Se trata de una iniciativa del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) que impulsa medidas para lograr esos objetivos
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Las economías regionales podrían lograr exportaciones extra por US$11.598 millones en los próximos diez años y, además, crear 439.030 empleos adicionales.
Estos números son parte de una proyección realizada por la Mesa de Economías Regionales del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) y dan cuenta del potencial de esta actividad. En 2022, la agroindustria generó divisas por US$55.216,3 millones y cerca de US$10.000 millones correspondieron a las distintas economías regionales.
Vale recordar que el CAA presentó el Plan Federal Agroindustrial 2023-2033 que busca generar exportaciones por un valor de US$100.000 millones por año en una década con todos los productos del sector. Las 61 entidades que están en el CAA lo desarrollaron con los paradigmas de “un agro industrializado, con visión exportadora, sostenible e inclusiva y con las economías regionales en un papel central”. Así como el objetivo es saltar a un valor de US$100.000 por año en ventas al exterior en ese plazo, también prevé la creación de casi 900.000 empleos nuevos totales.
Entre otras medidas, promueve una eliminación de retenciones, unificación del tipo de cambio, una ley de fomento para las inversiones agroindustriales, otra para las economías regionales y una más de facilitación del comercio exterior. También busca un marco de respecto a la propiedad intelectual en semillas y planes de logística, infraestructura, conectividad rural, finalización de programas como Precios Cuidados, entre otras acciones.
Puntualmente sobre las ventas actuales de las economías regionales, la Mesa de Economías Regionales del CAA explicó: “Existe potencial para mejorar esta performance y traccionar una mejora en el nivel de reservas del Banco Central, generar empleo genuino federal y promover un desarrollo social y ambiental sostenible”.
Sin embargo, alertó: “Pero una serie de factores impiden que la agroindustria se desarrolle al máximo. Más allá de la cuestión climática, que en la última campaña agrícola tuvo una fuerte incidencia en los volúmenes cosechados, las políticas implementadas para el sector en todos estos años constituyen un lastre que impiden su despegue definitivo. En la Argentina no existen medidas de fondo para estimular a la agroindustria y las que se aplican en la actualidad solo tienen un carácter recaudatorio y perjudican a toda la cadena de valor. Los números son por demás elocuentes: desde la puesta en marcha de los derechos de exportación, el Estado recaudó US$175.000 millones, que no se reflejaron en estímulos o facilidades para el desarrollo del sector. A este escenario, se suma otro déficit que reclama toda la cadena agroindustrial: la brecha cambiaria”.
Según el informe, el año pasado las economías regionales representaron un 19,7% de las exportaciones del sector. “El dato que sorprende es que alcanzaron esta buena performance, pese a varios factores que amenazan su crecimiento, tanto a nivel interno como externo”, dijo. Y remarcó: “En los próximos diez años, el plan diagramado por las 61 entidades que componen el CAA contempla un crecimiento superior al 100% para el comercio exterior de las economías regionales, este plan incluye cambios básicos para el correcto desarrollo del mismo. De este modo, se espera que a partir de su puesta en marcha, las economías regionales aporten un adicional de US$11.600 millones a partir del impulso generado por las cadenas de valor ovoavícola, foresto-industrial, algodonero, lácteos, arrocero y arándanos y frutos similares”. Para las entidades del CAA, la generación de 439.030 nuevos empleos significará un incremento del orden del 51% en estas actividades.
En este contexto, desde la actividad brindaron una foto de la situación actual. Claudia Peirano, directora ejecutiva de la Asociación Forestal Argentina (AFOA) y coordinadora de la mesa de sostenibilidad del CAA, indicó que la inestabilidad macroeconómica, las restricciones a la importación y la retracción del mercado interno afectaron al sector foresto-industrial, al igual que al resto de las actividades productivas.
Contó que, si bien se están produciendo algunas “interesantes inversiones” en aserraderos, están afectadas por las restricciones a las importaciones. “Diferentes actividades del sector están trabajando con limitaciones por el acceso tanto a productos -desde maquinarias, químicos y repuestos- como a servicios importados esenciales para el normal funcionamiento”, dijo. En esta actividad, el plan del CAA prevé la chance de inversiones por US$7000 millones y crear unos 100.000 puestos de trabajo.
Por otra parte, Sergio Raffaeli, empresario de legumbres, y miembro del CAA, enumeró, sobre los desafíos, que además de la quita de las retenciones es necesario agilizar los mecanismos para la contratación de personal.
“La falta de financiamiento es un tema pendiente y representa un costo muy alto para las pymes”, indicó. Añadió: “Pasadas las elecciones, habrá que trabajar en la disponibilidad de financiamiento para generar inversiones de mediano y largo plazo”.
También habló de “aliviar costos burocráticos y prohibiciones que no tienen beneficio para nadie, que son intensivas en puertos, fletes, costos marítimos”.
Finalmente, Jorge Feijóo, presidente del Centro Azucarero Argentino y miembro del CAA, destacó del plan del CAA. “Generará beneficios en infraestructura, transporte, comunicaciones y bioenergías y representan un gran aporte a la competitividad de la cadena”, precisó.
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