Luego de que el Gobierno aprobara de manera condicional el trigo transgénico tolerante a sequía desarrollado por Bioceres, se reunió el Comité Ejecutivo de la Asociación Argentina de Trigo (Argentrigo), una suerte de mesa chica donde confluyen exportadores, molinos, productores, acopiadores, la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca y la Asociación de Protección de las Obtenciones Vegetales (Arpov). En el encuentro se habló de la "preocupación" en actores de la cadena ante la reacción de los mercados compradores por la autorización. En tanto, según pudo saber LA NACION, como el cereal quedó condicionado a un permiso de Brasil, se avanzará la próxima semana en un encuentro con la agregada agrícola de ese país en Buenos Aires, Priscilla Rech Pinto Moser.
Por otra parte, en un duro comunicado, 16 entidades del sector expresaron que el "Ministerio de Agricultura debe asumir las responsabilidades de las consecuencias directas que pueden generar costos económicos y comerciales para todos los productores de trigo, así como para todos los eslabones de comercialización y transformación interna y de exportación". Esta postura suscribieron las bolsas de cereales y comercio de Buenos Aires, Bahía Blanca, Córdoba, Chaco, Entre Ríos, Santa Fe, Rosario, la Cámara de Industriales Molineros, el Centro de Exportadores de Cereales, Centro de Corredores, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Coninagro, Federación Agraria (FAA), Federación de la Industria Molinera (FAIM), Sociedad Rural Argentina (SRA) y Federación de Centros y Actividades Gremiales de Acopiadores.
Todos estos actores dijeron que la tecnología "no tiene riesgos ambientales ni de salud pública" pero alertaron por "riesgos comerciales" para las exportaciones. Agregaron: "Por otra parte, el mercado argentino no tiene experiencia en consumir trigo transgénico, y ya existen pedidos de parte de empresas alimenticias nacionales e internacionales que operan en nuestro país, de comprar únicamente harina o trigo no transgénico. El uso comercial nacional del trigo HB4 impactará en los precios y abastecimiento de trigo en el país. El daño que se produciría al mercado de trigo argentino sería irreparable e irreversible, toda vez que la contaminación se propagará y la segmentación resulta inviable. Se pondría en riesgo los esfuerzos conjuntos (público / privado) realizados para consolidar nuevos mercados y expandir fuertemente las exportaciones".
En tanto, en la cadena ligada a Argentrigo quieren tener un panorama de Brasil sobre la posible aceptación de este producto del cual el vecino país es el primer comprador. En lo que va del año Brasil adquirió 4,6 millones de toneladas del cereal. El trigo es un producto que le deja a la Argentina unos 3000 millones. Un 45% hoy de las vendas van a Brasil. La Argentina logró diversificar mercados ya que en 2015 colocaba allí el 86% de las ventas totales".
"Esto genera mucha preocupación en la cadena, todos los jugadores sienten preocupación. Tenemos una preocupación del futuro de esto y las consecuencias que pueda tener", dijo Miguel Cané, presidente de Argentrigo.
"El quid no es si es una innovación científica, el quid es si los mercados van a aceptar esto y comprar lo producido", agregó el dirigente.
Cané dijo que, tras una carta que la cadena envió al Ministerio de Agricultura hace unas semanas, tuvieron una encuentro con funcionarios de esa cartera donde expresaron sus dudas.
"Me tomó por sorpresa, no pensé que fuera tan rápida (la aprobación) y, por otro lado, esperábamos que la decisión tuviera más en cuenta la parte comercial de mercados, si bien está sujeta a que Brasil apruebe", apuntó.
Para el presidente de Argentrigo, es difícil "que no se termine mezclando" el cereal común con el transgénico. "La preocupación es cómo se realiza el control si lo que se está cargando es lo que se dice, transgénico o no", apuntó.
Según pudo saber LA NACION por fuentes de la industria molinera de Brasil, ese sector agrupado en Abitrigo dará su posición sobre el trigo el 22 del actual en una audiencia pública de la CNTBio, que entiende en el tratamiento de los transgénicos. En tanto, según trascendió en la cadena argentina aguardan un contacto para la próxima semana con la agregada Priscilla Rech Pinto Moser.
"A este tema lo vamos a seguir conversando con la empresa misma, no se trata de conspiraciones; se trata de ver si se materializa no termine generando perjuicios o que se manifiesten los temores de parte de la cadena", indicó Cané.
"No se busca desacreditar el desarrollo, sino manifestar la preocupación de la cadena de que por un lado ganemos y por otro lado perdamos", añadió.
En tanto, Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores de Granos, dijo estar "escandalizado" por cómo, apuntó, "el ambiente agropecuario está manejando esto".
"Estoy viendo un desastre porque nadie quiere un trigo transgénico en el mundo. Hay productos transgénicos que no tienen mercados. ¿Nadie se preguntó por qué Estados Unidos no tiene un maíz pisingallo transgénico (se usa para pochoclo)?", señaló Rivara.
"Nadie habla de la tecnología, no vas a escuchar una sola crítica. El Gobierno de Brasil puede llegar a admitir porque no tiene riesgo para la salud, pero el tema es si lo va a comprar", dijo el dirigente de acopiadores.
El trigo argentino llega a Brasil con una protección arancelaria del 10% frente al cereal de otros orígenes. Según Rivara, esto le da una "posibilidad" a Brasil para anular ese beneficio.
Federico Trucco, CEO de Bioceres, le dijo a LA NACION apenas se conoció la aprobación oficial que solo se comercializará una vez que lo apruebe Brasil.
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