienda en el lugar y se llevan la carne.
Vale recordar que, a principios de mayo pasado, LA NACION dio a conocer que a la vera de la ruta 14, a dos kilómetros al norte de la ciudad de Santo Tomé, un grupo de productores se reunieron para visibilizar la problemática y organizarse con el fin de reclamar mayor presencia policial y acción judicial.
Uno de los puntos que plantearon los productores es la falta de recursos con los que, aseguraron, cuenta la policía local. Esto fue reconocido por fuentes cercanas a las fuerzas de seguridad en diálogo con LA NACION. Admitieron que “les falta más equipamiento para controlar”.
Según averiguó este medio, en la dependencia del PRIAR de Santo Tomé trabajan 30 personas, hay solo dos móviles y dos motos para controlar una superficie de 4000 kilómetros cuadrados.
“Es una problemática a nivel nacional y Corrientes no escapa de esta problemática. Se pusieron controles policiales, que yo creo que hay que mejorar”, dijo Farizano. Remarcó que la policía debería comenzar a hacer un trabajo de inteligencia.
Según detalló, recientemente se instaló un nuevo puesto de control del PRIAR en Desiderio Sosa para fortalecer la seguridad en esa zona. Asimismo, se estableció otro puesto en la intersección de la ruta 40 y también se creó uno adicional en el Paraje Galarza.
“Actualmente, se está trabajando en la instalación de otro puesto en Séptima Sección, sobre la ruta 40, con el objetivo de ampliar la red de control y vigilancia en la región”, dijo. No obstante, a pesar de las mejoras, reconoció que “indudablemente hay que buscar otras alternativas y la policía tiene que hacer más tareas de inteligencia”.
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