La firma DeLaval discontinuó la planta de El Trébol por una estrategia global vinculada con el mercado lechero; abastecerá al mercado local con productos de la importación
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Una de las mayores fábricas de equipos para tambo del mundo cerró la planta de producción que tenía en la Argentina debido a un cambio de “matriz productiva” del grupo a nivel global, según contó un alto ejecutivo de la empresa a LA NACION.
Se trata de DeLaval, una firma de origen sueco que le puso punto final a su establecimiento de componentes para equipos de ordeñe convencional en El Trébol, Santa Fe. La firma allí tenía unas 40 personas trabajando. En total, la compañía en el país se veía desempeñando con un equipo de 80 personas. A esto se suma un canal de 45 distribuidores con unas 400 personas dedicadas.
Tras esta decisión, la empresa seguirá operando en el país, aunque apostando al ingreso de productos de alta tecnología, como el sistema de ordeñe automático, entre otros elementos. La planta que DeLaval cerró había sido adquirida al grupo nacional Bosio, referente en la industria nacional de la actividad.
“Esto no es de la Argentina, es una estrategia a nivel global de ir como va evolucionando la producción en el sector lechero”, dijo a LA NACION Ezequiel Cabona, responsable del negocio de la empresa en la Argentina y América Latina. Apuntó que “la matriz” del grupo es que así como se discontinúa una producción en un lado se pone el foco en otra parte donde también se opera. De Laval tiene plantas en Suecia, Polonia, Estados Unidos y China.
Consultado si la decisión de cerrar las puertas de la planta de El Trébol obedecía a la realidad del mercado lechero argentino, donde los productores denuncian fuertes pérdidas productivas, Cabona indicó: “La realidad que no”. Y agregó: “La producción requiere un nivel de tecnología que la planta de El Trébol no estaba en condiciones de producirla”.
Según Cabona, el mercado argentino y el de América Latina en general es “uno de lo que más viene creciendo” en materia de adopción de tecnología. “Viene por la automatización”, explicó sobre la tendencia. Insistió que en el caso de la Argentina más allá del contexto el proceso de incorporación de tecnología para la actividad “es histórico”.
Remarcó que “la matriz productiva” de DeLaval es buscar adaptarse a los cambios en el mercado lechero y en eso se inscribe la medida. La empresa seguirá con importaciones para cubrir la demanda. Hoy continúa con un centro de distribución ubicado en la ciudad de Rosario.
En la planta de El Trébol quien se encargó de dar la noticia sobre el fin de la producción es John-Erik Hermanson, responsable de todas las fábricas que tiene la compañía en el mundo. Hermanson es sueco, pero llegó desde Nueva Zelanda a la Argentina exclusivamente para comunicar el cierre de ese histórico establecimiento que perteneció a Bosio.
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