Según un relevamiento de entidades de esa provincia, esa estimación corresponde al impacto sobre la ganadería, arroz, forestación, yerba mate y cítricos
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Mientras los productores correntinos esperan que las lluvias pronosticadas para este fin de semana den un alivio a sus campos, el impacto negativo de las distintas producciones en la provincia, por los incendios y la sequía extrema, no para de crecer. En ganadería, arroz, cítricos, forestación y yerba mate las pérdidas económicas que hace dos semanas atrás eran de $23.000 hoy ya superan los $69.000 millones.
La cifra la reveló Francisco Velar, productor agropecuario y director del distrito 8 de la Sociedad Rural Argentina (SRA), entidad que ultimó detalles de un informe actividad por actividad junto a otras organizaciones productivas de la provincia, tales como la Asociación de Sociedades Rurales de Corrientes (ASRC), la Asociación Forestal Argentina (AFOA), la Asociación Citricultores Unidos, la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz, Asociación de Citricultores de Bella Vista y la Asociación de Plantadores del Nordeste (Apnea).
Señaló que el daño es transversal y creciente para toda las producciones. En la actualidad y, con la progresión de 30.000 hectáreas diarias que se queman, según el INTA, en la provincia ya se alcanzarían las 900.000 hectáreas afectadas por el fuego.
“Hoy, la preocupación pasa por la falta de lluvias y los incendios, pero lo más acuciante para los productores agropecuarios es el día después a que pase todo. Va a ser trágico, va a quedar quebrada la estructura productiva de Corrientes. Con el tiempo, el desastre ambiental se va a recuperar, pero miles de productores van a desaparecer”, dijo a LA NACION.
En este contexto, los productores de arroz se encuentran en una situación desesperante. En plena cosecha y con algunas chacras en donde todavía falta que madure el grano, está confirmado que ya son más de 18.000 las hectáreas perdidas de las 96.000 plantadas esta campaña. Esto es casi un 25% de afectación.
Cristian Jetter, secretario de la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz (ACPA), explicó que, si bien serán entre 250.000 y 300.000 toneladas menos en total de producción, lo grave es que la pérdida para muchos productores es total, es decir que en sus campos no van a cosechar ni un kilo de arroz.
“No hay ningún productor que no tenga pérdidas, unas 6000 hectáreas (de arroz) corresponden a productores chicos (menos de 400 hectáreas) y las 12.000 restantes a medianos y grandes”, dijo.
Apuntó que hay “números fríos” de pérdidas por más de $5000 millones. Pero alertó que detrás de las pérdidas están los pequeños productores que perdieron desde un 50 hasta un 80% y no tienen manera de hacer frente a sus compromisos financieros y menos producir en la próxima campaña. “Por eso, le hemos pedido al ministro de Agricultura, Julián Domínguez, la quita del 5% de retenciones que tiene el arroz, al menos por un año”, indicó Jetter.
Según contó, además de los incendios, los cultivos sufrieron la falta de riego y eso provocó un daño total en la plantación. “En algunas chacras todavía los granos continúan madurando, solo si caen unos 100 milímetros en los próximos días podría detenerse el aumento del daño”, explicó.
En cuanto a lo forestal, el perjuicio ascendente en la actividad es alarmante. Desde el último informe de la Rural, Velar indicó que se cuadriplicó el número de hectáreas quemadas. “En menos de un mes, de 10.000 se pasó a 41.000 hectáreas”, dijo. En ese momento se habían calculado unos $1000 millones de pérdida solo en plantaciones destinadas a resina. Con un costo de implantación de una hectárea de $150.000, la pérdida actual rondaría en dólares los US$60 millones. En la actividad del resinado, hay $2000 millones de pérdidas y sumado a la madera de los árboles quemados que alcanzan los $19.200 millones.
La Federación Argentina de la Industria de la Madera y Afines (Faima), que aglutina a 28 cámaras que representan a todos los eslabones productivos de la madera, indicó que, “además de las pérdidas materiales, es imprescindible considerar el impacto de este desastre natural en la fuente de trabajo de la que dependen cientos de familias, empresas pyme y emprendimientos que viven de la actividad forestal y corren el riesgo de desaparecer”.
Según explicaron, la industria forestal emplea en forma directa y formalmente a unas 100.000 personas y exporta alrededor de US$700 millones anuales en toda la cadena productiva. “Solamente considerando la producción silvícola, los empleos son miles. En una forestación de 1000 hectáreas de pinos o eucaliptus en Corrientes trabajan decenas de personas en las tareas de preparación del terreno (tractoristas, afines), trituración, eliminación de material residual, control de hormigas, malezas, plantación, reposición, aplicación de herbicidas, podas (se realizan tres o cuatro) que se realizan en forma manual con tijera electrónica o serrucho de poda. Muchos de sus dueños son pequeños o medianos productores que ven cómo se ha perdido su inversión de 20 o 30 años en una noche de fuego”, remarcaron.
La actividad yerbatera ocupa en la provincia unas 23.000 hectáreas, el 30% de la producción nacional. En total son 644 productores. Según fuentes del sector, los daños en la producción primaria indefectiblemente van a impactar en el mercado. Dijeron que, según sus proyecciones, la producción caerá el 50%, que significa unos $3800 millones. Asimismo, habría que agregar $1000 millones que es lo que cuesta recomponer las plantas que murieron por la sequía y las altas temperaturas.
“De las 109.000 toneladas de producción esperada para la provincia de Corrientes, solo serán unas 54.500. Si bien la industria tiene stocks suficiente para este año, el estacionamiento es de nueve meses a un año, por lo que en el 2023 no habrá producción para almacenar. Aunque aun se puede revertir la situación si comienza a llover porque la hoja puede seguir metiendo volumen hasta abril y mayo. Pero cada día que pasa es peor. Ya está subofertada la producción que se viene compensando con importaciones de Brasil y Paraguay”, puntualizaron.
Con alrededor de 9000 hectáreas de plantaciones de limón, las mermas en la producción citrícola en los departamentos de Bella Vista, Concepción y Mburucuyá ya alcanzan más del 50%. “Al margen de las pérdidas actuales de fruta, el impacto fuerte también se verá en la próxima cosecha de 2023, donde muchas plantas se verán afectadas”, dijo Velar.
Por otro lado, y con una ubicación en el cuarto lugar por cantidad de stock vacuno nacional, Corrientes tiene unos 4.600.0000 de cabezas de ganado. Según datos que se recolectaron, la entidad ruralista ya estimó pérdidas devastadoras. Las entidades estimaron $12.678 de pérdidas en kilos de carne y $4711 milones en alambrados.
“Más allá de los incendios, al día de hoy, en toda la provincia la producción forrajera se ha reducido un 40%. Eso llevará, siendo conservador, a que la mortandad, que en tiempos normales es del 3%, sea de al menos el 6%. Esto representa más de 140.000 vacunos muertos, unos $10.500 millones. Y a eso se deberá sumar los porcentajes muy bajos de preñez y daños en infraestructura de los campos”, detalló Velar.
En este contexto, dijo que la ayuda del Estado hasta el momento es insignificante. “En la provincia, hay 21.000 unidades productivas ganaderas con menos de 200 cabezas. El Gobierno ya envió $500 millones y prometió enviar otros $500 millones. Si dividimos solo en los 21.000 pequeños ganaderos que tiene la provincia, sin tomar en cuenta el resto de las producciones, el monto que recibiría cada productor sería unos $47.600, menos que el valor de un ternero, unos 47 metros de alambrado. El Estado debe tener en cuenta que el desastre feroz productivo que se viene en la provincia y que, si no toman en cuenta, van a quedar miles de productores en la quiebra”, concluyó.
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