Una tecnología de eventos apilados para el sorgo granífero facilita el control de malezas y plagas
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Si se obtienen altos rendimientos, el sorgo promete un buen negocio agrícola en la campaña 2023/24. Para la época de cosecha –mayo y junio de 2024- se pueden asegurar 237US$/t versus 188US$/t del maíz abril y 177 de la posición julio para el cereal. Estos valores se pueden obtener a través de corredores vinculados a exportadores –por ejemplo, Cofco, Gear- y se formalizan a través de contratos forward. Mientras tanto, el sorgo disponible cotiza a 240US$/t con demanda sostenida por parte de la exportación.
Con su notable rusticidad y adaptación a zonas marginales y a la escasez de humedad, puede ser un buen integrante de la rotación en un año en el que las lluvias no sobran. También es conveniente para diversificar la “paleta” de cultivos y tener distintos productos para vender durante el año en un contexto de alta volatilidad política y económica.
En la Argentina, las principales provincias productoras son Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. Cuando se suman los aportes de otras provincias con menor gravitación en el cultivo, se llegó un área sembrada de 1,1M/ha en la campaña 2021/22, la previa a la gran sequía. En ese ciclo la producción llegó a 3,3M/t, de los cuales se exportó el 66,7%.
El destino principal de los embarques es la República Popular China, país que habilitó las ventas desde la Argentina cuando rompió con Australia, su proveedor histórico. El acuerdo se logró gracias a un buen trabajo de la Secretaría de Agricultura y de las empresas semilleras que confeccionaron un protocolo que otorgó ventajas sobre otros oferentes. En el gigante asiático, el sorgo se utiliza para producir bebidas alcohólicas y para la alimentación humana y animal.
Los sorgos argentinos son los que contienen más taninos respecto de otros proveedores internacionales, pero los niveles están por debajo de los umbrales de rechazo en China, donde los mezclan con otras partidas. Este compuesto se incorporó hace muchos años para evitar los ataques de los pájaros. En nuestro país integra las dietas de mascotas y es demandado también para alimentación de la hacienda vacuna.
Ventajas
“Históricamente el cultivo de sorgo ha mostrado gran adaptación a condiciones edáficas y climáticas poco favorables. Además, su raíz en cabellera mejora la estructura y porosidad del suelo, al tiempo que la canopia realiza un gran aporte de rastrojo a la rotación y al pastoreo en sistemas mixtos”, destaca Francisco Cinque, gerente general de Advanta, la empresa que abarca el 60% del mercado de semilla de esta gramínea.
El sorgo es considerado un cultivo muy eficiente en el uso del agua, al contar un mecanismo de latencia que permite frenar su crecimiento ante una falta de humedad y retomarlo cuando vuelve a llover. “Muchas veces, en nuestro país se cultiva en los peores lotes y con tecnología rudimentaria, algo que debería cambiar para aprovechar el alto potencial de producción que tienen los híbridos actuales”, recomienda Cinque.
Evolución tecnológica
El sorgo es un cultivo originario de África que fue traído a América por los colonos y se diseminó por varias provincias. Está presente en el campo argentino desde hace muchísimos años. Las primeras siembras, a principios de la década del 60, se hacían con variedades de polinización abierta como Leoti Red y Early Kalo.
El escalón siguiente fue el desarrollo de híbridos comerciales en la década del 70, a partir de distintos programas de mejoramiento y redes de ensayos, que les fueron incorporando caracteres deseables como alto potencial de rendimiento, adaptación a zonas marginales y resistencia a las plagas de ese momento.
Se incorporó germoplasma de distintos orígenes desde el INTA y los semilleros, que fueron desarrollando conocimiento sobre la fisiología de la especie. Paralelamente, se determinaron diferentes usos del sorgo -granífero, pastoreo directo, silaje, industria- con materiales azucarados, fotosensitivos (sin floración) y nervadura marrón (BMR, mutación genética que le confiere bajo contenido de lignina, muy buena digestibilidad y aceptable producción de grano).
En esa época se desarrollaron aspectos positivos del cultivo como una capacidad de transpiración baja en relación al agua absorbida por las raíces y la posibilidad de reducir la transpiración durante periodos de estrés hídrico a partir de una cobertura cerosa en hojas y tallos. También se llevaron adelante programas para enfrentar las principales plagas del cultivo: la mosquita del sorgo, el astilo moteado, el pulgón verde de los cereales y del maíz, el barrenador de la caña y las orugas.
En la década del 90 el cultivo cobró impulso de la mano de la siembra directa y de la fertilización, para aprovechar los nuevos techos de rendimiento que ofrecía el mejoramiento genético alcanzado.
En los últimos años aparecieron desarrollos que facilitaron el control de malezas en el cultivo, una de las limitantes más serias para altos rendimientos. En 2017, Advanta lanzó “igrowth” una tecnología que facilita el control de malezas otorgando resistencia a herbicidas de la familia de las Imidazolinonas. Esta herramienta permitió acortar la brecha de rendimiento en el cultivo, facilitar la rotación y mejorar coeficiente de logro, entre otras mejoras.
Por otro lado, en 2021 apareció otra especie de pulgón atacando al sorgo -el amarillo de la caña de azúcar- plaga que destruyó cultivos mexicanos en tres días en los primeros años. En la Argentina se detectó en las provincias del Chaco, Santa Fe y Entre Ríos y afectó significativamente el normal desarrollo de los cultivos.
Como respuesta a esa nueva adversidad, los semilleros desarrollaron materiales tolerantes, Por ejemplo, en 2022 Advanta lanzó el primer híbrido Aphix adaptado a las condiciones argentinas. Esta tecnología aporta tolerancia a ese pulgón y permite mantener el potencial de rendimiento del cultivo frente a los ataques. “Los híbridos con la nueva tecnología toleran los máximos niveles de infestación y permiten disminuir el uso de insecticidas”, resalta Cinque.
Evaluaciones locales en donde se comparó la dinámica poblacional del pulgón entre híbridos susceptibles vs tolerantes demostraron que los segundos se mantuvieron por debajo del umbral de acción hasta los 90 días desde la siembra.
En estos ensayos, para mantener un hibrido susceptible por debajo del umbral propuesto fueron necesarias cuatro aplicaciones de insecticidas a lo largo del ciclo, mientras que en el híbrido Aphix solo fue necesaria una sola aplicación. Este ahorro de tres aplicaciones de insecticida equivale a aproximadamente $45US$/ha, calcula Cinque.
Al analizar ensayos comparativos de rendimiento, se observaron diferencia entre híbridos susceptibles versus Aphix. En San Francisco, Córdoba, las diferencias han sido de hasta 5700 kg/ha a favor del híbrido tolerante. En Paraná, los híbridos Aphix lograron superar en hasta 1400kg/ha a los susceptibles y en Las Breñas, Chaco, la diferencia subió a 2000kg/ha.
Finalmente, en 2023 Advanta unió ambas tecnologías -igrowth y Aphix- en un híbrido para que el productor pueda combatir ambas amenazas y no se reduzca el potencial de rendimiento.
En síntesis: en 2023, el sorgo se perfila como un cultivo competitivo tanto desde el punto de vista de su potencial de rendimiento, gracias a las nuevas tecnologías que se han incorporado a su genética, como por el resultado económico esperado, apalancado por una demanda sostenida que está dispuesta a pagar altos precios por la mercadería originada en nuestro país.
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