En el Congreso de Aapresid, Rattan Lal se refirió a la necesidad de generar más alimentos y de hacerlo de manera sostenible en el tiempo
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La necesidad de poder generar más alimentos para más personas en el mundo con una base productiva sostenible en el tiempo, el trabajo de todos los actores en una dirección convergente y la suma de todos como única fuente de financiamiento para potenciar el crecimiento. Esos fueron los ejes fundamentales que expusieron los expertos del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) durante el Congreso de Aapresid que se realiza en el predio de la Rural de Palermo con el apoyo de Expoagro. El primer día de Aapresid hoy tuvo 7500 asistentes, según los organizadores.
El Premio Mundial de la Alimentación 2020, coganador del Nobel de la Paz, de la Universidad de Ohio, Rattan Lal, habló de los sistemas alimentarios resistentes al clima, la agricultura del futuro y la captura de carbono. En esa línea señaló que, pese a la revolución verde de los años 1970 a 1990, se pudo haber agravado una malnutrición oculta. Citó, en efecto que mientras los cereales básicos se volvieron más asequibles, el precio de los alimentos no básicos (alimentos ricos en micronutrientes) fueron menos alcanzables para los pobres.
En conversación con LA NACION, sostuvo que los “productores argentinos son un ejemplo de éxito en el mundo sobre el desarrollo de la agricultura en la pampa húmeda. Además han transformado la agricultura en los últimos 20 años”.
Durante una de las primeras charlas del XXXII Congreso de Aapresid, el científico estuvo acompañado por el director general del IICA, Manuel Otero; la asesora especial del IICA, Isabela Teixeira; el embajador-exrepresentante de Estados Unidos ante la FAO-, Kip Tom; y vía zoom, Joachim von Braun, de la Universidad de Bonn.
A lo largo de su intervención, Lal repasó que el dióxido de carbono en la atmósfera en 1960 era de 315 partes por millón (CO2), mientras que en mayo de 2023 fue de 424 partes por millón de CO2. Precisó que los pagos a los agricultores por la provisión de servicios ecosistémicos son fundamentales para hacer de la agricultura una solución para mejorar el medioambiente.
El experto señaló que es importante rever los sistemas alimentarios para que sean resistentes al clima. Además, la agricultura baja en carbono es fundamental para hacer frente a los desafíos actuales en la producción de alimentos.
En este contexto, el especialista citó que, a pesar de los avances logrados durante la revolución verde, se observó un empeoramiento de la desnutrición o hambre oculta. “Aunque los cereales básicos se hicieron más accesibles, el costo de los alimentos no básicos ricos en micronutrientes se volvió menos asequible para las personas con menores recursos económicos”, expresó. Estos aspectos, dijo, deben ser tenidos en cuenta al diseñar estrategias futuras para mejorar la seguridad alimentaria y garantizar un acceso equitativo a una dieta nutritiva y saludable para toda la población.
Otero, en tanto, repasó los cuatro puntos principales para conocer dónde está parada América Latina y la potencialidad que tiene hoy la agricultura. Señaló que se están realizando diferentes alianzas con actores estratégicos para hacer frente a los retos de la agricultura. Precisó que la agricultura no es el problema del planeta. “La agricultura no es el problema, sino que es la solución a los problemas, hoy es mucho mejor que hace 60 años”, explicó. Según indicó, está en las manos de los agricultores el futuro: “No es un futuro aleatorio, depende de nosotros. Los próximos 25 años serán decisivos y más importantes. No lo podemos hacer solos, tenemos que hacerlo juntos”, manifestó.
Vía zoom, Von Braun expuso sobre el papel clave de América Latina en el mundo, los sistemas alimentarios, el clima, los desafíos que se debe hacer frente, las guerras en el mundo y el rol de la macroeconomía.
Teixeira, por su parte, hizo hincapié en la importancia de brindar seguridad alimentaria como parte de las nuevas soluciones. Según expresó, es un gran desafío para América Latina, ya que esta también puede dar seguridad en ese aspecto. Subrayó la importancia de tener una economía dinámica. “Es importante también el proceso de transición, tenemos que ser proactivos y no reactivos”, amplió.
Según dijo, la forma de abordar y afrontar el futuro debe venir de la ciencia. “La ciencia debe convertirse realmente en un actor político y ser Dios responsable de las decisiones”, afirmó. Agregó que es importante tener un sentido de la naturaleza, un sentido de paz. Resumió: “Esto significa que la naturaleza importa y el negacionismo debe ser apartado”.
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