Además del devenir del clima, los productores están atentos a las variables económicas en el marco de la gestión del Gobierno
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Mientras la llegada de las últimas lluvias permitieron aplacar una situación por demás angustiante en los lotes de soja y maíz por el estrés de la falta de precipitaciones, los productores tienen por delante otros desafíos, expectativas y la necesidad de tomar decisiones que van a marcar su rumbo.
En ese combo están las cuestiones que tienen que ver con la macroeconomía, la presión impositiva, los insumos y la “transición de precios relativos”. Teo Zorraquín, de Zorraquín + Meneses, cree que las lluvias cambiaron el ánimo y que el negocio agrícola no se va a frenar, pero hace consideraciones centrales para tener en cuenta y se vinculan con los desafíos.
“Si bien hubo daño sobre el rendimiento potencial, con estas lluvias puede decirse que hay cosecha. Esto es clave porque ante la caída del precio de los granos en dólares y la suba de costos la rentabilidad posible de lograr entraba en terreno negativo”, dice mientras recuerda que, no obstante, muchas empresas compraron sus insumos con anticipación a otro tipo de cambio o financiada en pesos, “logrando una ventaja”.
“Con una macroeconomía que todavía sostiene brecha cambiaria alta y posible atraso del tipo de cambio, las dudas persisten”, advierte. Zorraquín ve un “optimismo general” en el campo respecto del mensaje del Gobierno sobre promover las exportaciones y el libre comercio, pero recuerda que hubo preocupación con el intento de aumentar las retenciones y que “todavía no hay un acuerdo sobre la deuda por insumos con el exterior”. Incluye en la lista de temas “una inflación de costos que dificulta presupuestar lo que viene”.
"Si bien hubo daño sobre el rendimiento potencial, con estas lluvias puede decirse que hay cosecha"
Teo Zorraquín
Para Zorraquín es temprano pensar para definir la campaña 2024/2025. Sin embargo, ve algunas tendencias. “La proporción de superficie a sembrar de trigo, maíz, soja y girasol no está previsto todavía que se modifique respecto a lo habitual, aunque si los fertilizantes no bajan de valor quizá haya una tendencia a más soja. Los precios de los insumos, en particular fertilizantes, se considera que están caros y muy por encima del precio de paridad, lo que dificulta pensar en compras adelantadas. El valor en alza del combustible está poniendo presión sobre el precio de las labores y de los fletes”, precisa. Para el consultor, se está en un “momento de transición” viendo qué pasa con las distintas variables.
En este marco, con la nueva cosecha muchos se están preguntando qué hacer con los granos producidos. ¿Vender o esperar? Eddy Fay, consultor, apunta: “Hay una transición de precios relativos en la Argentina y en el mundo, así que guardar granos como refugio de valor quizá no sea la mejor estrategia en los próximos 12-18 meses”. Y para reforzar esta postura añade que lo que se está acomodando en el país tiene que ver con variables como el tipo de cambio y la inflación. Esto mientras en el mundo también hay un movimiento de precios luego del impacto inicial de la invasión de Rusia a Ucrania y una “demanda cautelosa”. Fay aconseja: “Asumiendo un clima y régimen de lluvias promedio, el productor argentino tiene que hacer diferencia a través del uso de la mejor tecnología en semillas, agroquímicos y fertilizantes. La mayor producción permitirá sobrevivir los precios de granos actuales”. También pone la lupa sobre las retenciones y el impuesto PAIS. Dice que, considerando que se trata de aspectos que limitan el potencial agroalimentario, “deben ser analizados en el contexto de una libertad económica” y eliminarse en el tiempo.
Para Gustavo Oliverio, coordinador y asesor de la Fundación Producir Conservando, más allá de lo que llovió lo que se produzca con la soja y el maíz no será lo esperado inicialmente. En este cuadro, hace una lectura importante: “Hay una fuerte distorsión de precios relativos, relaciones insumo-producto y, en algunos casos, faltantes de insumos que hacen difícil lograr presupuestos y proyecciones de producción de aquí en más”. Aconseja: “La regla de oro es desensillar hasta que aclare y ver cómo se llega al nuevo esquema de precios relativos para decidir cómo se sigue”.
Sin duda, los ojos están también puestos sobre lo que se encuentran haciendo las autoridades y lo que pueda tener un impacto en el sector. Para Oliverio, en la cuestión macro serán centrales las propuestas de reforma fiscal e impositiva. Considera que la Argentina está “muy desordenada” y necesita bajar la presión fiscal “para quienes pagan impuestos y controlar la informalidad”. También espera cambios en lo laboral y previsional. Se está en una transición: el campo espera ser protagonista.
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