Francisco Nabais relató en su cuenta personal de Twitter los duros momentos en una chacra tras el ingreso de un delincuente que efectuó un disparo
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Para Francisco Nabais y sus amigos, la noche del lunes pasado será recordada como negra y de pánico. En una crónica detallada a través de las redes sociales, Nabais describió los momentos del horror que vivió en una chacra, a unos siete kilómetros de la localidad bonaerense de Carmen de Areco.
“Eran las 21 y 30 y estábamos con tres amigos terminando de comer. Milo, el perro, empezó a ladrar como loco a una de las ventanas que estaba abierta pero con mosquitero fijo. Lo llamé y le abrí otra puerta para que saliera. Siempre hay comadrejas, zorros o bichos de campo. Sale a ladrar un rato y vuelve”, comenzó su relato Nabais, empleado público.
Detalló que el perro volvió a salir afuera “corriendo y ladrando sin parar, de manera desaforada”. Segundos después, un hombre encapuchado rompió el mosquitero, entró y con un arma en la mano, les dijo gritando: “Quédense todos quietos, no se muevan”.
“Inmediatamente, del miedo que nos pegamos, los chicos se pararon y yo, que estaba parado cerca de la puerta porque le había abierto a Milo, salí corriendo para afuera. Fue instintivo”, contó.
INSEGURIDAD. ESTA VEZ ME TOCÓ A MÍ.
— Fran Nabais (@PanchoEn140) November 24, 2021
Lunes a la noche. Estábamos con 3 amigos en una chacra en Carmen de Areco. Campo. El perro empezó a ladrar muy fuerte a una ventana. Segundos después, un hombre rompió el mosquitero, entró, nos disparó un tiro, se asustó y escapó. No robó nada. pic.twitter.com/LtpV3G272W
“En ese momento, el tipo disparó un tiro que pasó por el medio de la mesa y atravesó un vidrio. Escuché el disparo y el vidrio estallar. Sentí que me había disparado a mí porque quise escaparme. Así que me tiré de cabeza al piso, temblando de miedo, gritándole que no dispare más que estaba ahí quieto y que no me iba a ir a ningún lugar”, añadió en el hilo de su Twitter.
“En pánico total”, Nabais no escuchó más voces. Tanteó su bolsillo y se dio cuenta que tenía el celular consigo. “Me paré y corrí para el lado del campo donde estaba todo oscuro. Mirando la casa para ver si el tipo estaba adentro o si veía a mis amigos. Me fui alejando agazapado en medio de la oscuridad. Escuchaba ruidos en el pasto, pasos, perros ladrando a lo lejos”, siguió relatando.
Siguió gateando en la oscuridad hasta que se sintió “medianamente a resguardo”.
“Tenía miedo que me escuchen o que vean la luz del celular y me encuentren. Me animé a sacar el teléfono, llamé al 911 y pedí ayuda urgente. Después llamé a mis amigos para ver si estaban todos bien, adentro”, agregó.
Sus amigos se habían encerrado en una habitación con el perro, mientras él continuaba escondido “a resguardo”. Los 40 minutos que tardó en llegar el primer patrullero fueron “interminables”. “Encima el patrullero siguió de largo. No frenó en nuestra casa. Estaba todo muy oscuro y era difícil identificarla. Salí por el costado del campo, saltando el alambrado, invadido por el pánico, sintiendo que me seguían o que me iban a descubrir. Fue angustiante”, indicó.
En ese instante, vio que el patrullero giraba y volvía hacia donde estaban. Corrió hasta ese camino, haciendo luces con la linterna del celular. Era un auto con un solo policía. Al rato fueron apareciendo otros patrulleros.
“Fue una situación horrible, con suerte. La podemos contar y estamos todos bien más allá de la angustia y lo traumático del momento. Tuvimos que esperar a la fiscal de turno, a la policía científica de Mercedes, ir los cuatro a declarar a la comisaría”, señaló.
Ya a la madrugada, a eso de las cinco de la mañana, pudieron terminar con los trámites: “Nunca había pasado algo así en este lugar. Solo cuatrerismo. Nunca un robo a mano armada y mucho menos con un disparo así porque sí, sin motivos”.
Según contó a LA NACION, en la investigación del hecho está interviniendo la Policía Rural de Carmen de Areco y también la Policía Comunal. La fuerza de seguridad le contó cómo es la situación en la que trabajan, que “están muy desprovistos, con malos sueldos y pocas herramientas de trabajo, con muchísimo territorio para patrullar y muy poco personal”.
Por último, Nabais hizo un llamado: “Es urgente. Mejores sueldos para los trabajadores que nos cuidan. Policías, médicos, docentes. Más oportunidades de trabajo para todos. Tenemos un país hermoso. Somos un gran pueblo. Tenemos que salir adelante”.
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