La retracción de la siembra en un contexto de falta de lluvias, más la suba de los fertilizantes y el temor a una intervención del Gobierno afectaron de lleno a una campaña donde la producción podría sufrir un fuerte recorte de no cambiar el clima
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El costo para la Argentina de la menor cosecha de trigo esperada hasta el momento, entre otros factores por la baja en la siembra debido a la sequía, los mayores precios de los fertilizantes, la falta de gasoil en los últimos meses e incluso el temor a una intervención del Gobierno, podría representar una cifra superior a los US$1800 millones a valores de exportación, según fuentes que coincidieron ante LA NACION. El país está atravesando el tercer año de un fenómeno La Niña con lluvias por debajo de lo normal.
Esta semana, en medio de la falta de humedad en los suelos, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estimó en 5,9 millones de hectáreas la superficie final que se implantará, un millón de hectáreas menos que el año pasado según esta entidad. Además, en materia de cosecha, que entrará al mercado en diciembre próximo, se recolectarían 17,7 millones de toneladas, abajo del récord de 23 millones de toneladas que informó la organización para el año pasado.
En rigor, según la BCR, en 2021 terminó habiendo más trigo del previsto. “El trigo del récord se ajusta con más producción y sube de 22,1 a 23 millones de toneladas. En este último mes se estuvo haciendo una revisión de los resultados cosechados en el trigo del ciclo pasado y se confirma que la campaña fue aún mejor de lo que se esperaba”, señaló Cristian Russo, analista de la BCR.
Las 5,3 millones de toneladas menos hasta ahora previstas versus el ciclo agrícola pasado significan, a valores de exportación de diciembre próximo, con el ingreso de la cosecha, unos US$1800 millones de pérdida. En 2021 el complejo trigo aportó divisas por US$3123 millones.
Para Russo, el cereal enfrenta un panorama complejo desde lo climático, uno de los factores que influyeron en la menor siembra. Hay zonas de la región núcleo que llevan casi 60 días sin lluvias y algunas localidades están con los menores registros de precipitaciones desde 1960.
En materia de cómo se encuentran las reservas de humedad muchos productores tienen el recuerdo de 2008, que fue una año de fuerte sequía. En el ciclo 2008/2009 se hicieron 4,7 millones de hectáreas de trigo y se cosecharon 8,3 millones de toneladas. Cubrió el consumo interno pero dejó poco para exportar. Incluso en 2009/2010 el área cayó más, a 3,55 millones de hectáreas [la peor siembra en más de 100 años], aunque la cosecha mejoró a 9 millones de toneladas, según datos oficiales.
“La situación es grave y el problema puede ser complejo para el trigo”, apuntó el especialista de la BCR. Hizo una comparación con 2008: “En términos de áreas afectadas, es similar, aunque me parece que es más generalizada [en 2022], en el este y el oeste. En 2008 se veía más en el oeste [la superficie con sequía]”.
Este viernes, la entidad indicó en un relevamiento que “tras dos meses sin lluvias y con fuertes heladas semanales”, se agravó la condición del trigo ya sembrado en la denominada región agrícola núcleo del sudeste cordobés, el norte bonaerense y el sur de Santa Fe.
Para esa región consignó 150.000 hectáreas en una condición regular. “El 12% del trigo es clasificado en condiciones regulares, el 60% como bueno y un 28% en muy buenas condiciones”, apuntó. Respecto del panorama para las lluvias, alertó: “Si bien los pronósticos de corto plazo prevén el desarrollo de precipitaciones durante los próximos días, las estadísticas indican que no se puede aspirar a volúmenes importantes a mediados de julio para la región núcleo. Y si las lluvias vuelven a presentar valores y distribución similares a las de los últimos eventos, el mes de julio podría concluir con acumulados mensuales muy por debajo de los normales históricos. Los totales acumulados durante la primera quincena de julio en el centro de la región pampeana no llegan al 10% de los valores medios históricos de los últimos 50 años”.
Lo que viene
Ante una consulta de LA NACION, Karina Flores, de la Dirección Central de Monitoreo del Clima del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), contó que la región central agrícola “estuvo bastante castigada” porque “no se registraron lluvias en junio y es algo atípico” más allá de que en la época las precipitaciones son menores.
Ejemplificó con algunos lugares: en Junín, Pehuajó y 9 de Julio fue el junio más seco desde 1961. En tanto, entre otros sitios, en Bolívar lo fue desde 1962.
“Si miramos el mapa de lluvias de junio, en el norte de Buenos Aires y el sur de Santa Fe llovió menos de 10 mm en todo el mes. Todo el país registró precipitaciones inferiores a las normales”, señaló la especialista.
En toda la región hay un déficit de humedad, con una situación de 50 a 100 mm menos en los lugares más costeros. En la zona central de Buenos Aires los déficits van de 25 a 50 mm.
Flores remarcó que continuará en las próximas semanas el patrón de lluvias por debajo de lo normal. Del 23 al 29 del actual podrían darse 15 a 20 mm en el nordeste provincial, mientras en otras regiones de 5 a 10 mm. Hay chances que el trimestre mantenga la conducta de precipitaciones por debajo de lo normal.
Para Sebastián Salvaro, de la consultora AZ-Group, “en el centro de Buenos Aires [lugares como Saladillo, Roque Pérez, Olavarría y Bolívar] se combinaron dos elementos negativos que complican la evolución de los cultivos de trigo: falta de humedad y una sucesión de severas heladas”.
Expresó que los dos factores determinaron que los cultivos implantados no crezcan y presenten un aspecto sufrido, lo que impide aplicar fertilizantes y tomar compromisos de ventas anticipadas.
“Los trigos de La Pampa, San Luis y gran parte de Córdoba están muy mal. En las áreas más marginales se sembró del 0 al 15% del área planificada, aunque en un área reducida de Agustín, Quemú-Quemú, Trenque Lauquen y América se pudo sembrar bien y los cultivos están extrayendo agua de la napa”, señaló.
“En la zona de Río Cuarto la superficie implantada con trigo es nula: estamos sufriendo la sequía más importante de los últimos 40 años porque no llueve desde marzo”, expresó Fernando Ferrer, cliente de la consultora.
“La falta de humedad viene desde el año pasado porque los rindes de maíz y de soja tempranos fueron 20-30% menores a los históricos y el maíz tardío fue fulminado por las heladas de marzo”, precisó Ferrer.
Apuntó que solo se pudo sembrar trigo más al sur de la provincia -en Serrano, Laboulaye, Vicuña Mackenna- donde los lotes contaron con más humedad. “La ventana para siembra de trigo se cerró [el límite es el 15 de julio en la zona]”, alertó.
En opinión de Santiago Del Solar, productor y exjefe de Gabinete del Ministerio de Agricultura con Mauricio Macri, el mensaje del actual Gobierno a los productores fue “siembren menos trigo”. Del Solar lo dijo por el establecimiento hasta el momento de un “volumen de equilibrio” [el mecanismo con el cual controla las exportaciones] de 10 millones de toneladas para vender al exterior.
“Sembramos teniendo en cuenta esas 10 millones de toneladas para exportar”, señaló. Como el consumo interno se lleva 5 millones de toneladas, da una cuenta total de 15 millones de toneladas de producción.
“Con esos 15 millones de toneladas para poder vender, si uno los divide por tres toneladas por hectárea que es un rinde promedio, el Gobierno estaba diciendo claramente no siembre más de 5 millones de hectáreas. No siembre más de 5 millones hectáreas porque hay un dique de contención de no más de 10 millones de toneladas que se pueden exportar”, analizó.
Si bien a este elemento se sumaron otros como la falta de gasoil y los fertilizantes más caros, para Del Solar “incidió mucho”. Agregó que en la Argentina “hay menos trigo el año de más necesidad de trigo en el mundo” por la invasión de Rusia a Ucrania. Mientras en la Argentina se prevé una menor cosecha, en Brasil subirá un 17,6%, a 9,03 millones de toneladas, en un proceso donde busca reducir su dependencia del cereal que importa de la Argentina.
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