El fin de semana, en la zona núcleo se registraron entre 10 y 15 milímetros claves para el cereal que venía golpeado por la falta de precipitaciones y las bajas temperaturas
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Las lluvias caídas durante el fin de semana en gran parte de la región agrícola núcleo han sido un bálsamo para los cultivos de trigo, que se encontraban en una situación crítica por la escasez de agua y las bajas temperaturas. En diálogo con LA NACION, productores de la zona confirmaron que las precipitaciones, que según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) alcanzaron entre 10 y 15 milímetros en la mitad este de la región y hasta 32 milímetros en algunas zonas del noroeste de Buenos Aires, ayudarán a revertir el estado de los cultivos, muchos de los cuales ya mostraban signos de deterioro. La entidad rosarina había advertido previamente que la falta de lluvias había llevado al 10% del trigo a condiciones de regular a malas.
Cristian Russo, jefe de Estimaciones Agrícolas de la BCR, detalló que áreas muy comprometidas, donde los trigos estaban más complicados por la falta de agua y el frío, como el noroeste de Buenos Aires, recibieron hasta 30 mm de lluvia, con registros máximos de 32 mm en Rojas, 30 mm en Pergamino y Chacabuco.
Asimismo, el centro-este de Buenos Aires también recibió varios milímetros, al igual que una parte del sur de Entre Ríos. “También algo de lluvia llegó a Córdoba, aunque de forma aislada, con un registro en Noetinger de 22 mm. Sin embargo, en general, Córdoba quedó bastante fuera de esta sorpresa que nos dieron las lluvias de este fin de semana”, agregó Russo.
Respecto a lo que viene, indicó que se prevé inestabilidad para mañana. En general, las probabilidades son bastante altas para Buenos Aires, especialmente en la costa atlántica y el noroeste. “También hay posibilidad de lluvias para el centro y el norte de Santa Fe, y parte de la Mesopotamia”, dijo.
“Estas son buenas noticias para la región núcleo, donde el trigo estaba en necesidad imperiosa de al menos 10-15 mm de lluvia para mejorar su estado. Aunque no todos recibieron la lluvia, más del 50% de la región núcleo lo hizo, lo cual es importante”, afirmó. “Seguiremos observando la evolución de esta inestabilidad y cómo se recupera el trigo, pero seguramente esto marcará un antes y un después para una excelente campaña triguera para quienes recibieron agua”, explicó Russo.
“Estas lluvias son un pequeño alivio y dan un respiro porque ya se empieza a ver todo un poco más verde”, indicó Georges Breitschmitt, productor agropecuario de Rojas. El productor sembró en un campo de 290 hectáreas 50 hectáreas de trigo y 30 de cebadilla.
“Cuando sembré el trigo, hace aproximadamente tres meses, lo hice con una lluvia que hizo creer que los perfiles ya estaban recargados. Sin embargo, después la lluvia empezó a escasear, los cultivos a sufrir y encima estuvo el castigo de las heladas”, agregó.
“Con 50 mm más en septiembre se asegura el trigo y podremos encarar la siembra gruesa, que como siempre va a ir necesitando el agua. Hasta hoy llevamos 500 mm de un promedio de 1000/1100 mm al año”, sostuvo el productor.
El productor remarcó que este año un temor que hay es lo que pueda ocurrir con las heladas tardías para el trigo. “Hay muchos productores que este año están sacando seguros, a pesar de que vale casi el doble que un seguro de granizo”, contó.
“Vino espectacular”. Fue lo primero que esbozó el productor agropecuario José Luis Roca al referirse a los 28 milímetros que cayeron en la zona de Bigand, Santa Fe, donde tiene su campo. El productor contó que esta mañana estuvo recorriendo los lotes de trigo y ya se observan signos de recuperación. “Estaba mal y ahora está cambiando el color de todo”, comentó. Según detalló, el trigo que más estaba sufriendo era el sembrado de forma tardía, que ya estaba en “malas condiciones”, pero ahora está “mejorando”.
Explicó que esta pequeña lluvia es importante porque, aunque había humedad en las capas inferiores del suelo, faltaba más abajo. “No llovía desde mayo. En los primeros días, entre junio y julio, no hubo ni un milímetro”, recordó. “Hasta la siembra de maíz con esto estamos bien”, agregó.
Aclaró que para septiembre se necesitará una lluvia importante, de 50 a 70 milímetros, y que sería ideal si esa precipitación estuviera bien distribuida. “No se desperdició nada con esta lluvia”, señaló.
“Las estábamos esperando”, afirmó, por su parte Osvaldo Bo, que sembró junto con su hermano 60 hectáreas de trigo hace un mes y medio, al referirse a los 32 milímetros en su campo de Pergamino. “Estas lluvias vienen muy bien para no volver a perder el trigo. Si no llovía por 10 días, íbamos a perder rendimientos”, agregó.
Relató que, cuando sembró hace un mes y medio, lo hizo con poca humedad. El trigo nació bien, pero, al igual que relataron otros productores, empezó a deteriorarse. Ahora, con esta lluvia caída espera que empiece a mejorar. “Esto nos cambia mucho el panorama”, indicó. El productor mencionó que este año no hará maíz por los altos costos y el temor a la plaga de la chicharrita, por lo que solo realizará soja de segunda sobre el trigo.
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