Rubens Barbosa, presidente de la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo), destacó encuestas realizadas donde no se expresó un rechazo de los consumidores
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El presidente ejecutivo de la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo), Rubens Barbosa, señaló que, “si no hay restricciones de los consumidores” en cuanto al trigo transgénico tolerante a sequía de la empresa Bioceres, la industria estará “proclive” a su aceptación. En Abitrigo se agrupa la poderosa industria brasileña de procesamiento del cereal.
El año pasado, Brasil aprobó la importación como harina del cereal argentino transgénico. Abitrigo y otras industrias ligadas con la panificación fueron críticas antes de la autorización y también luego. Sin embargo, después de una reciente encuesta entre consumidores, comenzó a cambiar la percepción.
Y eso lo reflejó Barbosa en declaraciones a Radio Colonia. “Las asociaciones de panificación y otras áreas hicieron encuestas para saber la reacción de los consumidores y no hubo reacción [en contra]”, expresó.
En esa oportunidad la agencia de noticias consignó que Abimapi, que representa a los fabricantes de galletas, pasta, pan y pasteles, estaba en contra del trigo transgénico en Brasil, pero cambió su postura después de la encuesta que solicitó.
“La encuesta mostró que más del 70% de las personas consume alimentos modificados genéticamente o los consumirán sin ningún problema”, señaló esa vez a la agencia de noticias el presidente ejecutivo de Abimapi, Claudio Zanao.
Para recordar, en septiembre de 2021, en una conferencia de prensa con otras entidades alimenticias de Brasil Barbosa había alertado: “Los asociados de Abitrigo se manifestaron en ese sentido, que no comprarían trigo si fuese liberada la importación de la Argentina. Toda la cadena está en la misma posición”. En el vecino país la importación para harina se autorizó en noviembre del año pasado.
Situación
Brasil consume para panificación unas 12 millones de toneladas de trigo. Importa el 60% de su necesidad. El 85% de lo que compra en el exterior lo adquiere en la Argentina.
El titular de Abitrigo reconoció que la industria de su país estaba preocupada por la aceptación del cereal transgénico en el mercado. “Cómo reaccionaría el consumidor”, precisó.
“No es que estemos en contra”, aclaró. Luego insistió que la industria está “proclive a aceptar lo que venga como modificación positiva” para la actividad, la producción y el comercio.
Salvando distancias con el trigo, recordó que en su país “la aceptación de la soja transgénica demoró mucho tiempo”. En la Argentina esa soja se aprobó en 1996 y en Brasil, luego de varios obstáculos, finalmente fue en 2004.
Respecto del trigo transgénico tolerante a sequía, Barbosa indicó que “hay una aceptación en las primeras encuestas” y que el rechazo que había está “en vías de ser superado”, según afirmó a la emisora radial.
Consultado sobre si podría darse una importación inmediata del producto transgénico argentino, señaló que “por ahora” no hay una acción para importar.
El trigo transgénico tolerante a sequía tiene aprobaciones, además de la Argentina y Brasil, en Australia, Nueva Zelanda, Colombia, Nigeria y Estados Unidos. En este último caso dio un primer aval la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
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