En el congreso de Aapresid hubo una advertencia de las entidades por cadenas de cultivo por el estancamiento en la producción agrícola
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El congreso de Aapresid, que concluyó ayer, fue una verdadera usina de ideas que continuará generando nuevas conexiones, tal como expresó el slogan del encuentro: “Todo está conectado”. Sustentabilidad, agregado de valor, la llamada agricultura regenerativa y la innovación tecnológica fueron algunos de los temas que estuvieron, y seguirán estando, en el foco de interés.
Con una visión centrada en las oportunidades y en estar a la altura de los desafíos, el Congreso, que por primera vez se realizó en Buenos Aires, también sirvió para hacer un llamado de atención sobre las cosas que no están bien. Esto fue lo que se pudo concluir de la charla que participaron los presidentes de las cuatro entidades por cadenas de cultivos (soja, maíz, trigo y girasol). En forma sintética, de acuerdo a lo que expresaron, se alertó que la agricultura argentina está estancada respecto del crecimiento que tuvieron otros países de similar estructura productiva. Eso sí, también hubo consenso en que las oportunidades que tiene la Argentina para responder a la demanda global de alimentos, fibra y energía están intactas.
“Desde 2010, mientras la producción de trigo de Brasil creció un 120% y la de Rusia, un 70%, la de Argentina se incrementó apenas un 22%”, dijo Martín Biscaisaque, presidente de la Asociación Argentina de Trigo (ArgenTrigo). Como se sabe, en gran parte de ese lapso, el país tuvo exportaciones reguladas, mercados intervenidos y una constante inestabilidad económica. “Tenemos que pensar lo que haremos en los próximos 15 años”, dijo el titular de la entidad.
Biscaisaque destacó la necesidad de que en el país se resuelva la cuestión del respeto a la propiedad intelectual. “Lo necesitamos con urgencia”, señaló.
En materia comercial, advirtió que Brasil está cada vez más cerca de llegar al autoabastecimiento, y que los productores tienen una corta ventana para aprovechar en el mercado exportador. “Tenemos de diciembre a marzo el mercado de Indonesia”, sostuvo.
Respecto del eslabón industrial, advirtió que la industria molinera está frente al desafío de ampliar sus exportaciones, pero enfrenta costos crecientes y una presión impositiva elevada. “Hace falta disminuir el costo argentino”, expresó.
En soja el panorama es crítico. “La agricultura no creció”, advirtió Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación de la Cadena Soja Argentina (Acsoja). “En un congreso mundial de la soja me preguntaron cómo hacíamos para seguir produciendo cuando nos cobraban un impuesto del 33% por el precio de venta”, relató a modo de ejemplo.
Para el titular de Acsoja, pese a que el Gobierno prometió eliminar las retenciones “no se está atacando el tema” y advirtió que en la cadena nunca ha habido menos inversión como en la actualidad. Explicó que ese deterioro se está verificando en la caída de la inscripción de cultivares de la oleaginosa. “En 2022 hubo 64 variedades inscriptas, el año pasado, 32, y es probable que terminemos el 2024 sin ninguna”, advirtió y explicó que no solo hay un problema de falta de reconocimiento de propiedad intelectual sino que la presión impositiva y la incertidumbre económica hacen que haya menos uso de tecnología en el cultivo como, por ejemplo, fertilizantes. “No se reponen los principales nutrientes”, explicó.
En materia industrial, señaló que la capacidad ociosa de las plantas de molienda oscila entre un 40 y un 50 por ciento y advirtió que hay un crecimiento de inversión en el crushing por parte de Brasil y Estados Unidos. En este país, básicamente, sucede por el nuevo impulso a los biocombustibles.
A su vez, Federico Zerboni, presidente de la Asociación del Maíz y el Sorgo (Maizar), explicó que el maíz enfrenta el golpe de la expansión de la chicharrita. “Se proyecta una caída del área de entre el 20 y el 25%”, dijo respecto de la campaña agrícola 2024/25. En materia de estrategia, puso el ejemplo de Brasil que tuvo un crecimiento productivo apalancado en una alianza con la política. Esto, lo atribuyó al trabajo de la cadena con la llamada bancada rural.
Respecto del girasol, Juan Martín Salas, presidente de Asagir, advirtió que la presión impositiva que tuvo la Argentina en los últimos años contribuyó a que Rusia y Ucrania se convirtieran en los líderes globales del cultivo. No obstante, puntualizó que el país tiene la oportunidad de crecer con el aumento de la demanda de India. “Es el país más poblado del mundo”, recordó. En definitiva, todo está conectado para no dejar pasar nuevamente el tren.
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