Razones y pasiones cruzadas. Argumentos que de un lado u otro tienen sus bases para mostrarse como valederos. Documentos con advertencias sobre posibles riesgos comerciales, declaraciones buscando destacar un logro argentino.
Luego de que el Gobierno decidiera aprobar de manera condicional -a un permiso de Brasil- el trigo transgénico tolerante a sequía de Bioceres, una suerte de grieta se abrió entre quienes destacan los beneficios productivos e incluso ambientales de este evento y quienes están más preocupados por las reacciones de países compradores y de consumidores donde, pese a más de 20 años de una historia segura de transgénicos, hay dudas para un producto tan identificado con el consumo directo.
La aprobación condicional plantea, no obstante, temas que se han abierto a la discusión. Entre otros, ¿hay riesgos de que pueda haber mezclas entre un trigo y otro? ¿Hay condiciones en el país para una segregación? ¿Cuál es el sistema que debería aplicarse en caso de que los países compradores decidieran importarlo?
En esta semana, la industria molinera brasileña agrupada en Abitrigo expresó que "se opondrá a la comercialización tanto de harina transgénica como de trigo" en una audiencia pública que se hará la próxima semana en ese país sobre este tema.
Según Abitrigo,"en una encuesta interna realizada a molineros brasileños, el 85% no estaba a favor de utilizar trigo transgénico y el 90% dijo estar dispuesto a detener sus compras de trigo argentino, en caso de que comenzara la producción comercial en ese país y exportara al país".
También esta semana, desde Bioceres se conoció que, si es aprobado por Brasil, el trigo transgénico tolerante a sequía será producido con un esquema bajo contrato con identidad preservada. Se trata de un sistema tipo "circuito cerrado" donde la compañía es dueña desde la semilla hasta el producto eventualmente en góndola. No implica vender la semilla para que alguien después comercialice con un acopio o exportador, sino que el esquema es totalmente cerrado con eje en la compañía.
Ese es el modelo de negocio que tiene previsto la empresa, que además lo segregará en una estrategia que apunta a "capturar valor", según adelantó Claudio Dunan, director de Estrategia de la compañía.
"La producción de nuestro trigo va a ser bajo contrato (con identidad preservada)", dijo. Dunan remarcó: "Vamos a tener un valor y mantener segregado para capturar ese valor. Es bajo contrato y multiplicadores de la Generación HB4". Hoy la firma tiene unas 6000 hectáreas sembradas para inventario.
Respecto de los temores de que pueda haber algún "escape" del trigo transgénico, una de las advertencias que hubo en la cadena, Dunan señaló que en la Argentina hay "una historia de producción de eventos regulados" con miles de hectáreas. En rigor, aquí diversas empresas producen productos regulados para otros mercados.
Objeciones
Apenas se conoció la aprobación condicional por parte del Ministerio de Agricultura de la Nación que conduce Luis Basterra, un grupo de expertos del sector público y privado del Comité de Cereales de Invierno, que se vinculan con el Inase, le hizo llegar reparos al ministro Basterra y a su par de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza.
"Nosotros consideramos que la aprobación del HB4 tiene varios inconvenientes. Tal vez lo más relevante es que es muy difícil que no se mezcle con el trigo no transgénico, es más, en ningún país se logró hacer eso", dijo Pablo Abbate, experto en trigo del INTA Balcarce.
"El otro problema importante es que la aprobación de comercialización y consumo del gobierno de Brasil no garantiza que los particulares compren nuestro trigo y si lo compran que lo hagan sin descuentos", añadió.
Jorge Fraschina trabaja en el Grupo Mejoramiento de Trigo del INTA Marcos Juárez y es especialista en mejoramiento y producción de trigo. Consultado por LA NACION, consideró que no le parece oportuno el momento para la aprobación del producto.
"Independientemente del posible impacto productivo del evento transgénico HB4 en trigo, que todavía deberá mostrar resultados frente a las variedades actualmente en uso en cada región, no me parece oportuno el momento de poner en riesgo la participación de la Argentina en el comercio internacional del commodity trigo", dijo.
"Cabe preguntarse si la consulta de aceptación de trigo transgénico debería ser solo con Brasil [ese país hoy se lleva el 45% de las exportaciones de la Argentina], y si vale la pena en este momento poner en riesgo un negocio de más de US$2000 millones solo con la opinión de Brasil", agregó. Para Fraschina, en tanto, la producción de trigo en la Argentina "carece de un mínimo de trazabilidad".
"En nuestro país, el uso de semilla fiscalizada para la siembra de trigo es bajo en general y depende de la región, y en las regiones con mayor estrés hídrico es muy baja o ausente", apuntó.
Para el experto, la mayoría de los productores siembra su propia semilla y con un bajo índice de recambio, "situación que ocurre solo cuando se entera de mejores rindes obtenidos por productores vecinos o por los contratistas de cosecha".
"Para poder trazar la producción de trigo primero debería generalizarse el uso de semilla fiscalizada, y luego la producción de trigo debería comercializarse con la declaración de la variedad. Las pautas de trazabilidad necesariamente también deben alinearse con los requerimientos de la demanda", opinó el técnico del INTA Marcos Juárez.
Para Fraschina, la trazabilidad de la producción de trigo "sería importante para agregar valor en la agroindustria y diversificar las exportaciones". No obstante, remarcó que eso requiere "compromiso y responsabilidad" de todos los actores de la cadena.
Tensión por un mercado
En medio de la polémica que se desató por la aprobación condicional del trigo transgénico tolerante a sequía, otra de las discusiones que se coló es que la autorización no debería haber quedado supeditada solo a lo que pueda expresar Brasil.
La razón, según dijeron desde la cadena, es que en los últimos años la Argentina diversificó sus mercados y pasaron a tener un rol clave, por ejemplo, mercados de Asia. En la región, Brasil pasó de llevarse el 85% de las ventas argentinas en 2015 al 45% en la actualidad. La semana pasada, 16 cámaras de la cadena (bolsas de cereales, acopiadores, exportadores, molineros y las entidades de la Mesa de Enlace), pusieron este tema en consideración: "Desde hace ya varios años, las exportaciones de trigo argentino han diversificado los destinos pasando de exportar a 23 mercados en 2015 a 54 países en 2019 y se espera que se sigan ampliando los mercados".
En este contexto, para las entidades de la cadena agroindustrial "la diversidad requiere que nuestro país deba monitorear y aguardar la aprobación de eventos biotecnológicos en más de un destino relevante para nuestras exportaciones de trigo, únicamente en aquellos países que tienen marco regulatorio en la materia".
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